Capítulo 11: Cuando comienza el horror

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∆Charlotte∆
Esa noche no podía dejar de pensar en su rostro, todas sus facciones habían quedado grabadas en mi mente.

  «¿Acaso todo está pasando de verdad?»

  Yo no podía creerme a mi misma, no creía en lo que estaba comenzando a sentir, ni en lo que él estuviera sintiendo también. Podría dejarme llevar, y simplemente volver a creer en que tengo una vida y que puedo permitirme el amor, pero:
¿De que tengo miedo?

Unos minutos después disponía de irme a dormir, pero no sin antes revisar mi celular —¿Les he dicho que amo mi celular? —. En cuanto hice esto me di cuenta de que tenía alrededor de diez llamadas perdidas de Alice y un mensaje en el buzón de voz, el cual enseguida procedí a escuchar:

—Charlotte —la voz de Alice sonaba rasgada, como si después de partir a llorar no le quedaran fuerzas —. Mi vida durante estos últimos meses ha sido un infierno, y lamento el haberlo hecho sola, no quería que estuvieras conmigo o que perdieras esa imagen mia de ser la única capaz de hacerte sonreír, no podía amargar tu vida con mis problemas. Mi padre no ha sido más que un demonio, uno que se oculta tras la máscara de un hombre de familia, pero tú bien sabes que no es así. No ha dejado de golpearnos a mi o a mi madre —mis ojos se empañaron como un espejo, no podía creerme que estuve tan al pendiente de mi vida que descuide la de ella, ella que me ha dado los mejores momentos —. Mi llamada en este momento es desde mi auto, voy por la calle más oscura hacia las afueras de telluride. Mi madre hoy ha quedado postrada en una cama, cerró los ojos y me ha dejado sola ¡Sola! —gritó —Hoy el demonio de mi casa sobrepasó los límites y ha acabado con lo que un día construyó… Fue horrible Charly, golpeó con unos de sus trofeos en la delicada y femenina cabeza de mi mamá tantas veces hasta que acabó con su miserable vida. Llamé a la policía, lo apresaron, pero no estaré en su juicio, solo me quedas tú y yo te quedo a ti… Alguien una vez me dijo que la muerte llega con el olvido, y yo te pido que no me mates en ese entonces, recuérdame para siempre, por lo especiales que fuimos ambas para ambas… perdón por ser una estúpida y cobarde.

El mensaje llegó a su fin. Y con ella la puerta de mi habitación se abrió de par en par, y allí impactada, mi madre me vio llorar:

—Está en la noticia la familia Makness ¿Verdad? —Ella solo se acercó a mí, quitó el celular de mis manos y me abrazó tan fuerte como lo necesitaba —¿Ella no lo hizo mamá? ¿No se fue? —como una niña pequeña incapaz de entender las cosas, yo, no hacía más que llorar y preguntar —. No, ella sigue aquí, no me dejaría sola nunca, ella no lo hizo, no se quitó la vida. ¿Verdad madre? ¿Verdad? —el silencio de mi madre corrompió mi mente, entonces solo fui capaz de gritar el nombre más bonito de la tierra —¡Alice! ¡¿No, porqué?!

—¡Charlotte ya! Mírame a los ojos un momento ¡Mírame! —ella me agarró de los hombros y me sacudió fuerte hasta que reaccioné —. No pensemos en lo peor, ya la policía la ha encontrado…

Mi madre no pudo terminar de hablar cuando fue interrumpida por mi:

—Madre, es que el accidente fue provocado por ella misma, quería quitarse la vida… ¡Se quitó la vida!

—No cariño, no sabemos. Arréglate iremos al hospital a ver y entender mejor las cosas… solo, por favor, mantén la calma.

Nos apresuramos en llegar. Yo me senté en una silla y mi madre estaba en la recepción hablando con una enfermera para obtener información. Unos segundos más tardes nos pidieron esperar los resultados, ya que aún no tenían nada.

«Ella está entre la vida y la muerte, solo se eso…»

∆Aaron∆

  Por otro lado yo tampoco podía engañarme a mi  mismo, porque sabía perfectamente que desde aquel momento donde mis ojos la encontraron por primera vez, la habría deseado.

Demonios OcultosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora