Había pasado un mes y en la escuela todo iba normal, obvio solo para los demás. Hacerme bullying se había vuelto rutina para ellos y para mí una pesadilla. Fue en ese día donde creí que todo había acabado.
Me encontraba junto a mi salón, en una clase de experimentos biológicos, cuando deje caer accidentalmente mi celular. Me incliné para alcanzarlo y fue cuando uno de los estudiantes de mi clase se inclinó junto a mi.
Edi, un chico también perteneciente a mi clase lo había tomado aprovechando que la profesora Lin había salido del laboratorio unos minutos. Todos los de la clase gritaban que rompiera mi celular, yo solamente me levanté de mi mesa y pedí que me lo devolvieran. Pero no, Amber esa chica del primer día tenía que meter sus narices.
Ella sentía una fuerte necesidad de meterse conmigo para completar su día:
-Revisemos que tanto ve el bicho raro -decia a carcajadas. Y aunque mi celular tenía contraseña no evitó que ellos lo tomaran.
-Comparte con nosotros tu contraseña bicho raro -sarcasticamente me dijo Edi al mismo tiempo que Diego, uno de los integrantes del equipo de Básquet de la escuela, me sujetaba por detrás los brazos.
Fue entonces cuando Jeny, una de las amigas de Amber se acercó a mí y golpeó mi vientre. Ella no era una chica como Amber, que se las daba de fina, más solía aparentar una actitud ruda a pesar de su cuerpo femenino, era de piel oscura y su cabello era un poco más abajo de sus hombros.
-Dinos la contraseña -Intentaban una y otra vez.
-¿Acaso tienes fotos del chico que te gusta? -preguntó Amber y todos reían, pero algo de razón tenía. Yo guardaba fotos de Alex, mi chico, o el que me gustaba en aquel tiempo.
Alex solía ser el típico popular que nunca se fijaría en mí, pero solemos obsesionarnos con lo imposible. Él era un poco alto, su figura era delgada pero detallada como la de un deportista, una piel un poco blanca, su cabello era castaño y largo hasta la punta de su nariz, aunque este mismo llevaba un peinado que dividía el cabello un poco alante.
No podía evitar enamorarme cada que sonreía, porque era hermoso. Era el hijo de la señorita Lin, mi profesora de Biología y el líder del equipo de Básquet, como también el mejor jugador de la escuela.
Hasta ese día había pensado que ni tan siquiera me miraba, pero no era así:
-Ya déjenla -era una voz que provenía delante del salón, pero era una voz inconfundible para mi. -Edi, devuélvele su celular.
Diego me soltó bruscamente hacia delante, él ayudó a levantarme, y le di las gracias. En ese momento sonó la campana y salí de allí lo más rápido posible, aunque si me di cuenta que Alex se había quedado hablando con Amber.
No pude evitar sentir un poco de celos, ella era una chica hermosa.
Alice en aquel entonces no estaba en mi salón, pero luego de lo ocurrido decidió cambiarse, no le fue tan difícil. Aunque eso sería a partir del siguiente día.
Yo realmente anciaba que estuviera allí, siempre me había sentido sola y estaba acostumbrada a eso, pero alguna razón me hacía sentir segura y mejor con ella, aunque fuera un completa extraña en esos momentos.
En ese mismo día, luego de salir de la clase de biología, me dirigí hacia el sitio de jugar básquet, no era muy buena pero si me gustaba. Tome un balón y comencé a encestar con rabia:
-¿Por qué juegas con tanto odio? -Alex había parecido en aquel lugar.
-Es mi estado de ánimo -que me gustara no quitaba el hecho de que fuera directa y seca con él.
-¿Entonces estás enojada? -me preguntó mientras me quitaba el balón así iniciando un juego.
-¿Esperabas otra reacción? -continúe el juego.
-No, de hecho la imaginaba, no le des tanta importancia, mejor resérvala para ti, eres quien siempre estará ahí -Mas tarde me daría cuenta de que esas palabras quedarían enterradas en mi mente para siempre, y más tarde me serían útil.
Alex se dirigió hacia mi mochila, tomó de ella un marcador y anotó su número en el balón, luego lo lanzó hacia mi y se marchó.
Yo obviamente no quería perder la oportunidad y lo registre en mi celular.
Llegó la hora de irse, y yo me encontraba saliendo del colegio cuando les vi. Me detuve a esperar a Alice y vi como Amber hablaba con Alex, intenté acercarme a ellos para escuchar algo de su conversación, pero Alice me sorprendió.-Enana ¿Que hacés? -me asustó por detrás.
-¿Por qué me llamás así? -pregunté yo.
-Ah... es porque tu estatura me causa gracia -comenzó a sonreír -¿Harás algo en la noche?
-Estar en casa, solamente eso. ¿Por qué?
-Podria visitarte... -acepté y le envié mi dirección en un mensaje.
Me quedé observando por unos segundos todo a mi alrededor.
-¿Que buscas? -me decía mientras reía. En esos momentos me di cuenta de que era una persona que sacaba sonrisas en mi, eso era algo que nunca había sentido.
-Nada, tengo que contarte algo.
-Que bien, porque yo también.
Comencé contándole lo que pasó con el básquet ya que lo demás se lo había contado en el recreo. También acerca de que tenía el número de Alex. Ella me dio la noticia de que mañana entraría como alumna del salón B, yo estaba súper contenta imaginé todo y sabía que ya no estaría sola.
-¿Le escribirás cuando llegues a casa verdad? -me preguntó ella respecto al número de dicho chico.
-No lo sé, la verdad es que no se qué decirle.
-Entiendo, pero ¿Porqué no empiezas por darles las gracias?
-No estaría mal, lo intentaré pero veamos y no me ocurra el pánico y terminé haciendo el ridículo... -le mencioné totalmente seria.
-Pero venga, no pierdes nada intentándolo ¿Que es lo peor que podría ocurrir?
Supongo que Alice tenía la razón, no perdía nada por intentar hablarle, aunque más tarde eso se convirtiera en un error.
∆∆∆
Notas
Y vaya que intentar escribirle se convirtió en un error 😔. Next chapter 🤓
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Demonios Ocultos
Misterio / Suspenso∆∆∆ Un pasado devastador atormenta la cabeza de Charlotte, quién sólo teme a una historia repetida con un final trágico. Aaron con el objetivo de encontrar a su padre se encargará de descubrir cada detalle de los misteriosos asesinatos en Telluride...