Capítulo 24: Su dulce boca

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∆Aaron∆

Todo el caso daba vueltas y vueltas en mi cabeza, yo solo tenía miedo de que mi peor pesadilla se volviera realidad. Le temía mucho a que las sospechas sobre la chica de la que estaba sintiendo fuertes cosas fueran verdad. Más prefería negar los pensamientos y aferrarme a un mundo de colores y mucho amor.

∆Charlotte∆

Luego de haber pasado unos días, visitó mi casa.

  —¿Quién es? —pregunté tras oír el toque de la puerta, las cosas en el pueblo estaban muy tensas y quería asegurarme de que mi casa estuviera a salvo.

  —Soy yo, Aaron —. Su voz me sonaba extraña.

  —Hola, adelante —le saludé y le brindé asiento en mi casa —. ¿Qué haces aquí? —sonreí disimulando mis dudas y enojos al mismo tiempo.

  —Es que realmente te he extrañado mucho en estos días —solía mirarme directamente a los ojos para convencer mi persona.

  —Me extrañas a mi o a culparme.

  —Disculpa por eso, se que soy un tonto, pero yo no te quiero perder.

  —Vale. Digamos que olvidamos el tema pero ¿Y si más tarde vuelve a suceder?

  —No ocurrirá, quiero que las cosas estén bien entre nosotros.

  Él me pidió que me diese la vuelta y luego colocó en mi cuello de piel tan blanca un pequeño y delicado cordón de color negro acompañado de una placa, la cuál contenía algo escrito.

  —Olvida el pasado, vive el presente y no te preocupes por el futuro —me dijo luego de colocarme el collar —Quiero que estemos juntos, y se que nada es para siempre, pero hagámoslo mejor —. Sus palabras me decían que no importaba nada, sobre todo se había enamorado de mi y ningún acto puede borrar eso.

  Yo no sabía las palabras indicadas para decir, me sentía en una historia, en uno de esos libros de amor tan lindos. Dentro de mi habitaba algo tan inefable, esa corriente de sentimientos que viajan hacia lo desconocido, sin rumbo ni órdenes.

  —Gracias, es muy lindo —Dije mientras me acercaba a él —. Es lo único que puedo decir en estos momentos —cada paso que daba me cortaban las palabras.

  —No te preocupes, tus ojos me lo dicen todo. Tu mirada es extremadamente hermosa, como algo fuera de este mundo.

  El tiempo se iba alargando y nosotros solo nos acercábamos al punto de encontrar nuestras bocas y besarnos. Sus labios, sus labios suelen ser tan exquisitos y su manera de envolver mi cintura con sus brazos era encantador.

  Fue en ese entonces cuando mi madre decidió interrumpir el momento:

  —Perdonen no sabía que estaban aquí —nos dijo después de soltar un pequeño grito de susto y emoción al mismo tiempo.

  —No se preocupe Sr.Mels, ya me marchaba —. Todo apenado contestó Aaron.

  —No tienes porque hacerlo ¿Por qué no te quedas a cenar?

  Yo a decir verdad mantuve mi boca callada, no sabía que decir.

  —No tiene porque hacer eso —Aaron puso una de sus manos sobre la cabeza, se despidió y se marchó.

  A mi me aterraba la idea de tener que quedarme a solas con mi madre luego de lo visto. Ya sabía la de preguntas que me haría.

  Así pasó la noche y le conté a mi madre lo sucedido con Aaron. Ella se notaba bastante feliz con la noticia, aún sin importar que Aaron fuera unos años mayor que yo.

∆∆∆
 
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Demonios OcultosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora