Capítulo 22: Una casa más

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∆Aaron∆

Pasaron alrededor de dos días, nada relevante había transcurrido. Todas las personas de telluride junto a la oficina de homicidios, dedicaron minutos de silencio por aquellos que habían sido encontrados muertos. Los policías del pueblo me ayudaron hacer un acto en honor de mi padre y el resto de los asesinados. Pero nada de lo ocurrido hizo que detuviera mi búsqueda del asesino, así que revisé otros alrededores buscando diferentes casas en los bosques.

  Bien dicen el que busca encuentra, y mi esfuerzo no fue en vano. En el mismo bosque cerca del antiguo instituto se encontraba una casa. Era de un estilo viejo, más, seguía bien cuidada. Me acerqué a ver en las ventanas.  Por dentro todo parecía estar en orden, las ventanas no mantenían ningún tipo de suciedad ni polvo. Las cosas estaban bien ordenadas y con una formación perfecta. La casa era grande y estaba cubierta de maderas barnizadas de color blanco. Sus ventanas y puertas también se encontraban en perfectas condiciones.

  Tras ver todo esto me comuniqué inmediatamente con el comisario para investigar más a fondo. Toda la información que me habían dado me hacía dudar, y no una duda cualquiera sino una ante el amor por Charlotte.

  La casa se encontraba actualmente a nombre de la señora María Mels pero anteriormente era de sus padres quienes habían fallecido hace algunos años. Tras platicar con el comisario pensé solamente en ponerme en marcha para el final de este caso, así que me dirigí a casa de los Mels, llegué y toqué el timbre:

  —¡Aaron que sorpresa! —exclamó la madre de Charlotte —. Charlotte no ha llegado de la universidad aún, pero puedes pasar y esperarla.

  —Hola Sr. Mels. —contesté —En realidad vengo a hablar con usted.

  —Dejemos la formalidad, puedes llamarme María, lo de señora hasta me hace sentir vieja —. Nos hechamos a reír a carcajadas.

Una vez dentro, estábamos sentados en un sillón de la sala, María se podía notar un poco nerviosa, más preferí no prestar mucha atención a eso:

  —Verás señora, mejor dicho María me he informado sobre una casa en el bosque que está a nombre suyo.

  —Debes estar hablando de la casa de mis padres, ellos murieron y yo la heredé ¿Sucede algo con la casa?

  —Nada en particular —. Estaba claro que yo no quería hablar sobre mis sospechas y menos a una madre —¿Hace cuánto que no va a esa casa?

  —Supongo que desde que la heredé, la casa me trae recuerdos de ellos y son cosas que prefiero evitar sentir.

  —¿De ellos? —interrogué ante la incógnita que decidió impregnarse en esos momentos en mi mente.

  —Sí, mis padres. A mi no me gusta hablar sobre eso, pero mis padres no tuvieron una muerte natural.

  —¿Que les sucedió?

  —Fueron envenenados —. Toda la conversación tomaba un rumbo aterrador y misterioso, lo cual llamaba más mi atención.

  —¿Por qué piensas eso?

  —Ya dije no me gusta hablar del tema, mientras más corta sea está conversación sin sentido mucho mejor para mí —. Dijo María mientras acariciaba su hombro izquierdo con su mano derecha.

  —¿Nunca le has dejado vivir a alguien allí? Solo respóndeme eso y me iré.

—No, la única que visita la casa en vacaciones es mi hija, habla todo con ella.

  —Entiendo, gracias por todo —me levanté de mi lugar.

  —¿No esperarás a Charlotte?

  —No puedo, tengo prisa por el trabajo, pero luego la veré.

∆Charlotte∆

   En cuanto llegué de la universidad mi madre, quién estaba sentada en uno de los grandes sillones de la sala se levantó de su lugar inmediatamente:

  —Cariño ¿cómo va esa escuela?

  —Bien mamá, me enfocaré mucho en mis estudios, tengo oportunidad de ir a la Universidad de New York. —ella se alegro ante tal noticia y me abrazó fuerte.

—¿No quieres dar una vuelta? Hace mucho tiempo que no hacemos nada juntas... —sonrió, pero su mirada era triste y lamentable.

—Vale madre... —yo notaba algo extraño en mi mamá —subo mis cosas y salimos enseguida.

∆∆∆

  Fuimos como de costumbre al mismo lugar, nuestra cafetería le llamaría yo. Fue allí donde decidió hablar del tema:

  —¿Sucedió algo hoy? —Dije buscando que ella se refugiara en mí, temía que me dijera que tenía una enfermedad o algo así, pero todo fue peor.

  —Nada, o bueno no sé, depende de cómo lo veas tú.

Nuestra conversación duro al menos una hora, las palabras no solo rompían el silencio sino dos corazones de madre e hija dispuestos a sacrificarse, pero esta vez sería yo quien quedaría sola...

∆∆∆

Al poco tiempo de haber llegado a casa recibo un mensaje de Aaron:

“¿Tienes tiempo para vernos ahora?”

Le respondí que sí. A los minutos él había llegado a mi casa y luego nos habíamos ido a la de él. Nos sentamos en el patio, sus ojos se veían enojados:

—¿Pasó algo con el caso? — Intenté relajarlo.

—Nada en particular.

—¿Algo malo me tienes que decir? —respondí yo.

—Depende de cómo lo veas tú. —¿Enserio? Allá íbamos con otro “Depende como lo veas tú”

  —¿A que te refieres?

  —He encontrado una casa en el bosque, creo que puede tratarse de la que hablaba Andrés.

  —Sigo sin saber en qué me puedo involucrar yo. —Yo me encontraba totalmente dudosa.

  —La casa está a nombre de tu madre.

  Después de haberle mirado unos segundos fija y pensativa respondí:

—Si está a nombre de mi madre debe tratarse de la casa de mis abuelos.

  —Si, la señora María me ha hablado acerca, pero es ahí donde vienes tú —Yo solo le miré con dudas, realmente no entendía en qué podía involucrarme yo en sus asuntos —. Tú eres la única que visita esa casa.

  —¿Que me estás queriendo decir?

  —Disculpame, solo quiero que seas sincera conmigo —. Sentí una furia inmensa.

  —Yo te he sido sincera todo el tiempo —Sin entender mucho contesté —y no sé qué quieres decirme con que te sea “sincera”.

  —Tu ojos me encantan —en esos momentos arrebataron mi mente, ya no sabía que pensar, tanta confusión me nublaba las palabras —pero... —continuó él —... no sé porque no confío totalmente en ellos, en ti...

  —¿Qué? —me exalté —De verdad que vamos a comenzar otra vez con esto. Estoy cansada, ya dejaré que pienses y confíes en lo que quieras —Me levanté de mi lugar y luego me marché dejándole claro que no quería volverle a ver.

 
∆∆∆

Vamos mis amores, esa es la vecina que puede, vamooos a por más:

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