Capítulo V. Un trato con el Demonio.

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Samary.

- "Cuando quiera señorita De Angeleis, puede hablar, ¿qué es lo que pretende?"- me dijo el Demonio sirviéndose una copa del aparador donde se encontraba el Whisky.

Al parecer, no íbamos a tardar mucho en llegar al lugar que ese hombre prendía llevarme, Constantine Nikolau se alojaba en el mismo hotel del evento, así que tras sacarme de la sala donde se realizaba el cóctel. Tan sólo me arrastró hasta el ascensor más próximo, de ahí sin soltarme, sin mirarme, y en silencio, llegamos a la última planta, donde recorrió todo el pasillo hasta una de las suite de lujo del otro lado del hotel.

Yo en ningún momento ofrecí resistencia, ni me negué a ser arrastrada, sabía que esta era mi oportunidad para conseguir el apoyo de ese hombre, esperaba hacerle la oferta más atractiva del mundo, y que él la aceptara, o si no tendría que volver empezar de nuevo, y estos tres años de trabajo y sacrificio, no servirían de nada.

Una vez dentro de la suite, él me soltó como si mi tacto lo quemara, y al contrario de lo que hubiera hecho otro hombre, si una mujer se le ofreciera como yo lo hice, ese hombre se alejó de mi para servirse una copa.

- "Lo mismo es gay, como dice Vale....¡Ni de coña! Ese hombre no besa como lo haría un gay, es más, aunque no tengo mucha experiencia, creo que este hombre no besa como lo hacen muchos heterosexuales, ese hombre no besa como cualquier ser humano...besa como los demonios, cuando te vas a dar cuenta, te ha robado el alma."- pensé mientras me abrazaba mí misma.

- "No me ha respondido a la pregunta, señorita De Angeleis"- lo miré recordando lo que me había preguntado, no me sorprendió que conociera mi nombre, era una modelo conocida en este mundo, ya que prácticamente, era de las pocas modelos que promocionaba tecnología.

- "Se lo voy a contar, pero primero podría devolverme el broche, fue un regalo de un gran amiga."- le pregunté.

Él me miró extrañado, como si no entendiera a lo que me refería. Me acerque a él y quitándome el pendiente, sólo lo pasé, sin tocarlo, por delante de su chaqueta cuando un pitido horrible, que nos dejó sordos los dos, se escuchó. Cogí rápidamente el móvil y desactivé los sensores de audio.

Él me miro aún sin entenderlo. Metí mi mano en su bolsillo delantero de la chaqueta, con cuidado de no demorarme mucho, él intentó alejarse de mí, pero yo sólo lo miré, haciendo un gesto con la otra mano, para hacerle ver que no iba hacerle nada, aunque la cercanía de ese hombre y ese tacto comenzaba a afectarme otra vez.

Finalmente saqué ese maldito broche, al parecer cuando tropezamos, esa cosa cayó dentro del bolsillo delantero de la chaqueta de este ser tan inquietante.

Se lo enseñé, y él me miro, con suspicacia.

- "No lo coloque ahí, lo prometo, ni siquiera sabía que eras el Demo... digo Constantine Nikolau, aunque era a ti a quien estaba buscando."- dije alejándome de él, su cercanía me ponía nerviosa, y no podía pensar.

- "¿Y se puede saber para qué era que me buscaba?"- me preguntó aun serio, apoyándose en el aparador, con los pies cruzados, una mano en su bolsillo del pantalón, mientras, con la otra, bebía de su vaso de whisky. Sus ojos no se apartaban de mí, haciendo que mis manos temblaran.

- "¡Por Dios!, llevas años para llegar hasta aquí, lo has ensayado miles de veces, hasta has pensado en las miles de respuestas que te puede dar, y como rebatirlas, para que cambie esa respuesta, céntrate y hazlo de una vez."- me reprendí mentalmente.

- "No tengo mucho tiempo señorita De Angeleis, si lo que ha buscado es mi atención ya la tiene, si todo lo que está buscando con esto que montó en el coctel, es acabar en mi cama, le puedo advertir que soy muy selectivo con quien la comparto y ..."- lo interrumpí, no deseaba que otro hombre me dijera lo poco adecuada que soy para el sex... digo ciertos actos.

Casada con el enemigo de mi esposoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora