Capítulo XVI. Arrepentimientos que crean peligros.

3K 229 6
                                    

Akon.

- "Cariño necesito que pongas una denuncia a L'Fay, ¿te puedes creer que dejaron que unos? ... ¿Qué ha pasado aquí?"- dijo Nicole, cuando entró en la suite que compartíamos.

Sabía a qué venía la pregunta, dado el estado en que se encontraba el salón de la habitación. Pero sinceramente no me pude controlar la ira me había dominado. Aun no podía entender por qué mi diosa dorada, había elegido aun estúpido con Constantine Nikolau como prometido. Así que normal que después del el desplante de la diosa morena me había hecho, la perdida de los negocios con el conglomerado de Nikolaus L.G. Electronic, por no hablar de la amenaza abierta y directa que acaba de lanzar su presidente, descargara toda mi ira contra todos y cada uno de los muebles y objetos de decoración de la suite.

Mi mente confusa, no entendía nada, primero porque Samary, su Samary, se había comprometido con el Demonio. Había venido hasta Nueva York, no sólo por cuestiones de negocio, ni para que la maldita Nicole se comprará su traje de novia, sino para poder convencer a mi diosa de que firmará un contrato de promoción para algunos de los productos de la empresa, y así ponerla tenerla cerca de mí, justo por eso me emocioné al verla en el ascensor, y cometí esos estúpidos errores. Estoy convencido que, si consigo tener una conversación con ella, sin meteduras de patas como las de hoy, pronto podría conquistarla.

La verdad era que no sabía que me pasaba con esa preciosa mujer, desde que la vi por primera vez en un desfile, y luego en una fiesta, aunque no me aproxime a ella, y sólo me dedique a observarla, por una extraña razón, en su forma de moverse, de hablar con otras personas, incluso en una ocasión, la vi intervenir en una conversación sobre ciencia, todo eso, en ella, me resultaba familiar, era como si ya la conociese, aunque era imposible, y lo sabía.

Además, si a esto añadimos que me siento atado a Nicole, por lo que hicimos, es normal que dirija mis vista a esa inteligente belleza. Tampoco es que la relación entre la maldita egoísta y controladora de mi prometida y yo vaya a las mil maravillas. Sé que ella tiene sus amantes ocasionales, lo cual no le reprocho, porque yo también las tengo, pero, lógicamente, sin que ella lo sepa, porque esa mujer es una celosa y egoísta.

De todas formas, la culpa fue mía, cuando la seduje, al principio, para que me ayudara a robarle todo a la estúpida de Kayla, fue muy fácil de convencer. Nicole Courcel, es de todo menos inteligente. Ella es celosa, orgullosa, sin nada de cerebro, totalmente manipulable, fácil de engañar, y sobre todo un ser de bajos instintos, dominada por la perversión.

Fue por esto último que la atrape, convirtiéndola en mi cómplice. Aunque después de tres años ese fuego cansa y aburra. Pero no puedo hacer nada, ni siquiera puedo acabar con ella de manera inmediata, ya que en mi palmares, ya hay dos muertes accidentales, un tercero, en tan corto espacio de tiempo, seria desde luego, como mínimo extraño.

Sinceramente ahora mismo lo que más lamento, fue deshacerme de Kayla, la verdad que esa idea no la concebí bien, ya que esto me ha traído repercusiones graves, que aún hoy lamento.

Primero a diferencia de Nicole, y Kayla, la segunda era como un perrito fiel en mis manos, sólo miraba por mis ojos, y obedecía todo lo que le ordenaba, por otro lado, su mente científica era lo mejor de tenía mi empresa. Casándome con ella, hubiera sido presidente igual, todo me seguiría perteneciendo. Sería el dueño y señor de todo, y con menos estúpidas quejas. La empresa hubiera crecido gracias a los prototipos creados por su mente brillante. No como ahora, que el personal de IMASD son todos unos frikis inútiles, no sale nada de esa cabezas, que valga la pena, si hasta he tenido que recurrir a los proyectos desechados por Kayla, o vender las patentes de sus prototipos más famosos, para poder tener algo de crecimiento económico en estos tres años. Decididamente fue un error hacer desaparecer a ese cordero enamorado y sacrificable.

- "Lo calculé mal, y salí perdiendo, ¡Seré estúpido! ¿De qué me sirve una ninfómana con buen cuerpo, pero una inteligencia por debajo de la media? Me hubiera quedado con la gorda, que sólo exigiría un poco de afecto y un sacrificio mínimo en la cama, y en estos momentos me estaría cubriendo de oro, mientras yo me dedicaba a gastar, y a disfrutar de mis amantes, a sus espaldas, total la ceguera que tenía Kayla contigo, era total"- pensé mientras me dirigía a lo que quedaba del mueble bar para ponerme otra copa de whisky.

Mientras la agobiante de Nicole caminaba a mi alrededor queriendo saber que era lo que me había ocurrido para enfurecerme tanto. La miré advirtiéndole que no era el momento, no ahora, y como siempre ella lo interpreto a su manera, dejó de preguntarme por lo que me había pasado allí, y porque estaba todo esparcido, o roto, por el suelo enmoquetado de la suite, para centrarse en su tema favorito, ella.

- "¿Sabes quién es el presidente Constantine Nikolau, de Nikolau L.G. Electronic, y su futura esposa Samary De Angeleis? Creo que ella es modelo"- me dijo haciéndome frenarme de golpe, y mirarle serio, en tensión.

-" ¿Se habrá enterado de lo que pasó en el ascensor de la torre Nikolaus?"- pensé, mientras intentaba controlar el temblor de mis piernas. Pero Nicole continuo, al parecer estaba tan centrada en sí misma, que no notó nada.

- "Si lo sé, es la empresa con quien hoy tenía una reunión, ¿Qué ha pasado, Nicole?"- en ese, momento la estúpida comenzó a contarme los que había pasado en L'Fay, y los ofendida que estaba porque le negaron un privado, con lo que costaba eso.

Una ira me sobrevino y me dieron ganas de golpearla, esta estúpida lo único que hacía era crearme problemas.

- "¿Sera esa la razón por la que el Demonio se portó así en la reunión?, ¿Por culpa de esta inútil, poco seso?"- pensé, mientras comenzaba a agobiarme de tener a Nicole cerca de mí.

Ella debió notar la ira en mis ojos, e intento como siempre usar su cuerpo para calmarme, pero esta vez no me dieron ganas de follármela, la verdad, llevaba un tiempo que me aburria, ya casi no la deseaba. Y desde luego no después de a ver rozado con el mío, delicioso y tentador cuerpo de Samary, mi diosa eterna, no después de haber olido su piel, y haber rozado sus labios suaves levemente. Había sentido más deseo, con un apenas roce de ese cuerpo que, con las sesiones maratonianas de sexo imaginativo, con la pervertida de Nicole. Esa mujer ya me aburria.

Así que me aparte de ella, diciéndole que tenía cosas que hacer. Así salí por la puerta, no sin antes ordenarle que llamara al servicio de habitaciones para que limpiaran la suite, y que pasaran los desperfectos a mi cuenta.

Ella me miro perpleja, pero no dijo nada, sabía que se había quedado con las ganas, así que, de seguro llamaría unos de sus amiguitos, o alquilaría a alguien para satisfacer su fuego. Sinceramente, me daba igual, mientras no fuera yo.

Mientras caminaba por el pasillo una idea me sobrevino, una idea que me ayudaría a deshacerme de la carga que suponía para mí la maldita de Nicole, y al mismo tiempo podía recupérame económicamente, ya que por culpa de esta estúpida dudaba que el Demonio dejara pasar que hubieran ofendido a su prometida. Aunque mi idea requería de unos o dos años de elaboración, no podía ser inmediato.

Al pensar en el Demonio, recordé su tranquila y directa amenaza, de destruirme, por haber tocado a su prometida, y sinceramente, me puse nervioso, las manos me temblaron, tenía que acelerar mi plan si quería poder combatir a ese hombre, con las misma armas dinero.

- "Morgan necesito que me hagas un seguro de vida, el más caro que haya, a nombre de mi esposa, y como beneficiario, yo."- le dije a mi gestor contable, por el móvil. Debía tener paciencia, aunque también, me podia mover por otros terrenos mientras esperaba.

Justo un minuto antes de entrar al ascensor unos labios carnosos, unos ojos de gata tentadora y un cuerpo de diosa, se colaron en mi mente, y una sonrías se dibujó en mis labios, tenía que pensarlo, y como lo haría, pero no pensaba renuncia a la diosa, su insistencia en negarse a ser la modelo de Industric G.N.O.F. sólo me daban más ganas de tenerla, sólo para mí.

- "Es más ¿por qué piensan que no la voy a seducir? Ninguna mujer se me ha resistido nunca en mi vida, y Samary De Angeleis no iba a ser la primera, aunque Nicole estuviera siempre podía jugar al juego del gato y el ratón con ella, y una vez que me deshiciera de mi nueva mujer, esa diosa sería mía, y yo voy a pasar a la historia por ser el único hombre, en conseguir robarle la mujer al mismísimo Demonio.

Casada con el enemigo de mi esposoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora