Capítulo XXXVI. Las confesiones.

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Samary.

Me prometí a misma cuando inicié el relato, que no dejaría ver mi dolor, ni el miedo, ni la desilusión. Sólo lo habían contado una vez en mi vida, fue esa noche, en la misma noche que renací, a Valerie, la persona que, como yo, esa fatídica noche, también perdió a alguien, que para ella era muy importante.

Sólo yo sabía porque Samary De Angeleis, era tan importante para Valerie, esperaba que hoy, en este día de confesiones, ella se lo confesara también al hombre que amaba, y revelara sus gran secreto, la antigua Samary y yo luchamos para que ella superara ese secreto, que sólo nosotras dos sabíamos.

Pero un día, ese maldito día, no solo yo perdí, mi salvadora también cayó derrotada por sus demonios, y decidió acabar con todo su dolor. Valerie fue la tercera víctima de ese fatídico día, no sólo perdió a la única persona que siempre estuvo a su lado, además perdió a la única familia que había conocido.

Ese día hubo tanto dolor, tanto miedo, tanta perdida, que por mucho que yo quise permanecer fría, ecuánime, y centrarme en los hechos, no en las emociones, a medida que relataba la ilusión de antes de la boda, el trato frío y superficial, de quien se suponía estaba enamorado de mí, durante la boda, la insistencia durante el banquere en acabar lo antes posible, y finalmente el verme tirada en el suelo de cubierta, totalmente drogada con un paralizante muscular, mientras oía como se burlaban de mí, mientras me decían que también habían asesinado a mi padre, y finalmente sentir como era arrojada al mar, mientras no puedes moverte, notando como te ahogas, y simplemente no puedes luchar, por que tu cuerpo no te responde.

Mientras lo relataba todo, las lágrimas brotaban de mis ojos, ni me di cuenta de que estaba abrazada a él, y que el Demonio me sostenía con fuerza, mientras de vez en cuando, carraspeaba, o se tensaba.

- "Mientras me hundía, al principio lo odie todo, incluso a mí misma, pero cuando ya se me nublaba la vista, sólo pensé que al fin me reuniría con mis padres. En especial con mi padre tenía que pedirle perdón por no haberle hecho caso, al provocar su muerte por mi maldita testarudez. Luego todo se oscureció. Lo siguiente que sentí era como me ahogaba, y mi cuerpo se movió para que me moviera, esta vez sí reaccionó, y me encontré torciendo, sacando la cabeza de una gran bañera, rodeada de botellas de alcohol y de barbitúricos. Al mirarme en el espejo me vi dentro del cuerpo de otra mujer, una mujer más joven y bella, alguien que no era yo. Junto al lavabo había una nota de suicidio. Mi salvadora había pasado un auténtico infierno, que abras conocido atreves de los medios, fue todo un escándalo, y también conocí, ese día a Valerie, la mejor amiga de mi salvadora. Esa noche las dos perdimos algo, y eso nos unió más que nada en esta vida, la amistad y la venganza. Tardamos tres años en conocer como vengarnos, trabajamos mucho para convertirme en Samary, pasar de ratón de biblioteca a Top model, es un gran salto, ¿No crees? Y tú empresa y tú fueron nuestra respuesta, el resto ya conoces la historia."- a medida que iba llegando al final del relato, comencé a calmarme, y las lágrimas se secaron, pero él me siguió abrazando, sin decir nada.

- "Ese hombre merece perder más que una empresa, Hera, merece perderlo todo."- dijo en un gruñido ronco, casi un murmullo.

- "Si, pero no hay pruebas de mi muerte, aunque hay muchas pruebas de la muerte de Nicole, que no se podrán usar con la justicia, ya que las escuchas son ilegales, esas pruebas cualquier abogado podrá eliminarlas."- le dije acariciándole la camisa debajo de la chaqueta Armani, mientras notaba por primera vez el rápido latir de su corazón y la tensión de su cuerpo, el Demonio estaba furioso.

- "Para la justicia sí, pero para los seguros, eso es distinto, con eso es bastante, les vale cualquier excusa para no pagar, además dos esposas o futuras esposas, en tres años es más que sospechoso. ¿Dices que Caroline se quedó con el broche?"- me pregunto, y yo asentí.

Casada con el enemigo de mi esposoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora