Capítulo XVII. Las armas de un pervertido.

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Valerie.

- "A mí no me engañas Batgirl, estas evitando a tu prometido desde hace dos semanas con la excusa de acabar con todos los proyectos que tienes pendientes antes de tu boda, pues te tengo una sorpresa, te casas en dos días, así que tu tiempo de huir se ha acabado."- le dije a la escurridiza de Samy, mientras me apoyaba en el gran mostrador de dispositivos de la Batcueva.

Ella sólo levantó la vista, y se retiró las gafas de protección, mientras dejaba de soldar el circuito que estuviera haciendo, en esos cachivaches, con los que a ella le gusta jugar, cuando quería evadirse, y con una mirada de suficiencia, me dijo.

- "Mira quien vino a hablar, quien se ha pegado a mi como una garrapata, para acompañarme a todos los proyectos que tenía por acabar, si hasta viajaste conmigo a Belice, para la sesión de fotos en traje de baño, con lo que odias la arena y el calor."- no le pude rebatir el punto, porque sinceramente tenía razón, así que puse mi cara de inocente, y le sonreí.

Ella me devolvió la sonrisa, para a continuación ponerse seria de repente, haciéndome ver que mi técnica no había funcionado:

- "Decididamente Vale, no juegues al póker, eres mala jugadora. No sé lo que te pasó con Bacon Martin, pero no haces más que huir, y eres mi agente, se supone que deberías estar reuniéndote con todo el mundo para arreglar mi vida."- la mire sin poder creer lo que estaba diciendo.

- "Lo que faltaba, yo soy tu agente profesional, guapita, lo que hagas tu con tus asuntos personales, no es cuestión mía, que culpa tengo yo que desde que conociste al Demonio, tu cuerpo haya decidido que quiere ser devorada, ser la virgen del sacrificio. No es mi culpa que tu libido se haya despertado, que ese cuerpo dormido y lleno de telas de arañas, quiera hacer de todo y más, con el pecaminoso cuerpo de ese ser oscuro, que no te deja dormir por las noches. Discútelo con él y pídele que te haga un buen trabajito, al menos así podrás dejar de suspirar por la casa, o hacerme viajar por todo el mundo, para que tu no cedas a la tentación. Bastante problemas tengo yo ya con cargar con esa maleta pervertida y tentadora, que me adjudicaste, por seguirte en tus aventuras."- dije sentándome en el enorme sillón de la Batcueva, mientras cogía la tablet para ver un video de YouTube, ignorando a mi ingrata amiga.

Sabía que había sido directa, y no necesitaba mirar a mi heroína favorita, para saber que este momento estaría con la cabeza agachada intentando disimilar el enorme sonrojo que muy seguramente estarían extendidos por sus mejillas. Adoraba a mi amiga, era la mujer más especial e inteligente que conocía. Esta Samy y la otra, fueron y son mi familia, las únicas personas por las que iría hasta las últimas consecuencias, por las que haría pagar con su vida, si fuera necesario, a todas aquellas personas que les hicieran daño.

Pero tenía que reconocer, que Batgirl, era muy inocente incluso más que la otra, en algunos temas, en especial los hombres, prueba de ello, era el más gusto que había tenido para elegir al estúpido de Akon. Lo del Demonio no tenía merito, porque había que estar muerta, para no darse cuenta de lo atractivo, cautivador, y peligroso que era para la estabilidad emocional y corporal de cualquier fémina. Hasta una mujer con problemas de libido, hubiera sentido el calor que le provocaba tan sólo recibir la mirada de esa tentación del infierno, que era como lo llama Samy, cuando se refería a él.

A todas, excepto conmigo, quizás era porque los hombres que tienen un ego igual o superior al mío terminaban agotándome, no deseo pasar mi vida luchando por ver quien se sale con la suya, mi forma de ser de arpía, no me lo permitiría.

- "Pero en cambio un pervertido, egocéntrico, seductor y baja bragas, con Bacon Martín te saca de tus casillas, y te enciende como un fórmula uno antes de una carrera, en todos los aspectos, ¿Verdad, zorra Valerie?."- me dije a mi misma, reprendiéndome.

Casada con el enemigo de mi esposoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora