Capítulo I. Una nueva oportunidad.

4K 283 13
                                    

Samary.

De repente sentí como me faltaba el aire, sentía como si mis pulmones fueran a reventar. Así que luché, y finalmente salí del agua. Mientras tosía con fuerza, sacando el agua que había en mis pulmones, intenté respirar profundamente, y abrir los ojos. Me di cuenta de que me encontraba en una gran bañera tipo yacusi, por un segundo pensé que estaba delirando, que esto era sólo un sueño. Recordé lo último que estaba haciendo, fue nítido y doloroso, estaba muriendo asesinada.

- "¡Pero qué demonios!"- grité al ver mi cuerpo por primera vez. - "¿Dónde está la mitad de mi cuerpo?"-

Estaba desnuda, y no me reconocía nada de lo que veía, donde antes había grasa y dobleces, ahora todo esta estirado, donde antes había flacidez, ahora había firmeza. Este cuerpo no era una gran y única curva, sino que las curvas estaban distribuidas entre un voluptuoso pecho y una formadas caderas. Mis piernas eran larguísimas,

- "¿Unas piernas podían ser así de largas?."- pensé estaba como en shock no entendía nada, por eso mis preguntas eran estúpidas.

Asustada salí de la bañera, la agilidad de mis movimientos fue lo primero que me chocó, eran ligeros, no como antes, era como si mi cuerpo estuviera acostumbrado al ejercicio.

Al mirarme en el gran espejo que ocupaba casi toda la pared del gran baño, grité con fuerza asustada, sobre la superficie había otra mujer reflejada. Definitivamente estaba soñando, así que me golpeé la cara, y el dolor llegó, comunicándome que eso era real. Delante de mí, como una aparición, se encontraba la mujer desnuda y mojada más atractiva que había visto en mi vida.

Su pelo húmedo era lacio, negro y muy lago, sus ojos eran grandes, entre verdosos y dorados, más bien de un color indefinido, cambiantes como los de los gatos. Me acaricié la cara para intentar reconocerme por el tacto.

- "¿De dónde ha salido estos labios voluptuosos, y este tacto de porcelana?"- pensé mirando el reflejo del espejo. Esa piel era perfecta, no llena de desagradables puntos de grasa, que debía cubrir con mucho maquillaje, provocando así que salieran más granos aún. Todo en esa nueva imagen proclamaba belleza.

- "Definitivamente estoy muerta."- dije en alto.

Junto al lavabo, había una nota, la recogí y la leí.

- "Yo Samary de Angeleis, dejo recogido en esta hoja mi declaración y última voluntad. No aguantaba más seguir viviendo así, con estos cambios de humor que me han convertido este ser repulsivo, donde me da igual el dolor que causo a los demás, o mi propio dolor. Años de trabajo como Top- model se han visto eclipsado, por esta enfermedad que mi agente me ha obligado a mantener en secreto, todo por llenarse los bolsillos. Mi vida de lujos, y fiesta inacabables, es toda una fachada, la verdad, es que no soy feliz. Llevo sobrellevando esta depresión durante años, ocultándola bajo ese ser egoísta y desconsiderado que es Samy. He tenido que crear a ese ser avasallador, para que explicara mis arranques repentinos de ira, o mis reacciones depresivas. Los retrasos, el maltrato a las ayudantes de maquillaje, de peluquería, de vestuario, todo a ha sido siempre una fachada para disimular mis largos periodos de silencios, o mis desapariciones repentinas. He hecho de todo para anular el contrato que tengo con el desalmado de mi agente, pero no he encontrado solución. Así que he optado por la opción más cobarde, espero que esa rata reciba su castigo. Para quien quiera que me encuentre, lamento esta visión. Pero no podía hacer otra cosa."- al parecer hasta las bellezas tiene su problemas.

Cubrí mi cuerpo con un albornos, y recogí las pruebas del suicidio de esta pobre mujer, pastillas, que identifiqué como barbitúricos, y varias botellas del alcohol se veían por el suelo, al fondo de la bañera estaba una copa de vino.

Casada con el enemigo de mi esposoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora