Capítulo XV. Borrando errores.

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Samary.

- "Por fin te atrapo preciosa, por fin te tengo sólo para mí"- cuando oí la voz de Akon, esa voz que tanto había adorado hace años, cuando aún pretendía conquistarme, me di cuenta lo estúpida que había sido.

- "Oh, ¿no? "- quizás era porque mi venda se había retirado en el mismo momento que vi la verdadera cara de ese hombre, pero por fin, me di cuenta, yo era culpable era de estar ciega, de no saber ver que un hombre tan manipulador como él, supo engatusar a la mujer que era yo en ese entonces.

Kayla fue como muchas mujeres, aquellas que por amor lo aceptan todo, que cualquier muestra de cariño, por muy leve que fuera, era recibido como un gran gesto.

Nada importaba, el no atenderme, el olvidarse de las fechas importantes como mi cumpleaños, los desplantes en público, los gritos cuando él no conseguía lo que quería, para nada de eso me sirvió la inteligencia privilegiada que tenía, porque ante un simple gesto de cariño, una sonrisa, un te quiero falso, un beso rápido con prisas, un elogio por mi trabajo, una promesa de matrimonio, cualquier cosa era válida, para cegarme, y así no ver la verdadera naturaleza de este hijo de puta.

Pero ya no estaba ciega, las sonrisas, y los gestos que antes me anulaban el juicio, ahora me eran ridículas, programas y hasta falsas.

Fue en ese momento cuando mi inteligencia regresó a mí, me di cuenta de que el odio ya no me nublaba la razón, simplemente Akon García sólo era mi asesino, alguien que pagaría por lo que me hizo, ese amor que sentí por él murió también con la vieja Kayla.

- "¿Discúlpeme nos conocemos? y aunque nos conozcamos ¿Quién le da el derecho de hablarme así?"- decidí que para encarar a el cerdo Akon, Samary De Angeleis, la top model era mucho más que adecuada, una mujer que con chasquear los dedos podía tener al hombre que quisiera, y ahora mismo estaba prometida, a uno de los hombres más atractivos que hay sobre la Tierra.

Por un momento percibí sorpresa en la cara de Akon, y sabía porque, el mal nacido, siempre había sido un hombre muy guapo, quizás algo más guapo que el Demonio, pero ni de lejos tenía su poder de atracción, ni esa fuerza intimidante en su mirada, al lado de Constantine Nikolau, Akon García era un niño bonito.

Pero podía llegar a entender que, para muchas mujeres, ese idiota era toda una tentación, quizás eso fue lo que le ocurrió a Kayla, que, en su fuero interno, casi no podía creer que un hombre tan atractivo, se hubiera fijado en ella, por eso aceptó todo lo que ese mal nacido le hizo, con tal de no perderlo.

No me sorprendió que tras la sorpresa inicial el estúpido de Akon intentara cambiar a su encanto seductor, ese que usó conmigo tantas veces, lástima que ya no fuera Kayla, lastima para él, lógicamente, yo estaba encantada.

- "Perdón señorita De Angeleis, pero como ve ante su belleza, prácticamente mi mente sucumbió, es normal no todos los días sube alguien al ascensor y se encuentra con un ángel, podría perdonarme."- mi estomago se revolvió en ese momento.

- "Si este estúpido liga mucho con estas frases, decididamente la población femenina de este mundo necesita morir y volver a nacer, no podemos pasar a nuestras hijas estos genes defectuosos, que ven a un estúpido como Akon, como una opción a ser elegido como hombre."- pensé mientras me ponía en guardia al ver al estúpido acercarse a mí, acorralándome contra la pared lateral del ascensor.

- "¿No hay suficiente espacio que tiene que invadir mi espacio personal, señor como se llame?"- me di cuenta enseguida que Samary no tenía por qué conocer a un ser tan poco importante como Akon García, dentro del mundo en que se movía la modelo, así que fui rápida en demostrarle que ni sabía quién era.

Casada con el enemigo de mi esposoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora