La primera boda real de una renacida

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Samary.

- "¿Cuánto queda?"- pregunté retorciéndome nerviosa las manos. Mientras contemplaba mi imagen en el enorme espejo de la sala reservada para la novia. El reflejo que me devolvía era el mismo que tenía en mi mente, una imagen distorsionado de la realidad, no veía a una mujer con cuerpo de diosa, y una belleza que haría partir barcos de guerra o tomar castillos para salvarla, interiormente me sentía sintiendo como esa niña gordita, patosa, y nada agraciada, que sólo servía para estudiar y para crear inventos nuevos, con una inteligencia privilegiada para algunas cosas, pero totalmente inepta en las relaciones interpersonales. No conocía a las personas, ni sus intenciones.

Siendo sincera, el físico, gracias a mi gran amiga Zorra Valerie, descubrí que es superable, cualquier mujer de este mundo, delgadas, gordas, altas, bajas ... con una buen asesoramiento, puede sacarles partido a sus puntos fuertes, y pasar de ser una patito feo a convertirse en hermoso cisne, pero el analfabetismo en cuestiones de inteligencia emocional, y relaciones personales, eso sí que era mucho más peligroso y difícil de superar. Ya que es algo que va con la personalidad y la fuerza de voluntad para cambiar, además que en ocasiones tu mente, junto a tus miedos, te puede jugar malas pasadas. Por eso era importante tener una guía que te ayudara a poner los pues en la tierra.

Si cuando volví a este mundo, gracias a mi salvadora, yo no llegó a encontrar a Vale, mi vida con este cuerpo de diosa hubiera sido igual de miserable, por que cualquiera podría engañarme, morir no me otorgó la habilidad de saber cuándo una persona desea mi mal, sólo me abrió los ojos a mi realidad, que muchas personas puedes decir lo mismo. Mi mayor regalo de mi nueva vida fue, mi gran amiga y consejera, Valerie Hayes.

- "... ¿Me estas escuchando, Samy?"- me di cuenta de que mi primera Dama de honor lleva un rato hablando conmigo, pero yo estaba en mi mundo, en el que ni me estaba casando, ni tenía que pasar por esta horrible experiencia otra vez.

Algo debía notar la perceptiva de Vale, porque se acercó a mí y cogiéndome de las muñecas me hizo sentarme en el gran sillón a su lado y me dijo.

- "No va a ser igual, esta vez no vas a sufrir. Recuerda que sostienes, por desgracia, la felicidad de dos personas, la tuya y la de ella. Me imagino que estará feliz de que tu hagas todos sus sueños realidad, que por lo menos parte de ella pueda vivir una vida plena, sin miedos, sin penas, sin dolor, sin autocastigarse. Además, quiero que te des cuenta de que Constantine Nikolaus no es Akon, tan sólo tienes que recordar lo que hizo por nosotras anoche, él te demostró que no permitirá que nadie te vuelva a hacer daño, ni yo tampoco. Además ¿Quién sabe? los mismos terminas enamorándote de tu marido, y puedes vivir todo aquello que te fue negado, en su momento."- su comentario me causó risa, y relajó un poco mi tensionado corazón.

- "¿Enamorarme? No gracias, no deseo que nadie vuelve a tener ese poder sobre mí, si con el hijo de puta, significó que mi vida finalizase, amar al Demonio tiene que ser la tortura de los infiernos, Constantine Nikolaus, aunque es un ser leal, fiel e integró, tiene la mala costumbre de ser dominante, egocéntrico, y posesivo, para él si no lo has convencido a la primera, no lo convencerás nunca, no es un hombre de segundas oportunidades."- le dije mientras miraba a los ojos amiga, en esos ojos azules me veía reflejada como un espejo.

Mi traje de novia de Jessica Rabbit, mi pelo con semi recogido llenos de hermosa flores naturales de color pastel, que creaban el aura de una corona hecha por la diosa de la primavera. El maquillaje exquisitamente colocado, haciendo que me pareciera a una belleza natural y etérea. Y definitivamente falsa, porque esa no era yo, yo no me sentía así.

Justo en ese momento recordé la noche anterior, como durante horas quedando aisladas en nuestro piso. Cuando dejé que restablecieran todas las cámaras del edifico, para no descubrir mi habilidad. Mientras mi ángel guardián dormía, yo me dediqué a observar cómo los diferentes cuerpos de policía realizaban sus trabajos, también revisé las cámaras previas a lo que había sucedido, y busqué el rastro del hacker que había ayudado a Akon, ya que no creía que él hubiera podido hacerlo sólo.

Casada con el enemigo de mi esposoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora