me, myself & i ☽ kooktae

33.

Sana y Hoseok se encontraban en el living, cada uno con una mochila y una almohada bajo el brazo.

—¿A dónde van? —pregunto Taehyung al bajar las escaleras.

—A casa de Felix —dijo Hoseok.

—Y yo a casa de mi amiga Mimi —añadió Sana feliz.

—Es el mismo lugar, es hermana menor de Lix —Hoseok dijo con obviedad a su hermana menor.

—¿Me acompañas a dejarlos? —pregunto Jungkook a Taehyung, pero este se negó enseguida.

—Tengo que darme una ducha, pero diviértanse mucho —se despidió de los niños con un beso en la mejilla para cada uno.

—Cuando regrese seguirás aquí ¿verdad? —pregunto Sana dándole un fuerte abrazo.

—Claro que si hermosa —le devolvió el abrazo

—No quiero que te vayas.

—Aunque no viva aquí siempre estaré para ustedes —hablo con toda la sinceridad del mundo— Tu, Hoseokie y Jungkook son lo más preciado que tengo —los ojitos de la nena brillaron y volvió a abrazar al rubio, Jungkook hizo un piquito en sus labios esperando un beso también— Tú solo iras a dejarlos —le dijo entre risas al azabache.

—Sí, pero yo también quiero un beso —puso su mejilla, Taehyung se acercó, pero el azabache corrió el rostro y le dio un beso en los labios.

Una vez que se despidieron y se fueron, Taehyung subió y entro a su habitación momentánea para tomar una ducha, se vistió con un simple short negro de tela y una camisa blanca, era su pijama.

Ya vestido, se fue a la habitación de Jungkook, se sentó en la cama y se recargo en el respaldo, encendió el televisor, recorrió todos los canales tratando de encontrar algo atrayente pero no había absolutamente nada, poco a poco los ojos de Taehyung se fueron cerrando.

Un leve cosquilleo en la pierna izquierda del rubio atormentó su sueño, entre abrió los ojos y se encontró con Jungkook quien con la yema de los dedos producía esas cosquillas.

—Perdón —sonrió— No quería despertarte —Taehyung le sonrió igual y acaricio su mejilla.

Escucho el golpe de sus botas caer al piso y acto seguido se acomodó a su lado, el rubio aún algo adormilado se amarro a la anatomía del azabache.

Con suma delicadeza, el azabache corrió el cabello de Taehyung a un lado dejando su rostro y cuello descubierto, comenzó a esparcir húmedos besos desde la mejilla hasta su cuello.

—Me voy, te dejo dormir precioso —ronroneo sobre el cuello del rubio.

¿Dormir?

Jungkook estaba por ponerse de pie, pero el rubio no lo dejo, se puso rápidamente de rodillas en la cama y lo tomo por los hombros, escuche la risa del azabache.

—¿No estabas dormido? —pregunto divertido.

—¡Lo estaba! —contesto abrazándolo por la espalda ocultando su rostro en el cuello de Jungkook— Tú tienes la culpa, me despertaste con tus provocaciones —mordió suavemente la piel de Jungkook y este ladeo su cabeza dándole mejor acceso a su sensible zona.

Clavo con cuidado los dientes al cuello del azabache, fue leve, no quiso dejar marca, su lengua degustaba sus pequeños lunares esparcidos por su cuello estratégicamente. Jungkook quería girarse hacia Taehyung, pero este se lo impedía mordiéndole el lóbulo de su oreja, hasta que finalmente Jungkook logro ponerse de pie, se sacó la camiseta dejando al descubierto su torso, recorrió a Taehyung con su mirada, lo miro con deseo, aprecio, pero sobre todo con amor.

—Eres perfecto —subió a la cama y se acomodó sobre el rubio.

Taehyung recorrió con timidez los hombros, espalda, pecho y nalgas del azabache, mientras se daban un largo beso, una de las manos de Jungkook paso por la espalda del rubio por debajo de su camisa y la otra masajeaba su pierna, la lengua del azabache se introdujo en la cavidad bucal del rubio, sus manos se dirigieron a su miembro y acarició lentamente con tortura. Taehyung gimió de placer, de un momento a otro su camisa desapareció y quedo en algún lugar desconocido de la habitación, la excitación y el placer se respiraban en la habitación, los jadeos y gemidos iban en aumento, solo habían caricias y besos por parte de ambos. Jungkook logró deshacerse de su pantalón, minutos después sus cuerpos solo eran cubiertos por la ligera capa de sudor que su calor interno producía. No podían más, lo necesitaban en ese mismo momento. Y como si Jungkook leyera mentes se acomodó entre las piernas de Taehyung para convertirse en uno mismo por primera vez.