Capítulo XVII - Una celebridad en casa

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Una celebridad en casa


Entiendo, por eso ella habla el idioma tan bien —desde el pasillo escucho hablar a Seb y a mi mamá soltar una risita por el cumplido. Probablemente ya le contó que es maestra de inglés y que en casa desde pequeños hablamos el idioma. Se esmeró por tener hijos bilingües.

También escucho a Sebastian agradecer que todos, o al menos la mayoría en casa, puedan comunicarse en inglés, disculpándose una y otra vez por no hablar español. Mi familia entera le resta importancia, maravillados con la visita. En serio quisiera tomarles una fotografía para que vean lo enamorados que se ven. Siento una presión en el pecho al pensar que si papá estuviera aquí estaría igual, o peor que ellos.

Entro a la sala en donde le rodean y le miran encantados, mientras Ayrton no para de tomarle fotografías y grabarlo con su teléfono como si fuera un psicópata obsesionado, por lo que apenas paso por su lado le quito el aparato y le doy un golpe en la cabeza. Él me empuja y retrocedo para volver a pegarle pero mamá interviene, regañándonos. Seb ubica su vista sobre mí y de pronto, es como si lo único que quisiera hacer es abalanzarme sobre él y besarlo. Intento no parecer una desesperada y me siento en un sofá algo alejada para no despertar sospechas de nada y que la emoción que tengo de tenerlo tan cerca no me haga hacer una estupidez que me deje en ridículo.

Mamá comienza a convencerlo de quedarse en casa y no de ir al hotel en donde suponía ir a dormir, por lo que le alista la antigua habitación de Ayrton que ya lleva bastante tiempo desocupada. Mi hermano parece querer desmayarse nuevamente porque el ex piloto dormirá allí.

—Ich schlafe lieber mit dir —murmura Seb en mi dirección con una juguetona sonrisa en sus labios.

Su idioma natal provoca que mi hermana y mi cuñada nisiquiera disimulen el suspiro por la impresión de lo que sea que haya dicho, y que por cierto, no comprenden.

La hora de cenar llega al fin, algo más tarde de lo esperado, por lo que avanzamos todos hacia el comedor. Sebastian deja que todos avancen antes que él para ubicar su mano en mi espalda y caminar a mi lado.

Aire. Necesito aire.

La cena pasa sin accidentes, entre carcajadas nerviosas y exageradas de Ayrton ante cualquier comentario de Seb, las historias que cuenta mi madre de mi infancia y que me hacen querer esconderme debajo de la mesa, historias del tiempo de Seb como piloto (que provocan que mi cuñado y mi hermano lo acribillen con preguntas) y finalmente, los antecedentes sobre el accidente de mi padre. Es inevitable no sentir una opresión en mi pecho al escuchar la versión de mamá acerca de lo ocurrido. Al parecer se durmió al volante, lo que provocó que chocara de lleno contra una de las barreras de contención de la carretera. No soy capaz de ver las fotografías que un noticiero subió a sus redes sociales y que Isabella muestra desde su teléfono.

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