10. Sushi

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Germán está en multimedia



— No tenías porqué venir aquí, Germán — fué lo primero que salió de mi boca al ver a mi hermano mayor después de hace casi 1 año. Cualquier otra persona habría saltado a sus brazos en extrema alegría, pero cómo dije hace un tiempo: no me llevo bien con mi hermano. Es decir, si el día de mañana me necesitara por cualquier razón yo estaría ahí para él, pero mientras no me necesite ni yo a él prefiero estar fuera de su radar.

Germán tenía el cabello castaño cómo yo y sus ojos también eran de color miel cómo los míos, pero ahí terminaban las similitudes. Yo sabía que era guapo porque todas mis antiguas amigas y amigos a través de los años habían babeado por él y estoy seguro que aún no vería el fin de eso.

— Vaya hola hermanito — él mantuvo su sonrisa mientras abría la puerta de la camioneta detrás de él, agradecí el hecho de que no intentara abrazarme — ¿Quieres subir?

— Prefiero no hacerlo — le dí una falsa sonrisa y me interné en el asiento de copiloto ajustando mi cinturón rápidamente. Germán mantuvo su sonrisa cuándo entró en el auto y luego se puso sus lentes de sol cómo si nada le afectara. Era extraño verlo así, casi parecía un universitario despreocupado en vez de un maniático del control.

— Entonces ¿Cómo has estado, hermanito? — fruncí el ceño y lo miré, estaba esperando que empezara a reprocharme todo, pero no esperaba ésto.

— Estoy bien. Tengo un trabajo — él asintió y noté que acabamos de pasar la misma calle de Inked, él quería hablar de algo conmigo, pero no estoy seguro porqué está dando tantas vueltas.

— Si, no necesariamente de mi agrado, pero mamá dice que te están pagando bien — su boca se crispó un poco en señal de desacuerdo, pero no agregó más nada.

— ¿Cómo vá la universidad? — pregunté para disipar el silencio incómodo.

— Bien — me dió una sonrisa sarcástica que no llegó a sus ojos y dijo — deberías intentarlo alguna vez, ya sabes, tal vez te guste y todo.

— Sabía que ésto vendría tarde ó temprano ¡Suelta la mierda que quieres decir, Germán! — él apretó su mandíbula y estacionó la camioneta, luego se quitó los lentes y los lanzó en el asiento trasero, parecía más allá de molesto cuándo se giró a verme.

— No tengo nada que decir porque creo que sabes perfectamente cómo me siento — le fruncí el ceño y él me imitó.

— ¿Entonces para qué demonios viniste si sólo quieres reprocharme miles de cosas que ya no puedo cambiar? — me golpeé mentalmente cuándo sentí una lágrima correr por mi mejilla sin permiso.

— ¡Porque eres mi hermano y te quiero! Maldición Joaco, sabes que no tengo tacto para decir las cosas y si te dije miles de cosas en los ángeles es porque tenía miedo de que ocurriera algo, no quise decirlas, pero es tan malditamente difícil que me escuches. Lo siento ¿bien? De todas formas regresaste y estás bien. No quiero pelear contigo.

— Demonios ¿quién eres tú y que hiciste con Germán el gruñón? — ambos reímos y sequé mis lágrimas rápidamente, miré por la ventana y me dí cuenta de que estábamos en casa.

— Tengo una novia — soltó él de repente y yo lo miré con la boca abierta. No es que pensara que mi hermano era cómo yo y tampoco me importaría si lo fuera, pero jamás me había dicho eso en toda mi vida. Germán no tenía novias, jamás. Siempre fué tan inalcanzable para las chicas de la escuela y algunas hasta tenían miedo de acercarse a él, se rumoreaba constantemente que le gustaban las mujeres con más experiencia, pero yo soy bastante feliz con no saberlo.

Inked Love // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora