31. Liberación - Parte 1

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Maldita sea.

Mierda.

Joder.

Todas esas palabras se acumulaban en mi mente mientras veía a mi hermana mayor aparecer en mi puerta. ¿Porqué de todo éste tiempo, tenía que aparecer hoy?

Jodida suerte.

Miré a Kiko que se veía igual de sorprendido que yo y tal vez sólo por eso no la tomaría contra él. Tal vez.

Miré a Romina aunque no quería hacerlo, ya debería tener 28 años, toda una mujer. No había cambiado mucho en éstos años, su pelo castaño una vez largo ahora era corto y de color rojo hasta su barbilla, sus ojos cafés estaban cristalizados cómo si pudiera largarse a llorar en cualquier momento, aunque había una cosa que no estaba ahí la última vez, miré su vientre abultado con asombro y ella me dió esa cálida sonrisa igual a la de mi madre que fué directamente hacía mi corazón.

— Creo que es mejor que todos salgamos de aquí — dijo Sebastián interrumpiendo el silencio, todos se movieron hacía la salida en silencio, incluso Joaco, pero lo detuve tomando su mano justo cuándo pasaba por mi lado, él debió notar mi expresión de pavor porque sonrió y apretó mi mano más fuerte. Dios, cómo lo amaba.

Cuándo todos salieron, Romina entró y cerró la puerta detrás de ella, cerré los ojos porque juraba que podía sentir las garras del pasado apretándose en mi garganta y toda la mierda que había pasado con mi familia estaba cayendo de nuevo sobre . Me sentí más fuerte cuándo noté un pequeño apretón en mi brazo, Joaco me miraba con preocupación y en sus lindos ojos podía ver sus palabras sin que tuviera que decirlas “Si no quieres hacerlo está bien, pero si lo haces verás que no es tan malo”

Inked Love // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora