》Cuándo Joaquín fué a visitar a su amiga al local de tatuajes, jamás pensó encontrarse con un chico cubierto de tatuajes y un secreto en la mirada. Él jamás había sido del tipo al que le atraían esas cosas, pero si quería recuperar la amistad de la...
Yo no era más que una bola gigante de vergüenza. No pretendía llorar cómo un alma en pena sobre Emilio, pero las malditas pesadillas atacaron de nuevo y no pude hacer nada. Emilio me abrazó hasta que me calmé y luego me preparó un té para relajarme, eran las 3 de la madrugada, así que en realidad no podía correr por la calle al menos que quisiera ser violado y cortado en pedacitos.
Emilio sólo me abrazó fuerte y después de un rato sentí cómo su respiración se relentizaba y sus brazos se aflojaban sólo un poco, no dormí el resto de la noche, pero pude escuchar los latidos uniformes de Emilio y cómo deseaba quedarme ahí para siempre. El sol salió un par de horas después y cómo pude me escabullí a la habitación de Azul y la saqué de ahí lo más rápido que pude, ella no estaba más feliz que yo por estar ahí.
Me dolía la cabeza por la falta de sueño y tenía un humor de perros por lo que llamé a Jorge y le dije que estaba enfermo y él sólo se rió y dijo que Roy tendría más trabajo hoy. Finalmente caí en mi cama con 2 pastillas para dormir recién ingeridas y esperé no tener pesadillas por un rato.
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Decir que estaba molesto era poco. Estaba jodidamente molesto.
¿Cómo es que Joaco se atrevía a irse a mitad de la noche sin decir ni una palabra? ¡Cómo una maldita aventura anónima! ¿Quién demonios cree que es? ¡¿Y yo qué?!
Él ibaaoírmeporqueyoestabaapuntodesacudirloporloshombroshastaqueentraraenrazónysuhermosorostrosepusieradeltonoderojoexactoquetantomegusta. Sóloqueélnoestabaensuescritorio.
