25. Despedida

203 29 7
                                    




La mañana siguiente recibí una llamada de Azul mientras me cepillaba los dientes, escupí el exceso de crema dental y corrí por mi celular.

— Blue ¿qué pasa?

— Es hoy — dijo con el tono de voz más miserable que oí en mi vida, supe inmediatamente que había estado llorando —Diego se vá hoy, su vuelo sale en 2 horas.

— ¡Mierda! — me levanté rápidamente y maldije cuándo me golpeé el dedo pequeño del pié con el borde de mi escritorio — Demonios ¿Dónde estás?

— En el baño del aeropuerto, tuve que correr a esconderme para que su familia no me viera llorando — dijo con la voz entrecortada.

— Oh dios, está bien Blue, llamaré a los chicos y estaremos allá en un rato — ella soltó un pequeño quejido afirmativo y colgué la llamada, luego marqué el número de Emilio mientras trataba de ponerme unos pantalones, él prometió estar en la puerta lo más rápido posible, luego llamé a Roy que ya estaba camino al aeropuerto con Jorge.

— ¡¿Porqué demonios no me avisaste, idiota?! — chillé contra el celular y percibí las disculpas en su tono desesperado.

— ¡Lo siento, Joa! Pensé que Azul te había dicho, no tenía idea...

— Cómo sea, nos vemos en un rato — dije y colgué la llamada, bajé las escaleras y encontré a mis padres alistándose para salir — ¿A dónde van?

— ¿A dónde vas tú? — disparó mi madre de regreso y no pude evitar rodar los ojos.

— Un amigo se vá a Colorado y voy a despedirlo al aeropuerto.

— Tenemos una reunión con el abogado de tu hermano.

— Oh — fué todo lo que pude decir, sentí cómo si fuera un globo y me acabaran de pinchar con un alfiler — Tal vez yo...

— Está bien, hijo — soltó mi padre interrumpiéndome — Vé con tus amigos, estaremos bien.

Quise protestar, pero la sonrisa nerviosa de mis padre me dijo que él no quería que yo pasara por ésto porque ya era demasiado difícil para ellos, así que les dí un beso a cada uno y los ví salir por la puerta principal, yo me quedé ahí mirando la pared y acariciando a mi perro, Zeus que parecía saber que necesitaba consuelo ya que se subió a mis piernas y no se movió. 10 minutos más tarde escuché el motor de un auto y una bocina.

De: Emi

- Estoy afuera.

Le dí un último beso a Zeus y tomé mis llaves, miré un poco confuso hacía el taxi, pero me subí en el asiento trasero. Emilio me dió una sonrisa, hoy llevaba una gorra de béisbol que cubría su cabeza, una camisa de mangas largas azul bebé, unos jeans desteñidos con algunos agujeros en las rodillas y unas zapatillas Adidas. Se veía totalmente comestible, cómo siempre.

— Hola — dije casi sin aliento, él se acercó y besó mi mejilla con cuidado, insatisfecho con eso me lancé por un beso de verdad y él ni corto ni perezoso se acercó más y frotó su lengua contra mis labios por un segundo, se alejó más sonriente.

— Hola — sentí mis mejillas calentarse y luego mi corazón latir más rápido, no podía creer que él me descontrolara completamente sólo con su cercanía.

— ¿Qué pasó con Sebastián? — pregunté tratando de zafarme de ese momento íntimo que acabábamos de compartir, él se encogió de hombros y miró hacía la ventana evitando mis ojos.

— Tenía otras cosas que hacer — me acercó a él y hundió la nariz en mi cuello aspirando fuertemente, no pude evitar reír por las cosquillas que me causaba así que intenté alejarlo en vano, cosa que sólo hizo que empezara a besar mi cuello causándome más cosquillas.

Inked Love // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora