Fiesta en un yate (Parte 2)

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JUNIO 2002. MIAMI BEACH. OCÉANO ATÁNTICO.

Capitulo continuación de: Fiesta en un yate (PARTE 1)

Esto tiene como 3000 palabras, así que disfruten =3





Los grandes osos gemelos subieron a los adolescentes a bordo del Princesa Andrómeda y nos llevaron a la cubierta de popa, frente a una piscina con surtidores que rociaban agua. Una docena de matones variados —reptiles, lestrigones, semidioses con armadura— se había reunido para mirarlos, a como decía Luke, brindarles su «hospitalidad».

Los puso a todos en una linea, con una Fer que todavía veía puntos blancos, a penas parada.

—Bueno —musitó Luke—. El vellocino. ¿Dónde está?

Examinó a todos con atención con atención. pinchó la camisa de Percy con la punta de su espada. Se asomó a los vaqueros de Grover.

—¡Eh! —protestó él—. ¡Eso es pelo de cabra natural!

—Perdona, viejo amigo —dijo Luke con una sonrisa—. Tú dame el vellocino y yo permitiré que reanudes la búsqueda que habías emprendido.

—¡Ja! —dijo Grover—. Conque «viejo amigo», ¿eh? 

— ¿Qué es un vellocino? — preguntó Fer con la mirada más perdida que pudo haber dado en la vida. Casi infantil e inocente— Suena como a vello ¿No que solo los adultos tienen vello? ¿Porqué nosotros tendríamos vellos? iugh.

El sátiro hizo un sonido ofendido, pero Luke le estaba prestando atención a Fer. Así que podía distraerlo por un momento mientras que alguien con más neuronas pensaba un plan.

— ¿Y tú en que momento llegaste a esta misión si no sabes lo que es el vellocino?

— ¿Eh? ¿Qué misión? —  el tono de la niña no era menos que confundido —  Que yo sepa estaba acompañando a Grover en su búsqueda. 

— ¿Qué tu qué? 

— Sí, estábamos buscando a un señor pero más señor —  la niña hacía todo el esfuerzo posible por verse indefensa, aunque realmente lo estaba sin sus dagas en sus caderas.

— ¿Un señor?

— Sí, un señor, Luke. — repuso la azabache con un ruedo de ojos que la hizo trastabillar en el proceso— yo no sé como es ese señor porque no lo conozco, pero me imagino que Grover si sabe. 

Luke soltó una risotada hacia el cielo.

— Eres muy buena mintiendo, Fer, pero no te olvides quién te enseño a hacerlo — esta vez apuntó su espada justo al pecho de la niña. —Quizá no me has oído. —La voz de Luke sonaba peligrosamente tranquila—. ¿Dónde... está... el vellocino?

—Aquí no —dijo Percy. Fer quiso lanzarle sus dagas si las tuviera, Luke no tenía que enterarse de eso—. Lo hemos enviado por delante. Esta vez la has pifiado, «amigo».

Luke entornó los ojos en dirección al chico.

—Mientes. No puedes haber... —Se sonrojó repentinamente ante la espantosa posibilidad que se le estaba ocurriendo—. ¿Clarisse?

Miró a la niña buscando confirmación. Fer pestañeó con inocente burla, como si no supiera quién es Clarisse.

— ¿Le has confiado...? ¿Le has dado...?

—Así es. — Percy confirmó sus temores

—¡Agrius!

El oso gigante retrocedió.

Inferna Heller BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora