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—Sadie despierta.

Abrí los ojos lentamente y encontré a Bairon sonriendo.

—¿Qué haces aquí?—me incorpore—es muy temprano.

El se sentó en el colchón y se metió bajo las sábanas.

—Necesito hablar con mi hermanita.

—¿Me dirás el por qué de tus miraditas raras?

Bairon dejo de sonreír y me miró seriamente.

—No quiero que sufras Sadie, no más.

—No lo entiendo.

—La condición de Herz es grave y lo sabes.

Tenía razón lo sabía, pero nunca se me ocurrió salir corriendo o hacerlo a un lado por eso.

—No pienso alejarme de el.

—Y no quiero que lo hagas—se apresuró a decir—es solo...que—se levanto de la cama—Olvidalo. El desayuno está listo.

Sin tiempo de poder decir algo salió de la habitación, dejándome con preguntas.

¿Por qué está conversación?

Después de darme una ducha tibia salí de mi habitación y tome asiento en la mesa al lado de Sara.

—Pequeña, Bairon y Sara vinieron a desayunar—me informa papá.

Asentí.

—¿Cómo estás Sara?—pregunté comenzando a desayunar.

Ella sonrió y le dió un bacado a su comida.

—De maravilla.

Continuamos con el desayuno hasta que papá pareció recordar algo.

—Haremos una fiesta.

Todos nos miramos extrañados ¿Fiesta?

—Por la graduación de Bairon—continuo —una pequeña, con la gente más cercana.

—Gracias de verdad—hablo Bairon no muy convencido—pero no creo que sea necesario.

—No se diga mas, en dos semanas tendremos una fiesta.

Supongo que no será mala idea.

Ya después de desayunar, papá quiso ir a hacer las compras conmigo ya que
(no salgo mucho) , también fuimos con Elí y ella y mi padre no paraban de hablar y yo parecía una niña pequeña.

Papá llevo una lista enorme, primero fuimos por, los cereales y las verduras, frutas y lácteos. Pero no dejaba que me moviera ni un poquito, quería ir a espiar a Herz para ver si estaba ahí, pero nada  y tampoco podía guardar en el carrito unas galletas (mis favoritas)

Estaba muy desanimada y no me di cuenta que papá estaba ya al lado mío.

—¿Por qué fue eso?

—¿No puedo abrazar a mi niña?

—Papá, ya no soy una niña—gire los ojos y el rió.

—Vamos ve a buscar lo que quieras, solo no te vallas muy lejos, no quiero que te pase nada.

Está era mi oportunidad.

—Esta bien papá, cualquier cosa grito.

—Ve con cuidado.

Primero tome mis galletas favoritas y luego por casualidad fui directo a la sección donde veía a Herz.

Ahí estaba, tomando una cubeta de huevo y sacó su teléfono tecleando algo.

Un solo corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora