6

28 7 1
                                    

Mientras recibía el tratamiento, estaba en video llamada con Bairon y Sara.

Bairon se encontraba en el restaurante, para ver qué podían remodelar. A principios del mes termina la universidad, así que ya quiere tener todo listo.

—Sadie, ¿Cómo te sientes?—preguntó Sara, la novia de Bairon.

—Algo bien, y tú ¿estás emocionada?

—Por supuesto que si—rió ella—¿sabias que Bairon me pedirá que viviéramos juntos?

—Pero claro, lo sabía, ¿Te gusto la idea?

—Mucho—suspiro—pero primero lo más importante, ¿Es el segundo tratamiento del mes?—Asenti—Bien, cuando llegues a casa tienes que descansar, comer grasas y verduras, nada de teléfono, ni televisión, ¿Entiendes?

—Entiendo.

Sara era muy agradable, cómo ya saben, tuve que fingir ahogarme, para que Bairon la conociera. En ese entonces tenía Trece años, así que llevan juntos casi seis años.

Sara recientemente terminó la universidad, y ahora es enfermera. Y  como veo es una buena enfermera.

—Te noto cansada, mejor relájate.

—Esta bien, adiós Sara.

—Cuidate Sadie.

Colgó.

Respire hondo, y mi padre se acercó.

—Esta es la segunda vez—dijo bajando la mirada—¿Cómo te sientes?

—Como una sobreviviente—sonreí.

Desde que supe que el cáncer volvió, e Sido conciente de que mucho cambiaría, pero eso no me detendrá.

Se que estaré bien, podré comenzar a estudiar la universidad, iré a fiestas y disfrutaré de los mejores conciertos.

Está enfermedad no acabará conmigo.

Después de la quimioterapia, fuimos a casa, y me quedé en mi habitación.

Descansando.

                                   ∆

Segunda cita, no sabía si lo era, pero así se sentía.

Está vez mi chaperona "Elizabeth" alias Eli mi enfermera, se sentó en una mesa lejos de nosotros en la pizzería.

Herz fue el de la idea y a mi me pareció lindo.

Cómo hacía frío, me puse un suéter negro y un pantalón jean. Herz se veía encantador, traía puesto un suéter rojo y un pantalón negro, sin lentes. Ulala.

Estos días nos pasamos hablando por mensaje y la verdad me sentía muy contenta por eso. Herz siempre sacaba tema de conversación, y lo mejor, temas raros.

Nos sentamos y ordenamos una pizza hawaiana.

—Confieso que llegué a pensar qué no te gustaba la pizza—dijo de pronto.

—No soy tan rara—reí.

—Si tu lo dices—dijo en tono burlón.

—Esta bien, está bien, lo acepto, soy algo rara—ambos reímos—ahora que me doy cuenta, ¿Por qué no llevas lentes?

Me di cuenta desde que llegué, pero no iba a ser muy obvia.

—Pues...es que hoy llevo lentes de contacto.

—En serio—me acerque más a su rostro y mire fijamente sus ojos.

Los estaba mirando fíjamente a los ojos, pero el los cerró y aparto la vista.

Un solo corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora