Mi papá fue a trabajar al hospital así que me quedé con Eli. Tenía que convencerla de que me dejara salir, ya sabes la apuesta.
—Eli—la llamé.
Ella se acercó atenta.
—¿Estás bien?, ¿Pasa algo?
—De maravilla, pero... tengo ganas de ir a comprar algo.
—Vamos, voy contigo solo ten..
—No—le interrumpí—puedo ir con Bairon, el ya viene.
—¿Segura?-pregunto desconfiada.
—Si segura, el ya viene.
Después de esperar por mucho tiempo, Bairon apareció. Le explicó a Eli que no tardaríamos que solo iríamos por panes.
En el camino tenía los nervios de punta, Bairon lo noto y me sostuvo la mano.
—Ey, fingiste ahogarte una vez, puedes con esto—me sonrió.
—Idiota—reí.
Llegamos al supermercado ha la hora que se suponía que el chico estaba ahí.
Entramos y fuimos por la sección donde siempre se encontraba.Si, aquí perdiendo la poca dignidad que me queda. No quería, no quería pero vamos son miedo al éxito.
Dicen que la tercera es la vencida así que vamos a averiguarlo.
Me acerque al chico pelirrojo cuidadosamente, el caminaba y aceleré el paso y choque con el.
Al verme sonrió si SONRIO.
—¿De nuevo acosándome?—preguntó el con semblante divertido.
Me quedé rígida por un momento y luego reaccione.
—Yo—me hice la ofendida—pasaba por aquí, buscó una... mermelada.
—¿Eso es lo que quieres?
—Si—reí nerviosa.
—Esta bien, vamos.
Qué no se diga mas, le seguí el paso.
—Esta es muy buena, es de uva, la de piña es mala.
¿Qué?, NO LE GUSTA LA PIÑ..
—Si claro, gracias.
Enseguida me eché a correr tipo flash, pero termine chocando con alguien.
—Fijate por dónde vas—me miro de arriba para abajo—esqueleto.
Pero este.
—Imbécil.
—¿Qué dijiste?—me reclamó furioso, sentí algo de miedo de este chico qué parecía un ogro.
—Dejala tranquila—escuché al pelirrojo acercarse.
—¿O que?—se giro el grandulón a su dirección.
—Te las verás conmigo.
Justo cuando creí que recibiría un golpe, el pobre flaco y lindo chico, Bairon se acercó muy rápido.
Se puso en medio de ambos y empujó al greandulom.
—Ya estuvo bueno—lo volvió a empujar.
No tuvo más remedio que irse, Bairon se veía más grande y más fuerte que ese idiota.
El chico pelirrojo se fue sin decir nada, creo qué lo espanté.
Bairon se dirigió a mi.
—¿Estás bien?, Estás muy pálida—me tomo la cara con ambas manos.
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Un solo corazón
Roman d'amour¿Existe el amor a primera vista? Sadie es la razón por la qué creo que si. Sadie sufre de cáncer en el pulmón, una enfermedad que la aisló del mundo real, no conocía más que las cuatro paredes de su habitación. Hasta que se enamora de Herz, aquel ch...