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Me desperté de golpe sintiendo una gran presión en el pecho. Mire hacía todas partes y Mama se encontraba ahí , al darse cuenta que me incorpore, se acercó de inmediato.

No necesito decir ninguna palabra solo me abrazo y agradeci por eso ya que esa terrible presión en el pecho no desaparecia. La abraze fuertemente y fué casi imposible no volver a llenar mis ojos de lágrimas

—Murio mamá, Sadie murió.

Desirlo en voz alta me quebró aún más que no era capaz de separarme de aquel abrazo.

Mamá sobó mi espalda lentamente y pude sentir como sus lágrimas cayeron en mi cuello, devio darce cuenta ya que se disculpo de inmediato.

—Me duele mucho verte haci, Herz—seco sus lágrimas y se separó para mirarme—no sabes cuánto lo siento.

Baje la mirada dejando que mis lágrimas cayeran, cerré los ojos e imaginé como sería abrazarla otra vez y poder ver su sonrisa y sus mejillas rojas por estar nerviosa.

—Le prometí leerle mis escritos—negue con la cabeza cubriendo mi rostro—no debí esperar....no debí hacerlo mamá, no debí esperar, yo...yo debí hacerlo cuando aún podía escucharme.

Mama puso su mano en mi hombro dispuesta a hablar, pero alguien tocó la puerta de la habitación.

—¿Puedo pasar?

Era Elizabeth.

La miré directo a los ojos y ella a los míos. Estaba rota igual que yo.

Mama le dijo que pasara y ella salió dejándonos solos.

—Ahora ya lo sabes—fue lo primero que dijo—Herz quiero que me escuches atentamente y...

—Habia dicho que el cáncer se fue—interrumpi con la voz aguda—crei... creí que estaba a salvó yo...¿Por qué no me lo dijo?

Ella tomo mis manos las cuáles habían empezado a temblar y respiró profundo.

—¿Recuerdas el día que la llevaste al jardín de tulipanes?—asentí—Ella te dijo que se había recuperado ¿Verdad?

—Eso fue lo que dijo—baje la mirada.

—El día que... Sadie murió fue tan doloroso que no te imaginas como fué la culpa que sentí por no darme cuenta que estaba empeorando. Y lamento no haber podido decirte cuando pasó, pero te estabas recuperando y eso era lo que ella quería.

—Pudieron buscar alguna manera, no sabes lo difícil que fue estar en ese hospital sin saber nada de ella—seque mis lágrimas y la miré a los ojos—pero tu no tienes la culpa

Ella asintió al borde de las lágrimas pero, pestaño varias veces alejandolas.

—Se qué ahora mismo sientes impotencia y se cuando te duele, pero ten por seguro que no sufrió. Cuando despertaste tu madre me llamo, así que fuí directo a buscar a Sadie. Al entrar a su habitación ella estaba en su cama...me acerque cuidadosa para no despertarla y toqué su frente—en la última palabra su voz se quebró—estaba muy fría...y entonces supe que se había ido, y lo hizo mientras dormía.

Tomo la cartera que llevaba consigo y saco lo que parecía una carta.

—Esto encontré a su lado.

Un solo corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora