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—Vamos, habré los ojos.

Lentamente lo hice con temor, para después soltar un grito alarmante.

—¡No puede ser!—casi grité de la emoción y empecé a correr hasta llegar a las plantaciones.

Era como si casi pudiera empezar a llorar de la emoción que sentí en ese momento.

Un jardín de tulipanes.

—¡Dios esto es hermoso! Solo mira esa, y esa—me cubrí la cara con emoción—¡No puedo creerlo!

Herz se acercó a mi y yo lo tome del brazo moviéndolo rápidamente.

—¡Herz eres el mejor!

El pelirrojo alzó el mentón orgullo y beso mi frente.Mi sonrisa no cabía en el rostro, baje la mirada y admire los tulipanes rosas que estaban ahí.

—Me ha encantado—confesé más calmada—¿Cómo es que..?

—Mi padre los cultiva.

Abrí los ojos como platos.

—¡¿Esto es tuyo?!

Herz dio un respingo que me hizo reír ya que el pobre cubrió sus orejas.

Sin dejar de sonreír respondió:

—En parte es mío y de Hanna, pero lo mío no es plantar plantas.

Solo hacerlas de papel.

Valla pero que sorpresa.

La vista era realmente encantadora. Habían tulipanes rosas, amarillos y blancos en largas filas. Todos en su perfecta condición y el olor que estába en el lugar era exquisito y cerré los ojos muy feliz inspirado.

Pero lo mejor de todo era el atardecer, en el cielo los colores entre naranjas y amarillos adornaban lo adornaban y fué sin duda uno de las mejores cosas que he visto en mi corta vida.

—Gracias por traerme de verdad, cuando dijiste que me llevarías a un jardín de tulipanes no creí que lo decías en serio.

—Pues soy un chico de palabra—Se puso una mano en el pecho y no pude resistirme a abrazarlo— ¿Te gustan más que mis flores de papel?—preguntó sin dejar de abrazarme.

Me separé despacio dándole unas palmaditas en la mejilla.

—Herz, los detalles hechos de papel enamoran.

No me di cuenta de las palabras que dije hasta que note como Herz se puso rojo como un tomate, literal.

—Contigo, gane en esta vida.

Me dió un beso corto y empezamos a andar. Nos sentamos en medio de los tulipanes rosas y amarillos. Y apoye mi cabeza en su hombro mirando el cielo.

Con Herz, todo se siente tan... perfecto.

De pronto se ríe como si recordara algo.

—En nuestra primera cita—dice—estabas tan nerviosa, que no lograste ver el efecto que causaste en mi.

Eso llamo mi atención y me moví para mirarlo.

—¿Y que causé?

—Que escribiera algo sobre tí.

Casi se me cae la mandíbula.

—¡¿Eres escritor?!—me exalte—¿Poeta? ¿Un chico que escribe historias?, Dios mio ¡Mi novio es escritor!—me cubro el rostro con emoción.

Entonces empezó a reír.

—Amo tus cambios de humor, estamos en un momento romántico y...

—Empezaste a burlarte de mi—lo corte bajando las manos de mi cara, poniéndome sería.

Un solo corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora