21

19 3 0
                                    

—¿Lista?

Elí pregunta a mi lado.

Asentí lentamente y cerré los ojos con fuerza.

Sentí como la máquina empezó a recorrer mi cabello. Después del cumpleaños de Herz decidí cortar mi cabello por completo, no soportaría tener que ver cómo se va llendo poco a poco.

Mi padre al enterarse trató no de no verse afectado, pero le fue imposible. Éstos días ha estado más pendiente a mi, no me deja sola en la habitación, está a la hora de comer e incluso está semana dejo de ir al hospital, aunque me ayuda mucho su apoyo, eso solo me hace pensar en lo enferma que estoy.

Recuerdo que cuando era pequeña siempre quise tener el cabello largo como Rapunzel o Jasmin, me emocionaba por cada centímetro que crecía, supongo que solo era una ilusión tonta, eso nunca paso, y no pasará.

Abrí los ojos y creo que no fue buena idea sentarme frente al espejo y ver todo el proceso. Porque en ese momento fue imposible no romperme. Mis ojos se cristalizaron de inmediato y intercambié una mirada con Elí a través del espejo, ella tenía los ojos rojos y al verme se le escapó una lágrima que intento ocultar de mi.

Mi padre se encontraba a mi lado y no era capaz de verme, sabía que estaba llorando igual que yo y eso solo me ponía peor.

Bairon junto a Sara estaban tomados de la mano evitando mirarme por completo.
Una lágrima todo por mi mejilla, pero fue Herz quién la limpio y sonrió tristemente.

—Esta bien, pueden verme—me tembló un poco la voz.

Mi papá alzó la vista y me miró a los ojos.

—No se que decir—confeso apenado y de sus ojos volvieron a salír lágrimas, apartó la vista rápidamente—no quiero que sufras.

Mis ojos ardieron y mi corazón empezó a latir fuertemente.

—Papá...me duele más verte así, esto es normal.

Lo dije más para mí que para el.

Mi padre no dijo nada más y no volvió a mirarme.

Elí continuo cortando más y más cabello. Sentía que cada mechón que caía era parte de mi, parte de lo soy y que ahora ya no volverá, no al menos en un tiempo, ¿Pero cuánto tiempo?

Herz tomo mi mano y le agradezco mucho por eso, ya que creo que estaba temblando, pude ver la intención que tuvo de abrazarme pero se contuvo, pero yo no pude hacerlo. No me sentía fuerte.

No pude evitar tirarme a sus brazos y abrazarlo con fuerza. Empecé a llorar desgarradamente mientras el acariciaba mi cabello. Sentía que algo muy importante se estaba siendo arrancado de mi, arrebatado y dejándome así, vulnerable y sin fuerzas.

Solo quería llorar, quería dejar salir todo lo que llevo guardado desde que me enteré que el cáncer volvió y que tendría que vivir enferma. Dejar salir todo ese miedo que sentí y siento la mayor parte del tiempo, dejar salir a la verdadera Sadie vulnerable que llora al verse al espejo y notar que su cuerpo cada ves está más delgado, aquella que pasa dibujando en su habitación para olvidarse de los mareos que sufre constantemente. Solo Sadie.

Podía sentir las miradas de todos puestas en mi y eso solo hacia que me sintiera peor, se supone que soy fuerte, pero creo que he dejado de serlo ahora, o tal jamás lo he sido.

—Yo...lo siento crei...creí que sería fuerte en este momento—me separé de Herz y los ví a todos con lágrimas en los ojos, una imagen que rompió mi corazón.

—No digas eso Sadie—hablo Bairon acercándose cuidadosamente, tenía varias lágrimas en las mejillas y pude ver qué a él también le afecta mucho verme de esta manera. Se sentó a mi lado y sostuvo mis manos—eres muy fuerte, estás aquí luchando...

Un solo corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora