Capítulo 104

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—Bebé, quiero presentarte a Soo.

—Oh… mucho gusto. —Soo le extendió la mano a Jungkook y él la tomó, saludándole con cortesía.

Soo era alguien muy callado, no hablaba si no era para decir que ya se iba, lo divertido es su risa que es la más ruidosa. Conozco su voz por su risa.

Los chicos organizaron una fiesta en el sótano de Jay. La música era una mierda, pero los juegos y las cervezas estaban muy bien. No quería llevar a Jungkook, pero él insistió en venir conmigo, así que no encontré mejor oportunidad que esta para presentarle a mis amigos.

—Él es Mie, también le gusta la música de Zion T.

Mie suele ser muy hablador, pero en esta ocasión se mostró bastante tímido ni siquiera miró directamente a Jungkook y solo le ofreció una reverencia, la cual fue correspondida por mi novio.

—Mucho gusto, Mie.

Sujeté la mano de mi bebé y lo conduje hasta el rincón, observando rostros conocidos, donde estaban Jojo, Jay y los demás, a quienes les presenté orgullosamente a Jungkook. Todos se mostraron bastante incómodos cuando tomamos los asientos libres de la mesa larga.

Jojo con algo de nerviosismo empujó un vaso lleno de cerveza al lado de Jungkook y éste negó con la cabeza.

—Yo… no bebo, muchas gracias.


—Ah. —Jojo se rascó la nuca sin decir nada. Todos en la mesa miraban alrededor y habían dejado de jugar con el casino. ¿Por qué de pronto la presencia de Jungkook les estaba causando tanta incomodidad? Yo sé que Jungkook suele ser mandón a veces y se enoja de vez en cuando, pero no como para causar miedo.

—No bebe, pero yo sí. —Agregué y sin dudar tomé el contenido del vaso, ante la mirada reprochadora de mi novio.

Stephen empujó con cuidado el plato de frituras hacia el costado de Jungkook, sin mirarlo directamente. Mi novio me miró por unos instantes, sin comprender el actuar de los demás y agradeció moviendo la cabeza hacia adelante.

—Son mis favoritos, gracias. —Respondió.

Stephen esbozó una sonrisa llena de vergüenza y asintió, mientras mi novio probaba un poco.

—Pero bueno, ¿no vamos a jugar? Esto se pone aburrido.

Nadie respondió, por lo contrario, se dejaron caer sobre el respaldo de sus asientos, mostrándose aburridos de las cartas.

Minwoo movió su asiento hacia la izquierda para poder estar cerca de Jungkook y sacó de su bolsillo un castor de juguete, que movía sus dientes de arriba abajo como un muñeco poseído.

—¿Te gusta? Es un castor. —Le preguntó con entusiasmo.

—Oh… sí, es muy tierno.

Minwoo sonrió como nunca lo había visto y empujó al castor muy cerca de Jungkook.


—Te lo regalo.

—O-oh no, gracias, es tuyo… —Jungkook me miró pidiéndome auxilio, yo qué podía hacer, nunca se habían comportado así de raros con nadie.

—Mira este tatuaje. —Interrumpió Stephen mostrándole la serpiente que tenía tatuada en todo su brazo.

Mi novio se mostró sorprendido al ver el tatuaje, pero esbozó una pequeña sonrisa como muestra de amabilidad.— Es genial.

De pronto todos recorrieron sus asientos hacia nuestro lado y sus miradas se posaron sobre Junkgook, a quien comenzaron a hacerle muchas preguntas y le ofrecieron bastantes regalos, incluyendo el reloj de plata que tanto le gustaba a Jay sin pedirle permiso al propietario.

—Dinos, Jungkook, ¿te gusta la música?

—Emh… sí.

—¿Cuál? —Preguntaron todos al unísono.

—R&B. —Todos se quedaron en silencio, por segundos.

—¡Es genial! —Gritaron con felicidad. Jungkook rió también al ver aquellas reacciones.

Yo estaba de más, gritando con la mirada un “¡estoy aquí!”. ¿Por qué estaban tan pegados a mi novio? ¡Es mío!

Me levanté y nadie lo notó, incluso tomé la cerveza de Minwoo, él ni se enteró de aquello, lo cual es raro, porque siempre termina golpeando a quien le quita sus cosas. Solté un suspiro de frustración y me senté junto a Mie, que miraba lo que sucedía desde lejos.


—¿Me puedes decir qué pasa?

—¿A qué te refieres, niño?

—A que todos están sobre mi novio, ¿qué les sucede?

Mie estalló en risas y me arrebató la cerveza de las manos.— Es que Jay ha estado exagerando tu historia.

—¿Exagerando? —Jodido Jay, ¿qué dijo de mí?

—Les contó a los chicos todo lo sucedido entre Jungkook y tú de otra manera…

—¿Qué…

—Dijo que Jungkook te había vuelto un loco enamorado y que te importó una mierda dejar toda tu fortuna para estar con él, que Jungkook se hizo al difícil contigo y tú hiciste de todo para lograr enamorarlo. —Mie no logró evitar la risa, yo estaba totalmente asombrado.— Además nunca traes a Jungkook y lo hemos visto muy pocas veces, todos consideran que es muy bonito, más aún cuando supieron que él era el chico que te hizo renunciar a todo por él, solo quieren saber qué tiene de especial y al parecer ya lo descubrieron. Y…

—¿Y?

No entendía un carajo.

—Ustedes dos son raritos.

—Mie, si vas a v-

—Me refiero a que son demasiado finos como para vivir por estos lugares y tú tienes una cara de porcelana. La cosa hubiera sido igual contigo, pero tú eres… cómo decirlo, jalas a nuestro lado, entiendes


cómo nos gusta divertirnos y siempre tienes huevos para hacer estupideces, por eso te aceptamos y te tratamos como a un hermano, pero Jungkook no, él no es como tú, es más delicado y ellos le tienen miedo, pero a la vez quieren verlo.

¿Dijo cara de porcelana? Iba a partirles la nariz si comenzaban con esas mierdas.

—¿Creen que mi novio es mono de feria, eh?

—Después de Lumy, nadie más tiene ese tipo de belleza, solo deja que lo miren un rato.

—Es mi novio.

—Ajá.

—Joder, es que luego el maricón soy yo.

—Deja que los chicos muestren su lado maricón un rato también.

Yo solté otro suspiro de frustración y le arrebaté la cerveza que él había tomado para terminarla de un solo sorbo. Escuché cómo sus risas resonaban por todo el lugar, luego de que se movieron de su lugar y comenzaron a jugar fuercitas para demostrarle a Jungkook quién era el más fuerte.

Yo terminé mi quinto vaso cuando llegaron a semifinales con Jojo y Minwoo luchando contra los dos últimos que fueron descalificados. Mi novio aplaudía al ver cuán divertido e interesante se hacía el juego. Yo dejé caer el vaso sobre la mesa y caminé tambaleante hacia su mesa y cuando Minwoo iba a sentarse para retar a Jojo, ocupé su lugar.

—Quiero jugar.


—No llegaste a semi-finales, bro. —Y se atrevían a llamarme como yo los llamaba, cuando esta noche me habían traicionado.

—No necesito hacerlo para ganar.

Todos azotaron la mesa con fuerza, emocionados al oírme retar a Jojo, él esbozó una sonrisa y puso su codo sobre la mesa, ofreciéndome su mano más fuerte para comenzar. Yo me quité la chaqueta, la cual entregué a mi novio, quien me veía con preocupación. No, yo ya no era el chico delicado que había huido de su casa, yo ya era todo un hombre.



Además conocía los puntos débiles de Jojo, al verlo jugar tantas veces con la misma técnica.

Tomé su mano cuando mi codo rozó la mesa y cuando el conteo terminó, comenzamos a batallar. Jojo era muy fuerte, tenía bastante fuerza bruta en su brazo, pero poca resistencia, él ejecutaba y ganaba, así que yo resistí en la misma posición hasta que se debilitara. Tan pronto como la atención de todo el lugar estaba sobre nosotros, Jojo se debilitó y en el momento en que sus dedos se movieron buscando más fuerza para empujarme, yo empujé su brazo sobre la mesa, venciéndole por primera vez.

Jojo no podía creer lo que estaba viendo y los demás gritaban eufóricos. Él se levantó observando su brazo como si algo estuviera mal con él y de inmediato Minwoo ocupó la silla para retarme.

Abrí algunos botones de mi camisa cuando sentí algo de calor. No dejaría que me vencieran, no con Jungkook viendo todas las jugadas.

Minwoo es impaciente, su brazo ya estaba en posición de juego y me gritaba que iniciara ya, así que iniciamos cuando sujetamos nuestras


manos. Él empujó con fuerza, con ansiedad por ganar, pero yo también tenía una técnica, si bien no era fuerte, tenía mucha resistencia y mi mano podía soportar a un centímetro de la mesa, aunque un auto estuviera sobre ella, la resistencia siempre fue buena conmigo.

Él comenzó a desesperarse al ver que yo no hacía nada por moverme, pero tampoco permitía que me empujara. Fue su desesperación quien le jugó en contra y uno de sus ligamentos sintió molestia ante tanto esfuerzo, perdió la fuerza cuando levantó su codo buscando empujarme y antes de que volviera a su posición inicial, empujé con fuerza y derribé su brazo sobre la mesa.

Todos gritaron al ver la emocionante escena. Minwoo estaba tan asombrado que no hizo nada más que levantarse, dejando la silla vacía.

—Esto es culpa de Minwoo. —Dijo jojo.— Él le dio el trabajo de mover las cajas de conservas y Taehyung hizo brazos.

Todos estallaron en risas, incluyendo Jungkook, de quien encontré su mirada posada sobre mí, con unos ojitos brillantes y unas mejillas levemente sonrojadas.

—¡Yo defenderé el nombre de los presentes! —Gritó Mie, sentándose en la silla, casi cayéndose de ella, pues ya estaba muy subido.

—¿En serio, Mie?

—Mi mano robótica contra ti, ¿qué tal esa, bro?

—Hecho.

Todos gritaron que el robot le ganaría al humano como siempre lo había hecho. Pero había una diferencia, Mie era muy fuerte y claro que no iba a


vencer a su mano robótica, sin embargo, estaba tan borracho que toda su fuerza se fue a su vejiga y lo vencí sin dudar.

Los chicos me felicitaron y antes de que me premiaran con más cervezas, Jungkook me dijo que era muy tarde y que por lo tanto tendríamos que regresar a casa, yo no me opuse, tampoco sentí molestia cuando los chicos le pidieron a Jungkook que viniera más seguido, pues traerían regalos para él y demás tonterías que me hicieron gracia.

Salimos de aquel sótano, sintiendo el frío de la noche. Como buen novio, le pedí que usara mi chaqueta para que no enfermara y abracé su cintura para caminar muy juntos de vuelta.

—Tae… ¿cuánto tomaste?

—Nada, bebé.

Tal vez un poco, pues mi vista no estaba tan nublada, pero las cosas se volvían inalcanzables y perdía el equilibrio con facilidad.

—¿Seguro?

—Bebé, te ves precioso. —Me detuve para admirar su carita.— Mírate, joder, es que soy afortunado…

—T-tae… vamos a casa…

—Los vencí a todos por ti, mi amor.

—¿P-por mí?

—Sí, soy el más fuerte.

—Ahora lo sé…

—¿No me vas a dar un premio?


—A-amor, regresemos a casa porq-

—¿Por qué te sonrojas? —Jungkook se veía avergonzado al escucharme hablar. ¿Cuál era la razón?

—¿Yo? N-no…

Jalé de su mano y tomamos el desvío de un callejón cercano. Los postes a duras penas iluminaban los rincones.

—Soy muy fuerte bebé, te puedo cargar hasta la cama. —Dejé un rastro de besos sobre su cuello, él no se opuso, solo disfrutó del contacto, sin deshacer esa sonrisa en su rostro.

—Tae…

—Y con toda esa fuerza te la puedo meter…

Recosté mi frente sobre su rostro, disfrutando del aroma dulce de su piel mezclado con el de su abrigo.

—A-amor…

—…

Sentí los parpados muy pesados y ese lugar realmente se sentía muy cómodo como para tomar una siesta.

—Tal vez te mereces un premio adicional, amor. Yo… seré muy obediente esta noche… uh.

—…

No estaba escuchando nada, aunque quería hacerlo. Mi vista estaba totalmente nublada y me sentí liviano, tranquilo.


—¿Taehyung? —Jungkook agitó mis hombros y abrí los ojos encontrándome con las paredes de aquel callejón y la mirada preocupada de Jungkook, ¿qué había sucedido?— ¿Acaso te quedaste dormido?

Sí, me había quedado dormido.











Jungkook, el chico tonto ➳taekook [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora