Jungkook, el chico tonto ➳taekook [COMPLETA]

Capítulo 59

—¡Oh Taaehyung, dios mío! —Jungkook quedó alucinando cuando vio el camión llenó de juguetes.— ¿Cuántos juguetes son?

—Cinco mil, pero si faltan más no hay ningún problema.

—Tae…

Jungkook no respondía, continuaba viendo aquellos regalos con esa carita sorprendida.

—¿Faltan?

—Oh no, no. Solo… son alrededor de doscientos niños.

¿Dijo doscientos? Bueno, si no los necesitan todos podríamos obsequiarlos a otros centros. Juraba que en los orfanatorios albergaban a más niños.

Entonces él comenzó a sollozar y posteriormente a romper en llanto, de inmediato me brindó un abrazo lleno de calidez. Creí que la había cagado, pero por su manera de actuar, creo que le conmovió.

—Jungkook…

—Gracias, gracias, gracias.

—Deja de agradecer o voy a enfadarme.


Más tarde ya estábamos en la puerta de ingreso del lugar. Era algo pequeño, pero acogedor. Jungkook creció ahí, sé que toda se vida se la pasó ahí, seguramente corriendo como los niños que nos recibieron con una enorme sonrisa. Todos saludaron a Jungkook e incluso le dieron un abrazo grupal, de esos asfixiantes. Quise hacerme a un lado para darles espacio, pero otro grupo de niños ya se había apoderado de mis brazos, con sus voces delgadas y chillonas preguntándome cuál era mi nombre.

Los encargados y las monjas del lugar abrazaron a Jungkook, fue un encuentro emotivo por ambas partes, seguramente debió ser un buen niño, porque todos esperaban ansiosamente darle un abrazo. Más emotivo fue el momento de la sorpresa, todos los niños se encontraban emocionados con sus juguetes y bueno, les dejamos tomar dos si así lo deseaban.

Los centros asociados estarían muy felices de recibir los juguetes también, así que fue una idea agradable y nada egoísta.

Jungkook me dio un abrazo sorpresivo, continuaba teniendo esa carita llena de felicidad y esos ojitos brillando con lágrimas. Los niños soltaron varios grititos para molestarnos y sentimos algo de vergüenza porque… eran demasiados niños. Yo nunca tuve tanto contacto con niños en la vida.

—Jungkook oppa. —Dijo una niña de estatura mediana que se acercó a Jungkook para tomarle la mano y así tener su atención.— Nos dijiste que te casarías con un príncipe, ¿él es tu príncipe? —Preguntó, señalándome con su dedo índice.


Yo me quedé mudo. Jungkook se puso bastante colorado y no dijo nada, solo le dejó un beso en frente en al frente de la niña.

—Si no es tu príncipe, entonces será el mío. —Ella tomó de mi mano, yo solo despeiné sus cabellos con cuidado. No sabía qué hacer en ese tipo de situaciones, nunca estuve tanto tiempo junto a niños que me miraban sin pestañear.

El horario de visita transcurrió velozmente y antes de lo que nos marcháramos, ellos agradecieron a una voz nuestros presentes. Todos se veían felices y muy bonitos, Jungkook explotó en llanto de nuevo, afortunadamente nadie le vio una vez retomamos el camino de vuelta a casa.

—No llores… no has dejado de hacerlo desde que salimos.

—Es inevitable. —Susurró, estirando su manito para ponerla sobre la mía.— Esto ha sido lo más bonito que has hecho por mí.

—Qué dices, si yo lo hago porque es una costumbre en mi familia.

Jungkook golpeó mi brazo con velocidad y poca fuerza. Luego explotamos en risas. Sí, sabía que era un patán.

—Tae… tú también te mereces un regalo. —Susurró, mirándome con esos ojitos redondos y brillantes. Yo tragué duro, evitando toser histéricamente. ¿Regalo?

Él abrió lentamente su chaqueta y yo frené en seco al darme cuenta de que iba a pasarme un rojo.

—T-ten cuidado… —Deslizó su mano dentro de uno de los bolsillos internos de la chaqueta y extrajo de ahí una barra de chocolate que me


ofreció. Yo solté varias risas, qué estaba pasando conmigo, ¿desde cuándo malinterpreto todo?— Y también…

Él me besó la mejilla con velocidad y luego se apegó a la ventana, intentando disimular su sonrisita traviesa.

Los hombres no se embarazan, ¿no?