Capítulo especial

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—Director Kim, haga su trabajo por favor.

—Vicepresidente Jeon, estoy haciendo mi trabajo.

—Ah, ¿sí? ¿Entonces por qué lleva media hora mirándome?

—Porque es parte de mi trabajo.

Jungkook estaba ordenando los papeles de manera alfabética y yo no he dejado de mirar cómo sus manitas se mueven hábilmente para mover las hojas, y la manera en la que su culito se mueve de aquí para allá, pidiéndome a gritos que me lo folle de una buena vez.

—Director Kim, vuelva a sus funciones por favor.

—Si así lo ordenas. —Susurré y me caminé con rumbo a su encuentro, tomando su cintura en la primera oportunidad. Él soltó una risita y se dio la vuelta para mirarme a los ojos.

—Tae, basta.

—¿Por qué?

Teníamos planeado ir a la casa a cenar cómodamente, para comenzar un muy buen fin de semana. Solo nos quedaba media hora más de trabajo, que probablemente no cumpliríamos por hoy, al menos no como se debería.

Sentía algo de nervios, porque... iba a pedirle que se case conmigo.

—Porque está mal hacer esto aquí.

—¿Hacer qué, bebé? ¿En qué cositas sucias estás pensando?

—B-basta...

—Si mal no recuerdo, te contraté porque follamos muy rico sobre mi escritorio.

Él mostró una expresión fingidamente molesta y golpeó mi hombro con lentitud.

—Me contrataste porque soy un profesional responsable.

—Sí, también porque me la chupas muy bien.

Amaba molestarle con esas cosas, la expresión tierna que se formaba en su carita me llenaba de ternura y hacía que mi corazón se agitara aun más. Yo jamás lo diría para ofenderlo, él lo sabe muy bien.

—Cállate, tonto.

Mis manos descendieron lentamente hasta su trasero, donde mis palmas se posaron a plenitud, disfrutando de la suavidad de la zona, presionándola con fuerza y deseo.

—Gánate un aumento, bebé.

—Uh, yo quiero un aumento... —Sus labios comenzaron a dejar besitos sobre mi cuello.

—Oh sí, bebé, te daré todo el aumento que quieras...

Él soltó varias risitas, mientras caminábamos lentamente hasta el escritorio, donde con una mano libre, arrojé todo lo que estaba en la superficie para que Jungkook pudiera recostarse sobre él. Tenía muchísimas ganas de hacérselo, aun más porque esta mañana me dejó prendido al mostrarme una de sus nuevas braguitas que no le cubrían nada, por lo contrario, dejaban a la vista zonas deliciosas, como su entrada, la misma que quise profanar tan pronto como me la mostró.

El trabajo fue quien nos detuvo esta mañana y el sonido de la puerta es el que nos detiene ahora. Solté un suspiro de frustración y él de inmediato escapó de mis brazos, disimulando continuar con el orden de los archivos, mientras yo pedía 'amablemente' que pasaran.

Mi corazón se detuvo al observar el rostro de mi padre tan pronto como la puerta fue abierta, creí que vendría a gritarme y a reclamarme, pero se mostró educado, incluso tímido.

—¿Me permitirías conversar contigo, Taehyung?

Jungkook me miró directamente, incitándome a conversar con mi padre y salió de mi despacho, regalándome una última mirada, llena de

Jungkook, el chico tonto ➳taekook [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora