Odore Fantasma

Sueños.

Izuku, quien a sus veintiséis años ya era el oyabun, mantenía un perfil bajo incluso en Japón.

Le gustaba hacer las cosas por sí mismo y ocuparse de sus negocios en persona.

Cuando no podía acudir a alguna reunión, Iida, el ahora segundo al mando, lo hacía.

Y si Tenya estaba ocupándose de otros negocios, siempre estaba Todoroki, o el hijo de este, quienes eran sus consejeros.

Aunque Shoto había mantenido una relación con Kirishima por un tiempo, entre Izuku y él existía una buena amistad.

De hecho, también intentaron salir juntos, pero se dieron cuenta de que ambos eran bastante bordes y algo así no funcionaría, o por lo menos eso decidieron antes de comenzar algo serio.

Su relación con Kirishima duró alrededor de tres años porque el pelirrojo era diferente a él en cuanto a su personalidad, pero a pesar de que este estuvo enamorado de él desde mucho antes de que empezaran a salir, su separación fue, según Izuku, lo correcto.

Y no se arrepentía.

El asunto de ser amigos sexuales, no tenía un verdadero significado para ambos. Era solo eso, una relación de amigos de cama, y nada más.

Si Kirishima quería conseguir una pareja, le diría a Izuku y dejarían aquello.

Cosa que ya había pasado más de una vez, pero terminaban regresando a hacerlo por la soltería del pelirrojo.

Y no es que Izuku no pudiera o quisiera estar con alguien más.

Era un asunto de confianza y él carecía de eso cuando se trata de humanos.

Después de quedar a cargo en la organización, inicio su investigación hacia la persona que estaba involucrada con su pasado y pertenecía al bajo mundo, por esto último era que Aizawa se lo había ocultado durante años, mas ahora que lo había descubierto, no lo dejaría pasar.

Y es que al parecer su pequeño hermano y las personas que murieron aquel fatídico día, sufrieron tanto a causa de una simple droga.

Un año entero le tomó a Izuku dar con el paradero del autor intelectual de todo.

Era muy bueno escondiendo su identidad, por lo que Izuku solo podía decir que era un hombre y que vivía en Italia. Se presume que no era tan viejo como para ser un capo, pero seguro estaba involucrado en algo así, eso, o era parte del gobierno.

Sin más pistas, al siguiente año, Izuku decidió mover sus contactos para poder tener una reunión con los capos de Italia, y meses después, la gente de Selcetta se contactó con él.

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Un camino desolado que comienza a ser construido. Unas calles que se manchan de sangre inocente. Un niño que camina solo en la oscuridad buscando a alguien con tanto desespero que su corazón bombea asustado. Pero cuando su madre llega a su lado y toma su mano, el sol sale, las calles se han limpiado y su corazón ha sido calmado. Las manos parecen hacerse pequeñas con cada paso que da, mas es lo contrario, es él quien crece en aquel cuerpo de niño sin darse cuenta de todos los pasos que ha dado. Su madre se va de nuevo, lo deja y él no piensa reclamarle al cielo, porque sabe que hay alguien más allí que esperaba con ansias la visita del ángel más herido que ha conocido hasta este día de su vida. Pareciera que alguien quiere hacerlo mirar atrás, desea negarse y esperar ahí mismo su final; pero es tan fuerte el llamado que voltea, solo para encontrarse con nada. El sentimiento de vacío le carcome el corazón y ahorca su alma, pero lo mantiene con vida. Siente que caerá de rodillas, no pedirá clemencia ni se arrepentirá de sus pecados; sin embargo, escucha una voz a lo lejos, que se acerca y con cada palabra retira el mal que intenta matarlo. Mira y es un joven casi deslumbrante, pero se da cuenta de que está incompleto. Y él no es necesariamente esa parte que al otro le falta. Intenta caminar hasta él, pero todo desaparece y termina cayendo en un vacío inmenso sin final.

Izuku despierta y siente que ha estado viviendo lo mismo una y otra vez durante años; pero nunca puede recordarlo con claridad.