—¿Qué haces aquí?
—Me han sentenciado, ¿qué es lo que esperas? ¿O es que piensas que puedo regresar a casa?
El hombre de traje azota la mesa con sus manos.
—Niñato, ¿quieres verme la cara de estúpido? -pregunta enfurecido. —Te vas a Italia, armas un revuelo, matas al hijo de una importante familia y después de arreglar tus asuntos... ¿Te entregas a la policía? ¡¡no me jodas!!
—¿Uhm? ¿Hijo de una importante familia? Nada de eso me suena.
El mayor se pone rojo de coraje. Pero suspira y trata de controlarse.
“Recuerda con quién estás tratando” se repite a sí mismo.
—Estás demente. -le asegura. —¿Cómo mierda es posible que un puto jefe de la mafia como tú solo esté condenado a cinco años? Es una estafa. Una puta mentira de mierda... ¿A quién intentas proteger allá afuera, huh?
—A nadie. -responde sin titubear, con una mirada más fría que de costumbre.
—No hay manera.
—Cree lo que quieras. Hago esto por mi propio bien.
—Nunca has hecho algo bueno para ti, “Jefe Izuku”.
—¿Tú que sabes sobre mí?
—Lo sé todo. He pasado toda mi vida investigando tus atrocidades. -admite. —No puedo permitir que mi vida se vaya a la mierda solo porque tienes el poder y el dinero para encerrarte aquí por un crimen mínimo que seguro ni siquiera cometiste. -se levanta, estira su corbata gris, siente que le ahoga ante el enojo que no deja su cuerpo. —Habla. ¿A quién intentas proteger? ¿A quién mierda trajiste de Italia?
—Si me conoce tan bien, entonces sabrá que no tengo a nadie, señor detective. -lo sigue con la mirada. No se deja amenazar ante el mayor. —No hay ni una sola persona en este maldito mundo que tenga que proteger. Y si me conoce tan bien como dice, entonces sabe que he perdido a todos. Estoy tan seguro que usted mismo fue a ver el cuerpo de mi hombre caído... Porque usted sabe que él era lo único que me quedaba. Pudo confirmarlo, ¿No es así? -quisiera poder levantarse e ingresar de una vez a la celda preparada para él; ese cuestionario estaba fuera de sus planes. No teme, pero no está de humor para lidiar con eso. —Kirishima está muerto. No estamos fingiendo su muerte... pero por el amor de Dios, que quisiera fuera así. -confiesa apretando sus manos en un puño donde retiene sus sentimientos.
—... Algún día, Midoriya Izuku, voy a atraparte, destaparé tu verdadero rostro y desearás haber escogido otra vida.
—No es necesario, ya estoy aquí encerrado, y me he arrepentido de mis desgracias siempre. -sonríe sarcástico. —Pero dé su mejor esfuerzo la próxima vez, detective Hiroshi.
—Tenemos que llevar al prisionero a su celda. -le avisa uno de los guardias al hombre antes de que diga algo más en contra de Izuku y le pregunte cómo es que sabe su nombre si nunca lo dijo.
Una amenaza silenciosa.
—¡Mierda!
~
~
Yo, Todoroki Shoto, me he convertido en consejero del oyabun, ya que mi padre fue el consejero del ex jefe, que descanse en paz, si es que puede hacerlo en el infierno.
Midoriya Izuku. Un joven tan misterioso como la noche. Siempre me sentí interesado por saber más de él. Cuando me eligió como su consejero personal, no podía creerlo; mi padre se molestó, pero no podía hacer nada más, las palabras del oyabun siempre son absolutas.

ESTÁS LEYENDO
Odore Fantasma
ContoUn mafioso japonés llega a Italia para apoderarse de ella, pero de esto no trata la historia.