—Usted está llamando a la estación de policía.
—Quisiera hacer un reporte sobre mi vecino. Desde que se mudó trajo a un chico con él, pero no lo he vuelto a ver nunca, las ventanas y cortinas siempre están cerradas, hay veces en que escucho ruidos fuertes viniendo de su hogar, he reportado esto más de una vez, pero no parece que hagan nada al respecto... Creo que ese chico podría estar secuestrado. Justo ahora hay mucho ruido proviniendo de esa casa, ya es media noche y me preocupa que todo esto termine mal. Espero estarme equivocando, pero me gustaría que vinieran a investigar... Sí, mi dirección es-
~
Ya decía Katsuki que su vida “tranquila” terminaría en cualquier momento.
Después de que Fazio regresara de Japón, sus viejos hábitos volvieron.
Esa noche, Katsuki estuvo siendo golpeado brutalmente.
Aceptó que moriría.
Ni siquiera intentó defenderse, era inútil hacerlo de igual manera.
Cuando estaba por desmayarse, escucha a alguien tocar la puerta. La poca esperanza que había dentro de él, lo hace prácticamente huir de Fazio y correr hasta donde llaman. Es alcanzado por el mayor a mitad de camino, pero por primera vez en su vida pudo pedir ayuda y obtener una respuesta.
Días después, despierta en una habitación que no conoce. El miedo le invade al instante, y no se mueve en espera de saber algo antes de dar señales de seguir con vida.
Una voz de mujer llega a sus oídos. Aquella linda voz tararea una canción que pareciera ser de cuna.
Katsuki se arma de valor y se levanta de la cama. Finalmente nota los vendajes en su delgado cuerpo.
El pequeño ruido que hace al bajar de la cama, hizo que la mujer detuviera su canto y fuera hasta él.
—¡No te acerques! -le grito Katsuki cuando ella salió del otro cuarto hasta donde el menor se encontraba. —¡¿Quién diablos eres y qué hago aquí?!
—Tranquilo. -respondió la mujer con una expresión de tristeza. —No voy a lastimarte, yo fui quien te sacó de ahí.
—... ¿Qué?
Aquellas fueron las primeras palabras que Tamara y Katsuki compartieron.
La mujer policía descubrió que varios de sus compañeros fueron sobornados por mafiosos, debido a esto, muchas cosas se mantuvieron en secreto, cosas que no debían, tal como lo eran el secuestro del pelicenizo.
Una llamada filtrada fue la que llevó a Tamara hasta Fazio, quien logró escaparse, y el muy astuto no dejó nada dentro de esa casa que permitiera encontrarlo.
A menos de que Katsuki supiera algo sobre eso.
Pero no lo hacía.
El menor se quedó a vivir con Tamara para después irse sin decirle nada. Ya que no confiaba en los policías, puesto que estos mismos le habían traicionado antes.
La mayor solía preguntarle cosas personales a Katsuki, pero este nunca respondía a nada.
Y puesto que el cenizo “no tenía” nombre, Tamara lo llamaba «niño» con su acento italiano y voz femenina que secretamente le daba paz al menor.
La policía fue a casa de la mujer más de una vez para intentar interrogar a Katsuki y poder obtener información sobre el paradero de Fazio, pero tal parecía que Katsuki realmente les temía. Se ponía histérico y aterrorizado.

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Odore Fantasma
Short StoryUn mafioso japonés llega a Italia para apoderarse de ella, pero de esto no trata la historia.