Odore Fantasma

Sentimientos.

Izuku toma asiento en la cama y busca su teléfono debajo de su almohada, checa la hora y es más temprano de lo que pensaba.

—Katsuki... -voltea hacia el cenizo llamándolo. Nota la expresión que este tiene, no le parece que sea un buen sueño. —Kats... -lo sacude levemente tratando de despertarlo, no tiene que volver a intentarlo cuando el mencionado se levanta, poniéndose algo alterado. —Tranquilo, no pasa nada. -le asegura Izuku. —Solo quería despertarte.

—... -su respiración vuelve a regularse después de unos segundos. —Lo siento.

—¿Te pasa esto seguido?

—Supongo...

—¿Estabas teniendo una pesadilla?

—No lo recuerdo.

—¿Quieres desayunar algo? -pregunta regresando su vista al teléfono.

—No realmente. -se quita la sábana de encima y sale de la cama. —¿Me podrías decir por favor los planes para hoy? -pregunta recogiendo su ropa del suelo.

—Te traeré otro cambio de ropa, usa mi pijama por mientras. -le dice Izuku señalando la otra muda que podía verse dentro del armario semiabierto. —Y sobre tu pregunta, lo sabrás más tarde.

—Bien. -suelta el traje dejándolo sobre el suelo de nuevo. —Entonces, ¿hay más información sobre él?

—Katsuki, no tienes que preocuparte, está bajo control ese asunto.

—¿Estás seguro?

—Sí, de verdad no te preocupes. -se levanta de la cama y va hasta el cenizo. 

—No puedo evitar preocuparme. -admite terminando de ponerse la parte baja del pijama. —Lo conozco y puede ser capaz de muchas cosas.

Izuku se posiciona detrás de Katsuki abrazándolo.

—Pero no me conoces a mí. -le dice.

Katsuki duda de si hay tristeza en la voz del mayor, o él se lo está imaginando.

—Mi madre siempre decía que le dijera mis sentimientos, mi padre nos abandonó en un momento importante para ella, supongo que estaba triste y creía que yo me sentía igual, por lo que todos los días me recordaba lo importante que era el expresarme con ella, esperaba que dijera algo como “lo extraño”, pero es que la verdad no lo hacía... -le cuenta al menor. —Nunca cambio de parecer, Katsuki, trato de no contradecirme y hacer siempre solamente lo que quiero... Pero desde ese día en que vi cómo te había decepcionado por mi decisión, siento que no puedo volver a casa ahora... Que no podría hacerlo sin ti. -admite.

—... ¿Por qué me dices esto ahora?

—Solo quería decírtelo. -lo suelta lentamente y va hasta la cama tomando su teléfono. —No regresaré a Japón hasta asegurarme de arreglar todo aquí. Así que no te preocupes más, tienes ese rostro de angustia y me pones intranquilo a mí.

—Izuku, ¿Vas a quedarte de verdad? -pregunta escéptico el cenizo.

—Sí. -afirma sentándose en la cama mientras le marca a alguien, sostiene su teléfono enfrente de él esperando que respondan, lo cual no tarda en suceder. —Necesito un cambio de ropa para Katsuki. -avisa. —Yo tengo algo aquí, estoy bien... Repite el menú de ayer para mi desayuno... Gracias. -cuelga y se recuesta en la cama.

—Deberías ponerte tu ropa interior. -sugiere el menor.

—Necesito una ducha. -responde levantándose y yendo hasta el cuarto de baño. —Kirishima o Sero traerán tu ropa, te aviso que no tocarán la puerta. Si quieres dormir, puedes hacerlo, aún no es hora.