Odore Fantasma

Más cerca.

—Katsuki, ven un segundo. -le pide al cenizo cuando llegan al siguiente hotel.

—¿Sí? -sigue al mayor hasta su habitación.

—Cierra la puerta y toma asiento.

—... -acata las órdenes sin preguntar.

—Puedes quitarte el saco y la corbata. -le dice mientras él lo hace. —¿Has matado antes?

—... ¿A qué viene esa pregunta? -se queda a mitad de quitar su saco cuando aquello le toma por sorpresa.

—Antes... ¿Estabas asustado? -desabotona su camisa.

—No. Quiero decir, sí, pero no por eso.

—¿Qué es lo que pasó? -la deja en el suelo y camina hasta su cama, sentándose ahí para quitar sus zapatos. —Sé que eres joven, pero no tengo idea de qué tipo de vida tuviste, ni tampoco qué relación tenías con el tipo que buscamos. Sigue siendo una intriga para mí el cómo descubriste mi nombre, y también está tu edad. Me pregunto realmente cuántos años tienes, aunque sé que sí eres menor que yo. Está bien si quieres mentir sobre ello, no me importa en realidad; pero si pudieras decirme tus razones, tal vez podría comprenderte más.

—... Creo que tengo veinte años. El bastardo aquel festejaba mi cumpleaños diferentes días, así que no tengo idea de cuándo nací en realidad. Podría tener incluso veintiuno o diecinueve, no lo sé. Dije que diecisiete porque no confiaba lo suficiente en ti, tú tampoco me dijiste tu edad en realidad.

—Veintiocho. Te lo dije, casi treinta. -se levanta de la cama y busca entre el armario su pijama.

—... -lo mira en silencio, quita su saco y tiene problemas con la corbata, por lo que la deja ahí. —Siento que debo disculparme por mentirte.

—Yo lo entiendo, así que no lo veo necesario.

—Sé que no es necesario, pero... Lamento haberte mentido. -se disculpa bajando un poco su cabeza.

Izuku ve al menor; sin embargo, se concentra más en quitar su pantalón y ponerse el pijama.

—Da igual, ya lo sabía, no te atormentes por algo como eso.

—No lo haré.

—Oye, si no quieres hablarlo, no insistiré, pero si pudieras decirme cuál era tu relación con aquel hombre, me gustaría oírlo. -admite yendo hasta su cama nuevamente, toma asiento más cerca de Katsuki y espera una respuesta.

—... Es parte de mi pasado, y decidí hace mucho que lo olvidaría. -le dice. —No quiero atascarme en lo malo, y no hay nada bueno que recordar de ello.

—Bien, entiendo, pero, ¿Cómo es qué sabes mi nombre? No puedo quedarme con esa duda.

—Ese hombre me lo dijo... Él me dijo todo lo que sé de los capos, las organizaciones y todo lo que te he dicho hasta ahora.

—¿Cuándo fue la última vez que lo viste?

—Hace meses. Tenían la intención de invitarte a Selcetta desde que inició el año, pero muchas cosas pasaron y puesto que los Vassari harían sus planes en secreto de los demás, no tuvieron más opción que esperar el momento perfecto, el cual supuestamente era ahora.

—Pero se equivocaron.

—Sí.

—Yo también tenía mis razones para venir a Italia. -le confiesa. —Todo fue como... ¿Destino? O tal vez pura coincidencia.

—¿Querías vender droga en Italia? -le pregunta el cenizo.

—A eso vine, es verdad. Pero no era mi plan principal. Había alguien a quien quería encontrar... Nunca me ha gustado la venganza, así que me detuve después de encontrar algo más importante.