—¿Dónde está ese chico Katsuki?
—No lo sé. Probablemente en la habitación del jefe. -responde Sero bebiendo de su lata de café.
—¿Qué? Pero... ¿No van a “encargarse” de él? -cuestiona Takumi mientras come.
—No lo sé. -le repite el pelinegro.
—Te ves muy calmado al respecto, Sero.
—Pero no es así. He estado con el jefe más tiempo que tú... Katsuki se volvió alguien importante para él. Me preocupa la decisión que vaya a tomar, y qué pasará con él... Nadie se ha atrevido a decirle aquello otro que pasó.
—¿Te refieres a lo de su madre?
—... Sí. Kirishima dijo que él le dirá, pero... Me siento fatal. -admite con una expresión de tristeza, quitando por fin esa inexpresividad que le caracteriza. —Espero el jefe esté bien.
—No hay manera de que lo esté. -opina Takumi. —Y no eres el único que se preocupa por él. Todos lo estamos.
Sero asiente, e internamente se alegra de que Izuku tenga tantas personas a su lado.
Mas sabe perfectamente de que algo como eso no significará nada para él si pierde lo que de verdad quiere en este mundo.
~
—¿No vas a matarme? -le pregunta Katsuki sentado desde aquella cama donde ya estuvo antes. —Incluso si no te traicione, yo-
—Te lo pido. No vuelvas a preguntar algo así. -responde Izuku sin dejarlo terminar.
—¿Qué quieres que haga? ¿O qué es lo que quieres que te diga?
—En eso es en lo que estoy pensando. -admite caminando de un lado a otro en la habitación.
Se escucha como alguien llama a la puerta, haciendo que Izuku detenga sus pasos nerviosos.
—¿Puedo entrar? -le preguntan desde afuera.
—Pasa, Kirishima.
El mencionado obedece al instante, abriendo la puerta y cerrándola detrás de él una vez ha entrado. Se queda de pie ahí mismo, mira a Katsuki y luego a Izuku, ambos lo miran de regreso esperando escuchar sus palabras.
—¿Qué es? -le pregunta Izuku con duda al verlo tan callado.
—... Hay algo que debo decirte.
—Dilo ya, ¿Qué es?
—... Es que no sé cómo hacerlo. -admite bajando la mirada.
—¿Huh? ¿Qué significa eso?
La habitación tenía un aura tensa desde antes que entrara Kirishima, pero ahora era peor.
—Izuku. ¿Qué harás sobre Katsuki?
—¿Qué? -voltea hacia el mencionado, y este lo mira también. —¿Es eso lo que venías a decir?
—No. No lo es... Pero quiero saber.
—...
—Katsuki, ¿Tú qué harás? -cuestiona al menor.
—Oi, Kirishima. -le reclama Izuku, pero el cenizo se levanta de su lugar.
—Yo estaré bien con lo que Izuku quiera. Incluso si decide mi muerte o un castigo. Sé que me lo merezco. Lo que él diga yo lo aceptaré.
—¿Estás seguro?
Izuku se queda en shock ante la respuesta de Katsuki, y le empieza a molestar que Kirishima quiera intimidar al cenizo.
—Sí. Mi vida ya... En realidad, nunca tuvo sentido ni razón.
—Katsuki. -le llama el pelirrojo acercándose a él, siendo observado detalladamente por su jefe. —No digas cosas tan tristes. Izuku no necesita a alguien así en su vida. Di que quieres estar con él.
—¿Eh? -sus palabras se escapan.
—Todos nosotros estamos aquí para morir por él. No necesita más de eso. Di que vas a vivir para poder estar con él. No mueras por tu propio bien, Katsuki. Es una orden.
Al tenerlo tan de cerca, Katsuki finalmente se da cuenta de lo grande que es Kirishima y de lo valiente que es.
¿Qué ese sentimiento en su pecho?
De pronto una admiración crece en él.
Ahora por fin puede entender por qué Izuku le confía su vida a Kirishima.
—Eso solo si estás dispuesto a hacerlo de verdad. -le dice antes de dirigirse en dirección a su jefe. —Izuku, tú... Has lo que deseas. Sabes que todos te vamos a seguir incluso si piensas gobernar el mismo infierno.
—Eiji...
—Te dije que tomaría toda la responsabilidad... -recuerda. —Y lo haré. -se decide. —Tu madre ha sufrido un ataque irreparable, me duele mucho decirte esto, Izuku, pero nadie más puede hacerlo. Tu madre ha fallecido.
No hay palabras para explicar el rostro que está haciendo Izuku ante la noticia.
Kirishima instintivamente lo abraza, pero el peliverde sigue sin reaccionar.
—Lo siento mucho, me apropié de tu última llamada con ella, Izuku. De verdad lo siento, soy el peor...
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Odore Fantasma
Short StoryUn mafioso japonés llega a Italia para apoderarse de ella, pero de esto no trata la historia.