☾ | Capítulo 07

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Mi cuerpo se sacude en una ráfaga de viento, Sébastien todavía no ha encendido el auto, lo miro de manera exasperante espero que lo haga para prenda el alentador a más no poder, pero vuelve a salir del auto, miro por encima de mi hombro, está busc...

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Mi cuerpo se sacude en una ráfaga de viento, Sébastien todavía no ha encendido el auto, lo miro de manera exasperante espero que lo haga para prenda el alentador a más no poder, pero vuelve a salir del auto, miro por encima de mi hombro, está buscando algo en el baúl, vuelve adentro con un hoodie negro en sus manos, me lo pasa.

—Póntelo, para que te caliente mientras llegamos a tu casa.

Pero lo que me detiene es verlo quitándome la camisa junto a los tenis, quedándose semidesnudo, supongo que por respeto no se quita los pantalones también, me paso al asiento de atrás porque no tiene sentido ponerme el hoodie encima si debajo tendré la ropa mojada, así que comienzo a desnudarme, no me importa si me está viendo quitarme la ropa o no, pero cuando me saco la blusa me doy cuenta que no lo hace.

Está viendo hacia al frente como un niño obediente.

Me quedo en sujetador mientras deshago el nudo de las sandalias, procedo después a quitarme el pantalón eso es lo más difícil en esta posición, pero poco a poco logro quitármelo hasta que suelto un suspiro tirando la ropa mojada en el mismo lugar, agarro el hoodie mirándolo, se ve grande y calientito, me quito el sujetador y luego me pongo el hoodie, mi cuerpo me agradece ese cambio de temperatura al instante.

Me paso para el asiento delantero, en ese momento Sébastien enciende el auto.

—Gracias por el hoodie.

Sébastien no responde, parece que está molesto, pero yo no lo mande a lanzarse a la laguna detrás de mí, el trayecto a mi casa se me hace tan largo, así que me acomodo en el asiento mientras cierro mis ojos, mi estómago gruñe luego de un rato, el alcohol devoro la cena que me comí antes de salir, escondo mi cabeza dentro de mis brazos cuando vuelve a sonar con más fuerza, que vergüenza, ojalá que lleguemos pronto al pueblo.

Pero él se desvía, no tengo ganas de discutir ni de preguntar a donde se dirige, levanto la cabeza cuando el auto se detiene, estamos en el estacionamiento de un establecimiento de comida rápida, esperando en una corta fila de siete carros, es algo tierno de su parte que me compre comida, lo miro esperando encontrarme con sus ojos puestos en mí, pero no lo hace, de verdad me está ignorando, el auto avanza hasta llegar a la máquina dónde pides.

—Dos combos grandes de hamburguesa, quiero agrandar las papas y una docena de galletas de chispas de chocolate.

—¿De qué sabor desea sus refrescos?

—Coca-Cola.

—¿Desea algo más, señor?

—No.

Ni siquiera me pregunto qué quería, cruzo mis brazos, perfecto Sébastien, yo también se ignorar, la fila avanza rápido, cuando llega nuestro turno, un chico abre la ventilla, comienza a pasarle las cosas, dos fundas grandes, Sébastien alza su brazo cogiéndolas mientras que deja una en mis piernas, luego le pasan las galletas, me pongo a mirar lo que hay dentro de la funda, no echaron kétchup, por último, le pasa los dos vasos de refresco.

Dulce Luna ✓ | 2ºDonde viven las historias. Descúbrelo ahora