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"Con cien dólares y un folleto que encontró en la calle que hablaba de un pueblo llamado Hauntend Forest, una corazonada le indicó que ese sería su nuevo destino."
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Libro II de la serie amores verdad...
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Maestra pasando lista digan: Presente
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—¿Qué opinas de este?
Sébastien me observa embobado, estamos en la tienda de su mamá, he venido a comprarme ropa y lo traje conmigo para que me ayude a decidir, pero parece que solo sabe quedarse mirándome y no decir nada, pongo mis ojos en blanco y me acerco a él, estamos solos en el probador, el lugar es muy espacioso, incluso tiene un mueble redondo para que las personas se sienten.
También está rodeado de espejos por todas partes, así que puedes verte en diferentes ángulos, la tienda es enorme, Adhara me contó que compro ese terreno luego del nacimiento de Alem, porque las ventas se dispararon y venían personas de otros pueblos y de la cuidad a comprar únicamente aquí, así que hizo esa inversión y desde ese momento todo cambio.
—Me gusta.
—Eso me dijiste del otro.
—Dulzura, te puedes poner un saco de esos que se usan para botar la basura y aun así te verás hermosa, porque tú eres lo más lindo que existe en este mundo.
Una sonrisa boba crece en mis labios.
—Tienes el poder de envolver con tus palabras.
—Y tú me tienes a tus pies dulzura.
Me inclino para besar sus labios y luego caminar al espejo más cercano, me observo de pies a cabeza, es un vestido rosado con piedras del mismo color, la tela no se transparenta, pero se pega a mí como si fuera una segunda piel y a su vez acentúan las curvas de mi cuerpo, me encanta el diseño, siento que es perfecto para la graduación.
Aunque todavía faltan unos meses para eso, pero no puedo evitar imaginarme con este vestido puesto mientras me graduó y luego yendo a cenar al restaurante del amigo de Bastian a las afueras del pueblo, ya hice mi plan en mi mente y ni siquiera ha llegado el día, doy una vuelta riéndome para luego detenerme mareada.
Mi chico me mira sonriendo y me doy cuenta de lo afortunada que soy, he encontrado mi lugar seguro entre sus brazos, un compañero de vida que me impulsa día a día a luchar por mis sueños, a encontrarme a mí misma y a explorar sin miedos, él es mi media mitad, mi alma gemela, pero me recuerda siempre que soy una mujer poderosa e independiente.
Aunque soy suya en cuerpo y alma.
Estamos en vísperas de año nuevo, me la pasé excelente en acción de gracias, me hicieron sentir parte de su familia, pero en navidad fue cuando de verdad me sentí una más de ellos, ese día lloré cuando nos intercambiamos los regalos, hace años que no celebraba una navidad, me la pasaba encerrada o llevando a mamá al hospital y luego cuando murió, también lo hizo mi espíritu navideño.
Pero gracias a Martha y a Adhara, ese día pude llorar de felicidad y no de tristeza, como hace unos años, no me gustaba disfrutar esos días festivos porque sentía que le estaba faltando el respeto a mamá, sentía que celebraba su muerte o que no me importaba su muerte si me ponía alegre en esos días, pero junto a mi psicóloga hemos hablado sobre mi proceso del duelo y de que debo de soltar algunas cosas que solamente me hacen daño.