—Bueno, todo empezó cuando me despidieron de mi trabajo...
Y le conté absolutamente todo, desde la proposición asquerosa que me hizo mi antiguo jefe hasta el momento en que escapé de la casa, después de salvarme del señor Rodrigo, a Sébastien no le gustó para nada escucharme narrar esos momentos de terror puro que viví, pero estuvo en silencio escuchándome y cuando terminé, rompí en llantos por todo lo que he pasado.
Han pasado varios días desde esa conversación, volví a mi vida, lejos del peligro, sintiéndome libre, luego de saber que metieron a la cárcel a mi abusador, no voy a negar que lloré de alegría cuando el abogado nos llamó para comunicarnos esa noticia, hasta ahora no tenía conocimiento del pavor que sentía a que él me encontrará, por eso todo mi mundo se desvaneció cuando apareció frente a mí, hoy puedo caminar tranquila por las calles del pueblo y de la ciudad.
Sigo acudiendo a terapias, después de esa fuerte impresión, todo volvió de golpe a mí, pero sé que todo mejorará, en estos momentos estoy saliendo del hospital, hoy tenía cita con la ginecóloga para un nuevo tratamiento de la endometriosis, me envío hacer resultados de fertilidad y también tengo con un nuevo anticonceptivo, aunque sé que es complicado por mi situación tener hijos, he descubierto muchas cosas que antes no existía, así que es mejor que prevenir.
Quizás los espermatozoides de Sébastien, tengan una súper fuerza especial y terminen ganando la batalla y por ahora no quiero eso, quizás dentro de seis años.
—¿Y ahora qué hacemos?
Miro a Sébastien en una esquina que observa a las embarazadas con anhelo.
—Demonios, quiero un bebé.
—Adopta un perrito mientras tanto, porque no tendremos uno por ahora, ni mucho menos dentro de tres años.
—Tranquila dulzura, no te preñaré para amarrarte a mí.
—Ya estoy amarrada a ti, un bebé no cambia la ecuación.
—Pero si la mejora.
—Primero construye una casa en dónde vivir y luego piensa en poblar al mundo.
—¿Si consigo una casa primero y te mudas conmigo?
—¿Tan siquiera lo dudas?
—Trabajaré muy duro para tener un techo que sea nuestro, dulzura.
—¿Es una promesa?
—Es un hecho.
Besa mi nariz, entrelazando nuestras manos mientras nos guía hacia la salida, hoy he decidido que sacaré mis ahorros del banco, para pagarle a Martha la deuda que me saldó con la señora Felicia, sonrío recordando que podré sacar el dinero, ahora sin miedo a que rastreen mis movimientos y me metan a la cárcel, ya podré acompañar a Sébastien a sus viajes, sin que mi mente se llene de escenarios horribles por el miedo a que me atrapen.
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Dulce Luna ✓ | 2º
Werewolf+18 "Con cien dólares y un folleto que encontró en la calle que hablaba de un pueblo llamado Hauntend Forest, una corazonada le indicó que ese sería su nuevo destino." ¿Quieres leer la sinopsis? Completa adentro ⬇️ Libro II de la serie amores verdad...