Celebrity scandal ♡ YoonTae

Cap n7

Aun habiendo sido tremendamente humillado y usado, el nuevo omega del momento entra resplandeciente por la agencia, aunque sabe perfectamente que es la comidilla de todos los que hay allí dentro.

Por lo visto, el día que Yoongi tuvo la genial idea de aplazar su sesión fotográfica, había allí alguien de la redacción que había sido usado previamente por su necesidad de tirarse a todo chico guapo que se le presenta delante y bueno, no le hizo ninguna gracia saber que su objetivo ahora era Taehyung.

Aunque a este le da igual, él solo está allí para modelar.

— ¿Habéis visto? Anda que pierde el tiempo — escucha decir a una chica del staff — tampoco es para tanto, ¿Qué le habrá visto Yoongi sunbaenim? — dice otro, que lo mira de arriba abajo — seguro que no es el primer alfa que se folla, es muy amiguito de Park Jimin.

Es consciente de que esto podía ocurrir si se dejaba llevar por sus instintos, su mánager se entretuvo en advertirle que la gente en esa profesión es muy envidiosa, pero él está preparado para eso y mucho más.

Y así llega, directo a su pequeña sala, donde tiene algo de ropa, refrigerios, un sofá-cama y algunas pertenencias por si acaso.

Lo que no había unos días antes era un alfa con cara socarrona mirándole cuando entra.

— Buenos días, Kim Taehyung — saluda Yoongi, lanzándole un beso al aire poco después — por lo visto ya se han enterado de nuestra pequeña aventura.

— ¿Qué hace aquí sunbaenim? — pregunta sin mirarle, no se atreve.

— He venido a desayunar contigo — escucha decir por detrás mientras obtiene un bollito de su mesa, recién hecho — el otro día fui un estúpido.

El omega se gira, esperanzado de que esas palabras sean reales, pero cuando se gira, ahí está, la burla brillando por si misma en los orbes del alfa, que ya está a escasos centímetros de su cuerpo, sonriendo cómo si de un zorro astuto se tratase.

— Es usted un mentiroso — dice, procurando que su voz no salga temerosa.

— Realmente he venido a desayunar — insiste, poniendo ambas manos en la mesa.

Sabe a café y a algo dulce que no distingue con exactitud, también denota algún sabor a ansiedad y deseo, no entiende exactamente qué hace ahí, pero tener a Min Yoongi comiéndole la boca a primera hora de la mañana después de haber sido expulsado de su casa hace unos días, hace que se sienta ridículo.

— Te recogeré cuando salgas, no te atrevas a irte sin mí — susurra, encima de sus labios, antes de marcharse dejándole con la palabra en la boca.

Su mano aprieta el bollito, obligándose a respirar profundamente e intentar olvidar lo que acaba de ocurrir, pues solo debe aguantar ese tipo de bromas porque al alfa le parece divertido, ni se plantea que pueda ir a recogerle cuando salga, es completamente absurdo, solo quiere reírse de su persona.

Solo debe tener paciencia, el momento y la persona indicadas llegarán cuando menos lo espere, está seguro.

Después de una agotadora jornada para la campaña primavera verano en la que ha debido cambiarse más veces que en toda su vida, sale del edificio mientras bosteza, tiene demasiadas ganas de ir casa.

Por suerte, su mánager, le consiguió un sitio barato donde quedarse mientras iba cogiendo fuerza e impulso, que está a unas calles de la agencia.

Se siente como nuevo, todas esas cámaras, tanta gente prestándole atención, llenándole de luces y flases, todas las miradas puestas en que su trabajo como modelo sea el mejor, no puede sentirse mejor a pesar del cansancio que expulsa por los poros.

Ahora va a cenar algo que tenga congelado en el frigorífico hecho por su madre, debe cuidar la dieta, pero no hay mejor comida que esa.

O eso es lo que Taehyung piensa, pues un fuerte pitido a su izquierda lo hace dar un pequeño chillido y llevarse las manos al pecho, del susto; se gira a mirar quién ha sido el energúmeno, dispuesto a decirle cuatro cosas.

Nuevamente, la cara de Yoongi se planta frente a sus narices.

— Creo que fui lo suficientemente claro cuando dije que ni se te ocurriese irte sin mí — gruñe, desde el asiento del conductor — sube en este instante al coche.

— ¿Por qué debería hacerlo, sunbaenim? — le pregunta, asomándose por la ventana.

El alfa abre la boca, pero se queda sin nada qué decir, a lo que Taehyung no puede evitar sonreír satisfecho; ¿Querría ir con él? Por supuesto, a pesar de lo imbécil que fue el otro día, es un hombre generoso y maravilloso en la intimidad de los cuerpos, aún siente su aroma pegado a su piel.

— Tengo hambre y estoy cansado, sunbaenim, buenas noches — dice educadamente, sonriéndole con educación.

— Entra, te invito a cenar — insiste, dando toquecitos contra el asiento del copiloto; Taehyung le mira, sabiendo que se está metiendo en la boca del lobo, sabe que, si entra en ese coche, acabará siendo devorado — no soy tan depredador como crees.

Suspira, para meterse en el coche, consiguiendo una sonrisa victoriosa de Yoongi.

— Nos lo vamos a pasar genial, pequeño — comenta, arrancando de nuevo el coche — te voy a llevar cenar carne de la mejor calidad.

El omega asiente, alegrándose de llevar condones en su bolso.