Celebrity scandal ♡ YoonTae

Cap n53

El día que decidieron mudarse a ese barrio residencial de gente adinerada, decidieron también que la seguridad de sus hijas era muy importante y como vía rápida de escape, colocaron unas escaleras por su ventana, que dan directamente a la parte lateral de la casa, donde hay un coche que es revisado a diario por el personal del servicio para que no se le acabe la batería.

Es en ese coche donde se marcha Taehyung, dando gracias a que la policía aún no se ha percatado de ello y por eso puede escapar, siguiendo en el GPS la dirección que ha apuntado.

Sabe con exactitud que es una trampa estupendamente preparada para que vaya solo y le hagan algo malo a él, pero si con eso puede poner a sus hijas a salvo no le importa, pero tiene otra preocupación encima.

¿Ese chico sabrá que está nuevamente embarazado?

Si no es así, su pequeño cachorro puede que sufra algún tipo de altercado, pero supone que sí es consciente, ese beta trastornado tiene que saber muchas cosas de ellos, a nivel enfermizo, para que supiese hasta cuando iban a salir.

Si sale de esta, pedirá que se revise cada rincón de la casa, en busca de cámaras y micrófonos.

Al contrario de lo esperado, no es en un edificio abandonado o en una nave industrial perdida de la ciudad, es un bloque de apartamentos muy parecido a su pent-house, sorprendiéndole cuando el de seguridad le indica que pase a través de gestos, sin entender qué hace en un sitio como ese.

Tampoco entiende cómo ha conseguido ese chico que haya más de una persona ayudándole a atrapar a dos bebés y un omega embarazado.

Demasiado enfermo en el mundo.

Sin embargo, como orgulloso marido de Min Yoongi y omega dominante, Taehyung entra con la cabeza bien alta en ese apartamento que le indica un señor desde la puerta, disimulando perfectamente el miedo que siente por su hijo, sorprendiéndose con la imagen que tiene al entrar.

Sus hijas, en una confortable cuna mientras se ríen y juegan con ese beta trastornado que le ha hecho sufrir durante tantas horas.

— Las hijas de mi amor no tienen la culpa de lo libertino que tienes — explica, antes de que Taehyung hable — a ellas las criaré yo como tiene que ser, en un entorno lleno de cariño y amabilidad, tú solo les traerías desgracias.

— ¿Puedes despertar? ¿Y cómo has conseguido salir de la cárcel? ¿Por qué sigues obsesionado con mi marido? — pregunta, sin saber qué quiere saber primero.

La mirada afilada del beta, que se levanta dejando a las pequeñas con un peluche, lo congela.

— Lo único que has hecho bien en este mundo es darme tres hijos estupendos ya que, el destino no ha querido que los geste — le dice, haciendo que Taehyung se lleve las manos al vientre — el pequeño Yeongho será un alfa tan hermoso como mi alfa, ya lo verás, estoy seguro de que todo el mundo lo amará.

— ¡¿Cómo mierda sabes que se llamará así?! — estalla Taehyung, asustado.

— Entre Yoongi y yo, no hay ningún secreto — dice simplemente, confundiéndole.

El corazón del omega se tambalea ¿Es posible acaso que su esposo se esté viendo con él? ¿Tal vez los sentimientos que le demuestra son mentira? ¿No le ama?

— Te mantendré retenido hasta que puedas darlo a luz — dice, acercándose con una navaja, que coge de una mesa en el centro del apartamento — estás de seis meses, tengo un amigo que te lo sacará a los ocho — Taehyung quiere llorar, pero se mantiene firme, en su sitio — dan igual las cicatrices que te queden, yo mismo te mataré conforme tenga a mi bebé en brazos.

— Estás enfermo — dice, importándole poco la navaja en su mandíbula — pero ¿Sabes qué? Yoongi y yo somos pareja destinada, él y yo nos seguiremos amando en esta vida, en la que viene y en todas las demás — el beta aprieta el puñal, furioso — tardé muchos meses en reconocerlo, pero tenerlo en mi vida es lo más maravilloso que me ha pasado nunca, le amo tanto que no tengo ningún miedo, sé que vendrá a por su manada, porque ese es nuestro destino, permanecer juntos hasta el final.

— ¡Vámonos de aquí! — grita el beta, sospechando que Taehyung ha dado indicaciones de dónde se encuentran.

Se gira violentamente, dispuesto a coger a las niñas, que notan la inquietud de su padre y se ponen desconsoladamente a llorar, armando un gran escandalo que solo se agranda conforme la policía irrumpe en el apartamento, tirando la puerta abajo.

Taehyung se gira, viendo, como si fuese un ángel, cómo su marido entra con ellos, llegando hasta él y besándolo en los labios, dejándose llevar por las lágrimas que llevan horas ahí retenidas, sintiendo que el miedo que lo llenaba se esparce poco a poco, que todo va a salir bien a partir de ahora.

Pero su bebé ya había avisado, a su manera, de lo que iba a ocurrir.

El omega baja la cabeza, viendo cómo acaba de romper aguas, probablemente del estrés propio de toda la situación, indicándole que ese gatito que cabía apenas en una mano no es más que su parto adelantado.

Aunque lo peor es ver cómo Yoongi lo gira bruscamente, para ver cómo la navaja se clava en la cintura de su esposo, del padre de sus hijas, de su alfa, de la persona que es todo para él, cómo este le protege tanto a él cómo a su bebé de ese beta enfermizo que solo quiere verlos sufrir.

Ama a su hijo, pero en ese momento, la salud de Yoongi es primordial para él, no puede perderlo por nada del mundo o se morirá detrás.