Celebrity scandal ♡ YoonTae

Cap n38

Es extraño, pero se sigue sorprendiendo a sí mismo cuando le irrita que no le interrumpan un desayuno que jamás había estado acostumbrado a tener, pero que las circunstancias de la vida le han puesto delante y no tiene claro que haya otra cosa más deliciosa que un Taehyung embarazado y puesto a cuatro encima de su cama, sonrojado y sudado, esperando para recibirle.

De ahí el gruñido que reverbera de su garganta al escuchar tanto el timbre de su casa, que decide ir a ver quién osa molestarle mientras come.

Abre la puerta, furioso.

— Qué ordinario — escucha decir a su suegra, que observa sin disimulo el bulto que tiene Yoongi entre sus piernas, con la bata — aunque me alegra saber que mi adorable niñito tiene tan buen ojo como su padre.

El omega se sonroja y aparta la cabeza, pero Yoongi la mantiene en su sitio, intentando descifrar qué hacen ahí esos dos.

— Vengo a llevarme a mi hijo, tengo planes con él — dice, apartando a Yoongi del camino, para entrar a la casa — tienes una hora para entregármelo vestido, desayunado y adecentado, señor Min.

El susodicho se va relatando maldiciones por lo bajo, encontrándose un omega que lo ataca conforme entra en la habitación, cosa que agradece porque necesita desahogarse con las malas formas de esa mujer, agarrándolo de las nalgas para alzarlo y deslizarse dentro del menor, que gime en sus labios, del placer.

— Va a ser más de una hora — susurra, estampando al omega contra la pared.

Taehyung no se entera de nada, con el embarazo tiene tal revuelo de hormonas que solo siente la necesidad de estar entre los brazos de Yoongi cada mañana, ese par de últimos meses de gestación se le están haciendo bastante largos.

Conforme Taehyung ve a su madre entiende la razón de llevar una carísima blusa de Dior regalada por Yoongi y sus pantalones de pre mamá, también los bonitos y especiales zapatos cómodos de Gucci que le regalaron en la agencia, también razona el por qué el alfa le ha pedido que se dé un leve toque de maquillaje y seque debidamente su cabello.

— Estás hermoso, mi niño — dice su madre, dándole un obligado beso en la mejilla, para que lo haga seguidamente su padre — ahora vámonos, tenemos varias cosas que hacer y ya hemos tardado más de la cuenta.

— Voy a la agencia en un rato, hoy tenemos una importante sesión de fotos, no sé a qué hora llegaré a casa — el alfa le retira varios mechones de encima de los ojos, acariciándole con la otra mano el rostro — ven seguido aquí, no pierdas de vista a tu madre y jamás te quedes solo ni un momento, no necesitamos que os vuelva a pasar lo mismo a ti y a las niñas.

— Se preocupa demasiado, hyungnim — murmura este, dejándose acariciar.

— Y tu demasiado poco, estás de casi ocho meses, no podemos permitirnos el pasar otro susto como ese — el alfa pone una de sus manos en la abultadita panza, haciendo al omega sentir un bonito cosquilleo — luego os veo

Los padres de Taehyung son testigos de cómo el mismo alfa que renegaba del embarazo de su hijo ahora se comporta como un marido ejemplar y un buen padre de familia, haciéndole reír para que ese plan que tiene entre sus manos, sea todavía más efectivo.

— ¿Dónde nos dirigimos, madre? — pregunta Taehyung, saliendo con ambos de la casa — es raro que usted venga sin avisar.

— Obviamente tú cielito no conoces nada de la familia de tu esposo — dice esta, metiéndose los tres en el ascensor — has ido a preñarte de uno de los más famosos chaebol de Corea del Sur — el omega asiente, algo había imaginado — vamos a ir a que te enseñen modales para cuando conozcamos a su familia, no puede ser que alguien tan ordinario como tu se presente ante la presidenta Min Jessi.

— Gracias por el adjetivo, madre — responde, cansado de ser insultado.

— Comprende que no lo digo a malas, es más, estoy bastante orgullosa de que te hayas ido a por uno de esta categoría, por fin tenías que sacar provecho de ese hermoso rostro y cuerpo de omega — la alfa pone la mano en su panza, provocándole rechazo — al final solo servís para esto.

Taehyung observa a su padre, que no inmuta el rostro y se pregunta cómo puede soportar tantos años de humillaciones de esa alfa que hace llamarse su madre, pero es claro a sus ojos cómo opina lo mismo que ella, pues así es en la sociedad en la que se han criado los dos.

— Este curso al que iremos durará tres semanas, cada día vendré a la misma hora por ti para llevarte y que te enseñen debidamente los modales, costumbres y protocolos que se deben tener en la alta sociedad — explica ella, saliendo del ascensor — al final, detrás todo gran alfa hay un omega que da a luz a sus hijos y mantiene la compostura en todo momento.

El omega se pregunta si Yoongi realmente quiere que sea así, porque por lo poco que lo conoce, seguro que prefiere un esposo que lo acompañe a tomar copas que uno que se mantenga callado como un florero, tal cual su padre.

Se mira la barriguita, asegurándose en ese momento de enseñarle a sus hijitas que ninguna deberá tratar a sus futuras parejas, si son omegas, como algo que sea menos que ellas y que tenga que cuidar como una muñeca que pueda romperse, que solo sea para usar de escaparate.

Sabe que le quedan tres semanas horrorosas, pero también que la gran sesión de fotos en pareja está cercana, tanto como el parto.