Cap n27

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Desde luego, ver los celos del alfa es definitivamente divertido, llevan cuatro o cinco días jugando al ratón y al gato, siempre Taehyung porque el orgullo de macho de Yoongi le impide pasar tiempo con él sin tener que buscarse una excusa.

Pero también atesora esos tiempos a solas que está pasando, disfrutando de las excursiones, galerías y paseos que está viviendo, sin tener que esconderse demasiado porque aun no es tan famoso como querría, ignorando a Yoongi que cada mañana se va furioso consigo mismo de la habitación por haber sucumbido de nuevo a sus encantos provocados por los celos.

Hoy, al ser fin de semana ponen un gran mercadillo de souvenirs, frutas y verduras propias de las islas y distintas prendas o hoyas que puedes llevarte.

Y ahí está, con una camisa traslucida perla de tirantes que deja ver su acanelada piel, un caftán de flores y unas bonitas bermudas en tono beige, andando con ilusión por esas calles llenas de gentes, aromas e idiomas que no consigue reconocer, pero emocionándose por cada uno de ellos.

Es entonces cuando se detiene delante de algo que le hace emocionarse demasiado.

Dos pares de patucos hechos a mano se muestran ante él, haciendo que su corazón se acelere y mire al dependiente, deseoso de poder comunicarse.

— Son 50$ — dice el señor en un tosco inglés, sabiendo a la perfección que ese muchacho tiene dinero y que va a caer ante lo que ha dicho — tengo más cosas para mostrarle, si lo desea.

El omega asiente, llevándose una de sus manos a la barriga, deseoso de ver.

Todo tipo de prendas para bebés se muestran a Taehyung, que da pequeños saltitos de emoción sin tener en cuenta lo que está ocurriendo a su alrededor, sin ver cómo lo observan los mas indeseables de esa isla.

Porque un omega de tal calibre, esperando cachorros e indefenso, es un gran premio.

Los hombres se separan por unos metros, decididos a seguir las señales del que está atendiendo a Taehyung para que les diga el momento propio de llevárselo de allí sin que nadie sospeche que es un secuestro, quedándose a unos centímetros del omega cuando alguien que consigue sacarle una enorme sonrisa, aparece.

— Ya pensé que estabas coqueteando de nuevo por ahí — gruñe Yoongi, viendo la ropita de bebé — deberías de dejar de llamarme con tu aroma, es molesto.

— ¿Se puede hacer eso? — pregunta, algo confuso.

— Nuestros lobos se reconocen como pareja — explica, cogiendo los patucos — entonces él puede sentir el aroma del tuyo y arrastrarme a mí a donde te encuentres, como acaba de pasar mientras charlaba tranquilamente con un muchacho de la isla.

— Le dije que se guardase el pene, sunbaenim — ríe Taehyung, divertido.

— Bien que lo usas cada noche, no deberías querer que lo guarde tanto — responde en su oído, indicando con gestos al dependiente que prepare lo que ha elegido Taehyung — te gusta tanto que estoy comprando ropita de bebé.

— No dije que se lo guardarse para mí — devuelve, entrelazando uno de sus dedos con los de Yoongi.

El alfa le mira a los ojos, olvidándose de cada persona que hay alrededor, viéndose reflejado en esos dos luceros chocolates enormes, haciendo un detallado recorrido por su rostro, hechizándose nuevamente como lo hizo al verlo por primera vez.

— Bésame, omega — susurra, acercándose.

El gesto de Taehyung hace que un latido peligroso se cree en el corazón de ese alfa supuestamente lejos del compromiso y del amor; el omega posa su mano derecha donde descansa su anillo de casado para besarle suavemente en los labios, cerrando los ojos para disfrutar de ese bonito contacto.

Un beso suave y húmedo que indica a todos los indeseables que había acechando a Taehyung que secuestrarlo es difícil, en especial cuando la enorme esencia de ese alfa dominante cubre cada célula del omega, protegiéndolo.

— ¿Deberíamos tener una cita de recién casados? — pregunta Yoongi, al separarse.

— Vayamos, sunbaenim — asiente Taehyung, feliz.

A los ojos de los demás, parecen realmente una pareja enamorada y embarazados primerizos que han ido a disfrutar de sus días de casados

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A los ojos de los demás, parecen realmente una pareja enamorada y embarazados primerizos que han ido a disfrutar de sus días de casados.

Los dedos entrelazados, los collares a conjunto que se compran, las bolsas que se acumulan en la mano de Yoongi, ese helado que comparten mientras Taehyung le va dando al alfa, esas miradas significativas y el hecho de que se hayan olvidado los móviles en la habitación, porque no necesitan a nadie.

La cena de hoy la había reservado Taehyung en la playa para cenar él solo, pero el alfa le acompaña gustoso, ambos jugueteando con sus dedos mientras conversan del día o la razón por la que se hicieron modelos.

— En realidad quería ser actor, pero hay mucha competencia y, aunque he hecho algo, es cierto que este trabajo es mucho más cómodo y no hay que estudiar para trabajar — dice, poniendo una cara graciosa que hace reír a Taehyung — quería algo que me permitiese hacer lo que más me gusta.

— ¿Follarse lindos betas? — pregunta, dándole un suave sorbito a su coctel sin alcohol.

— Clavado — asiente, relamiéndose — llevaba años haciendo eso, pero cierto omega tenía que venir a darme unos hijos que no he pedido.

— Deje de buscar excusas para reconocer que está loquito por mí — ríe Taehyung, para mirar hacia el mar.

El alfa le mira fijamente, sin haberse planteado eso antes, preguntándose qué hace ahí, de cena romántica con quien le arrebató la libertad, acariciando sus dedos y con las bolsas de ropita de bebé en el suelo.

Otra vez ese latido molesto, que prefiere seguir ignorando.

Celebrity scandal ♡ YoonTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora