Celebrity scandal ♡ YoonTae

Cap n54

El sonido de las ambulancias es algo que no va a olvidar en toda su vida, mezclado con sus propios gritos de desesperación, esos que ruegan que no lo separen de Yoongi y de sus hijas, pero ambos necesitan atención inmediata y no pueden esperar a que uno u otro se recupere, hay que intervenirlos ya.

Igual que ese sonido jamás lo olvidará, hay otras cosas de las que no tiene recuerdos, como de su llegada al hospital, los miles de cámaras en la puerta de este o cómo inclusive sus padres sollozaban en la puerta.

Su única y exclusiva preocupación no era más que Yoongi.

Siente cómo quema en sus ojos esas luces propias de un quirófano, así que, sospecha que está en uno y ahí es cuando cae que probablemente pierda a Yeongho, pero no puede hacerle nada, a lo mejor el destino ha decidido que ese hijo fruto del amor profundo que procesan su marido y él, no debía darse.

Tampoco olvidará el profundo llanto de su hijo nacido, antes de desmayarse.

Con dificultad, es capaz de abrir los ojos, pero siente cómo si le hubieran dado una profunda paliza, cómo si no pudiese mover ni un centímetro de su cuerpo, pero su nariz responde, haciéndole girar la cabeza de golpe.

Allí está, más pálido que nunca, durmiendo plácidamente en la cama a su lado, su esposo, sano y salvo, aunque con ojeras y una vía en el brazo.

Sus ojos derraman lágrimas de profunda felicidad, que se tornan en tristes cuando lleva sus manos al vientre, dándose cuenta de que ya está vacío, no siente a su pequeño y supone que lo ha perdido, que solo tiene a sus hijas y a Yoongi en el mundo, preocupándose por dónde estarán ellas, parece que hace años que no las ve.

Un hermoso sonidito de bebé llama su atención.

— Pensé que no te despertarías nunca — escucha decir, enfocando correctamente a Jimin, que tiene a Baekho en brazos y a Dakho en la espalda, haciéndole volver a llorar de felicidad — tus hijas son tremendamente sociables, les he caído muy bien.

Pero las niñas, al ver a su padre despierto, echan sus bracitos hacia él, cosa que Jimin no duda en hacer, entregándole a las mellizas a Taehyung, que las abraza, a pesar de estar dolorido.

— ¿Cómo está Yoongi? — pregunta, preocupado.

— Le han tenido que quitar la vesícula biliar y está tocado en el hígado, también le han tenido que intervenir ahí — explica, mirándolo — sus madres están furiosas y han denunciado a todo el personal de la cárcel de donde se escapó ese loco — Taehyung asiente, apretando a sus bebés — tus padres han estado aquí todos estos días, no se han separado de tu lado ni un momento.

— Sorprendente — dice, sin poder creerlo; entonces mira a sus pequeñas, recordando a su pequeño hijo prematuro, casi con miedo a preguntar por él — ¿Y...?

— Está en una incubadora — explica, serio — apenas tiene seis meses y una semana, eso implica que, si sobrevive, se pasará una buena temporada en el hospital — Taehyung asiente, feliz porque esté vivo — ¿Conoces ese dicho de que lo tienes muchos meses dentro para que se parezca al papá? Es la viva imagen de Yoongi.

Pero eso no le molesta a Yoongi, quiere un hermoso alfa como sus hijas, mucho mejor si ya se parece a su padre desde tan pequeño.

Entonces, sus suegras interrumpen en la habitación, claramente con el rostro preocupado y sin haber descansado mucho, con un aura diferente al que las vio la ultima vez, como si les importara su hijo.

— Hemos puesto al mejor abogado de la ciudad a llevar esto, no quedará impune ese maldito beta — explica la alfa, acercándose a sus nietas — nadie puede atreverse a tocar a mi hijo y mis nietas y querer salir ileso.

Sospecha que lo que le pase a él les daba igual, ya tiene su herencia y su legado, esas mujeres son despiadadas.

— Sentimos lo que ocurrió aquella vez — explica Hwasa, sentándose en la cama con una de sus nietas — fuimos malas y soberbias porque nos han criado así, incluso quisimos divorciarnos y no nos dejaron de cara a la galería, solo Yoongi sabía que nosotras estábamos separadas — Taehyung la escucha atentamente, sin poder creerlo — después de esto hemos decidido empezar de nuevo, teniéndoos en nuestras vidas.

Al omega le duele la cabeza, es demasiada emoción de golpe y realmente lo único que le apetece es estar con su esposo e hijas, aunque no puede dudar cuando recuerda que este le pidió el divorcio.

— Marchaos de una vez — escuchan decir, saliendo una voz ronca de la garganta de Yoongi — quiero estar a solas con Taehyung.

Rabiando, pero sin poder evitarlo, la gente de la habitación se marcha, para que el alfa, dolorido se acerque a la cama de su esposo, dolorido y con los puntos frescos, para meterse con él, junto a sus hijas.

— Pensé que me moría, Taehyung — dice este, acariciando el cabello de Baekho — menos mal que sospeché qué podrías hacer y me quedé vigilándote con el vigilabebés, no sé qué hubiese ocurrido si no llego a perseguirte.

— Y-Yoongi, Yoongi — solloza, dejándose llevar.

— Estoy aquí, tranquilo — le dice, girándose con cuidado hacia él para besarlo suavemente, pasándole sus feromonas.

Se dice que los padres alfa no tienen los famosos sueños del embarazo, pero eso no es más que una mentira producida por el orgullo de estos, que no sacan su hombría nunca de todas sus acciones; él tampoco quiso decir nada, pero soñó con su gatito y este le indicó que algo malo pasaría, solo tenía que hacerle caso.

Ambos necesitarán mucho tiempo para perdonarse y curarse, aunque lo harán juntos, con sus hijos.