Celebrity scandal ♡ YoonTae

Cap n26

Sus enormes ojos se abren, dando lugar a la primera mañana de su viaje de novios, ese con el que tanto soñó durante toda su corta vida.

Gira la cabeza, pensando en que su marido va a encontrarse ahí, durmiendo plácidamente a su lado, pero es completamente mentira, desvía un poco mas la mirada, viendo que el reloj de la suite le avisa de que es la hora del almuerzo, sorprendiéndose de dos cosas en ese momento.

Una que haya sido capaz de dormir tanto y otra, que su alfa no esté a su lado.

— Supongo que será debido al embarazo y el yet lag — se dice, bostezando mientras se levanta de la cama — los chicos tienen hambre, voy a ir al restaurante para darles todo lo que me pidan.

Sonríe para sí mismo, ama la sensación de embarazo que tiene y cómo siente a sus gemelos dentro de su vientre, tanto que cada paso que da parece sentirlos con más intensidad; mientras se ducha, no puede evitar acariciarse con plenitud la barriga, sabiendo que ahí están las personas que más va a amar en toda su existencia, esas que siempre estarán a su lado.

Después de una pequeña rutina de cuidado corporal y facial, no duda en aplicarse un poco de maquillaje y macara de pestañas, decorándose los labios con un intenso brillo de labios rojo manzana, dando un poco de color en sus pómulos en una tonalidad parecida.

Abre el armario, sacando una blusa fluida de negro brillante, que realza su tonalidad dorada y acompaña de un pantalón apretado en blanco roto, rematando el outfit con unos zapatos de vestir iguales a su blusa, para meter lo necesario como el móvil y la tarjeta de la habitación en una pequeña cartera de Valentino.

Se mira en el espejo que tienen en el vestíbulo de la habitación, dándose cuenta de que está irresistiblemente hermoso, de que por primera vez en su vida ha podido ponerse lo que le da la gana sin que sus padres le digan que así no puede salir y tenga que darse la vuelta, de que por fin puede mostrarse libremente al mundo porque ya no hay nadie que le diga qué debe ponerse de ropa o no.

Y con la sonrisa coronándose con el hermoso labial, el omega sale, luciendo debidamente su anillo de casado en el dedo anular.

El restaurante es hermoso, da directamente a la playa y tiene mucho tipo de variedad de comida y bebidas, eso le hace lamentarse un poco por no poder beber alcohol, pero pedirá que los cocteles se los sirvan igual, aunque sea sin esa sustancia tóxica, aquí ha venido para disfrutar de su viaje.

Pasea la mirada por las distintas mesas, viendo que todas están ocupadas, pero que aun quedan sitios libres en las de la terraza, aventurándose hacia ellas, cuando su corazón da un vuelco, pues acaba de situar a su marido finalmente.

El maldito alfa con el que se ha casado se encuentra ahí, coqueteando con dos lindos chicos que se sonrojan debido a su entrenada verborrea y su hermoso rostro, viendo cómo falta algo que él no ha olvidado colocarse y que le hace sentirse imbécil, en especial, porque su libertad podría verse torcida debido a su estupidez.

No se ha puesto el anillo de casado.

Solo suspira, sabía que haría algo como esto, pero no se imaginaba que lo haría tan pronto, aunque poco le interesa, pues sus cachorros demandan comida.

Se sienta debidamente alejado de él, pero lo suficiente a la vista, sintiendo cómo los ojos de Yoongi ya solo pueden estar en su nuca y sonríe, sintiéndose terriblemente orgulloso cuando no, ni dos, ni tres, si no cinco camareros corren a atenderle, casi empujándose por ser el primero en atender sus peticiones.

— Buenas tardes, me gustaría solicitar el buffet libre — indica, cogiendo la carta con ambas manos — ¿Debo levantarme para ir a por la comida?

— Para nada — niega uno, sonriente — usted pídame todo lo que desee y yo mismo se lo traeré — Taehyung asiente, agradecido — ¿Me diría su nombre? No puedo creerme que una persona tan hermosa como usted esté aquí solo.

— Me llamo Min Taehyung, encantado — responde, siendo educado — sí, veréis, mi marido me ha dejado solo y no sé donde se encuentra, cuidad bien de mí ¿Eh?

El ataque final llega con un vuelo de pestañas y un pequeño puchero que termina de encandilar a los cinco alfas que revolotean alrededor de Taehyung, los cuales van corriendo a satisfacer los deseos del omega, que come lento, pero sin detenerse mientras mira al mar, conteniendo la risa.

Pues la mirada asesina de su marido le está atravesando la nuca, resultándole demasiado gracioso.

Ya entrada la noche, Taehyung vuelve después de cenar por su cuenta, ya que, se marchó del restaurante y ha estado desaparecido de Yoongi por todo el día, en un pequeño acto de venganza.

No duda en retirarse la ropa y andar hacia la piscina privada de la suite, reteniendo la sonrisa que le produce ese conocido aroma a tabaco.

— Explícame donde has estado todo el día — gruñe Yoongi, dándole una fuerte calada.

— Estuve comiendo, no sé si me vio y luego fui a dar una excursión que me ofrecieron gratis, también me invitaron a cenar — explica, sintiendo que el vello se le eriza al tocar el agua — la gente de esta isla es muy cálida y generosa.

— ¿Cálida? Solo quieren coquetear contigo y llevarte a la cama — refunfuña, apagando el cigarro con molestia.

— Tal como hacía usted con esos dos betas — sonríe, apoyándose en el borde de la piscina.

El alfa, molesto, no duda en retirarse el albornoz y meterse en la piscina como vino al mundo, igual que se encuentra su marido, avanzando sin detenerse hacia él, hasta que nada los separa, inclusive el agua.

Yoongi pasa la nariz por el cuello de Taehyung, que lo ladea levemente, dejándole actuar a placer.

— No puedes coquetear con nadie más — susurra en su oído, restregándose contra sus nalgas — es nuestro viaje de novios ¿Qué va a pensar la gente de tu marido? Que es un pobre diablo al que le quieren quitar el puesto.

— Cállese de una vez, sunbaenim — responde, girando el rostro.

Alfa y omega se funden en un apasionado beso mientras el mayor se introduce sin necesidad de preparación en su esposo, sintiéndolo mucho más intensamente que otras ocasiones, sintiendo que debe hacerlo o podría morir por ello.

La luz de la luna es testigo de que eso que sienten, no es odio.