Capítulo 10

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—Te voy a matar.

—Tooru, protégeme.

—¡No puedes hacer esto!

—¡Con un gracias es suficiente!

Oikawa bufa cuando Kuroo se esconde atrás de él, ignorando la mirada de muerte que Kenma le está dando al mayor.

La razón por la que quiere matarlo es porque ha comprado un departamento a su nombre. Y aunque Kenma esté infinitamente agradecido, no puede aceptarlo por simple cuestión moral y le enoja que Kuroo se niegue a tomar las llaves.

—¡Tofu, mira, aquí puede ser mi atitación!

—Es habitación, enano...

Tooru ignora la discusión y se suelta de Kuroo, alzando en brazos a Akinori y llevándose al menor adentro del cuarto para que los dos adultos logren resolver su gran indiferencia sin nadie que los mire o los interrumpe. A parte, no los soporta cuando se ponen así.

—¡No puedes haber hecho esto!

—¡Pero lo hice! —Kuroo exclama salvándose de un cojín—. ¡Como agradecimiento por haberte quedado a mi lado, Ken-ken!

—¡Ni siquiera me lo consultaste!

Kenma se acerca para golpearlo con el almohadón. Kuroo se protege débilmente, intentando no reírse del enojo del menor.

—¡Porque sabía que ibas a decir que no!

—¡Es un departamento, Tetsuro! ¡Estás loco!

—¡Solo acéptalo y ya!

Exclamó quitándole el cojín. Kenma quiso golpearlo pero tomó sus muñecas, mirándolo sonriente. Eso hizo que el teñido se enojara más pero no podía hacer nada para atacarlo.

—Es un regalo para ti y Akinori. Lo debes aceptar.

—Es muchísimo todo esto. N-no puedo pagártelo.

—No te dije que debías hacerlo —Kuroo alza sus cejas—. Estamos teniendo dinero otra vez, ya tengo abogados que están en un caso contra mis antiguos empleados y lo voy ganando. Todo va bien, ¡puedo tomarme el lujo de darte algo que necesitas!

Kenma bufó y bajó la mirada.

—Esta es tu casa, Kenma. La compré para que tú y Akinori puedan estar juntos. Ya deja de darle tantas vueltas al asunto y acéptalo de una buena vez.

Se ganó un suspiro del menor y se sintió orgulloso al verlo asentir, soltándolo por fin.

Kenma mordió su labio inferior: Si era un regalo, debía aceptarlo. Pero sentía que era demasiado para él... Un departamento en un importante edificio en medio de la ciudad debía valer caro, más cuando Kuroo lo había comprado, importándole poco todo como siempre.

Terminó abrazándolo, escondiendo su rostro en su pecho. Kuroo rió feliz, abrazándolo por la cintura y sonriendo. Se sentía bien hacer esto; se lo debía a Kenma por sacarlo de la ruina, por haber aparecido en su vida cuando más lo necesitaba.

—¡Papás!

Akinori rompió el pequeño momento al salir de su habitación corriendo para ver a Kuroo y a Kenma abrazarse. Oikawa llegó atrás de él con una cara bañada en pánico, que claramente fue ignorada porque la atención de todos se quedó en el menor y su forma de correr para abrazar al dúo.

—¡Yo también quiero abrazo!

Se quejó mirando con un puchero en sus labios al pelinegro. Kuroo soltó a Kenma riendo y lo alzó, ganándose una sonrisa de Akinori.

Beneficio Mutuo | Kuroken Donde viven las historias. Descúbrelo ahora