—Y te portarás bien.
—Sí, papi.
—Y harás muchos amigos como te dije.
—Sí, Kuro.
—Muy bien —Kenma sonrió, arreglando por última vez el cabello del niño—. Suerte en tu primer día de clases, pequeño. ¡No dejes que nadie te moleste!
—¡Pero no golpees a nadie!
Akinori asintió seguro de sí mismo y se dio vuelta, comenzando a caminar rápidamente hacia adentro de la escuela primaria de Nekoma. Al final, pasada una semana desde que se habían mudado, el niño había entrado a la escuela apenas la directora recibió una llamada de Kuroo. Kenma agradeció infinitamente eso.
En esa semana también habían comprado los muebles de la casa con el sueldo de Kenma, quien estaba demasiado orgulloso por usar su dinero. Ahora el departamento contaba con un sofá, una mesilla de vidrio, sillas, mesa y las habitaciones estaban decoradas tanto la de Kenma como la de Akinori. Oikawa incluso le regaló una gigante pegatina con forma de dinosaurio para pegar en la pared.
—Crecen tan rápido...
Kuroo murmuró con una sonrisa. Oikawa, que estaba a su lado de brazos cruzados, lo miró fastidiado.
—Ni que fuera tu hijo, infeliz.
—¡Oye!
Kenma río y negó.
—¿Ahora qué haremos?
—¡Directo a la agencia! Quiero presentarte a los nuevos modelos y también darte tu agenda —Oikawa recuperó su sonrisa al ver a Kenma. El teñido asintió mientras caminaban al auto.
—¿Para qué sirve la agenda?
—Tendrás todos tus horarios, fechas de entrevistas y demás. Últimamente estás ganando mucha popularidad así que muchas compañías me están llamando para tenerte en sus estudios.
—¿Por qué nunca te hiciste representante? —Kuroo preguntó detrás de ellos. Oikawa llegó al auto y lo miró.
—Porque es aburrido.
—Podrías serlo —Kenma alzó sus cejas—. Eres realmente bueno.
—Gracias, cariño.
—Kenma tiene razón; Deberías intentar ser representante.
—¿A ti quién te preguntó?
Kenma volvió a reír ante el cambio de tono de Oikawa y entró al auto. En el camino se puso a pensar en lo feliz que estaba siendo últimamente y todo gracias a quien conducía ahora mismo.
Intentaba no pensar demasiado en que Kuroo, de alguna forma, le gustaba. El peligro no parecía más interesado en él que en ayudarlo con su vida. Y aunque le dolía, intentaba ignorar todos sus pensamientos hacia él, concentrándose en su hijo y en su carrera profesional.
Pero no pudo evitar odiarla cuando el auto estacionó afuera de la agencia y los reporteros comenzaron a acosarlos apenas se bajaron.
—¡Hace mucho tiempo no te vemos con tu novia, Kuroo! —gritó alguien entre tantos.
Kenma, que estaba pegado a su espalda, apretó su mano. Kuroo entrelazó sus dedos y alzó la mirada, sonriendo incómodo.
—Porque no tengo, chicos.
—¿Y quién era la mujer con la que estabas en el parque?
Kuroo ignoró la pregunta y entró al edificio, tirando de Kenma y este tirando de Oikawa porque también había tomado su mano. Los tres pudieron respirar tranquilos cuando la puerta se cerró y el bullicio de los reporteros se calmó.
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Beneficio Mutuo | Kuroken
Fanfiction-Tú... eres muy lindo. El desconocido parpadeó. La mirada cansada de un chico de veintitrés años cruzándose con la sorprendida y quizás divertida de un hombre que parece de veinticinco. Traje negro, corbata roja, cabello azabache y otra vez una mira...