Capítulo 14

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—¿«Mi modelo favorito»? —Oikawa tiró la revista sobre su escritorio. Kuroo alzó la vista lentamente—. ¿En serio?

—¿Querías que dijera que tú eras mi favorito o qué?

—Ahora dicen que están juntos.

Oikawa lo ignora, clavando su dedo en la tapa de la revista donde aparece una imagen de Kuroo, Kenma y la espalda de Akinori. El pelinegro la mira y suspira.

—¿Y qué quieres que haga con eso?

—Salir a negarlo.

—Pero si no es como si estuviéramos juntos en una relación secreta o algo así —Bajó su mirada a sus papeles otra vez, escribiendo y haciendo cuentas.

—Pero el resto del mundo no lo sabe —Oikawa le quitó el bolígrafo, Kuroo se quejó—. No me hagas esa cara y escúchame: Por si no lo sabías, la mitad de los diseñadores con los que trabajamos son homofóbicos y ni hablar de los dueños de las revistas con los que tenemos pactos.

—Y...

—Y que medio país dude de tu sexualidad desde que tienes doce años, no ayuda en nada —dijo entre dientes, tirando de su cabello. Kuroo gimió del dolor—. Esto nos va a traer problemas a la agencia, Tetsuro, ¡hazte cargo!

—¡Está bien, está bien! Saldré a desmentir, cálmate —Kuroo golpea suavemente los dedos de Oikawa, haciendo que lo suelte—. Tampoco te pongas celoso.

—¿Por qué estaría celoso? —Se cruzó de brazos.

—Porque me amas —Kuroo sonrió.

—Imbécil.

Y se fue rápidamente de la oficina, haciendo reír al mayor.

Kuroo soltó un suspiro y miró la hora de su teléfono. Faltaban treinta minutos para ir a buscar a Akinori.

A decir verdad, nunca fue fanático de estar tan cerca de un niño pero con el hijo de Kenma, le nacía la necesidad de cuidarlo. Kuroo quería mucho a Akinori, lo protegía y pensaba en él como si fuera el hijo que nunca tuvo.

—¡Kuro!

Y no puede evitar sonreír cuando el pequeño corre hacia él y lo abraza. Kuroo lo escucha reír y termina alzándolo sobre sus brazos, dejando que Akinori se cuelgue de su cuello. Puede que arrugue la camisa del pelinegro y eso lo ponga de mal humor, pero puede soportarlo si se trata de ver su sonrisa.

—¿Cómo estuvo tu día, campeón?

—¡Divertido! La maestra nos hizo dibujar así que te traje dibujos a ti, a papá y a tío Tofu.

—¡Eso es genial! —Kuroo comienza a caminar. Mientras que con un brazo carga al niño, con el libre, lleva su mochila—. Me los muestras en el auto, ¿bien?

—Sí. ¿Haremos algo hoy?

—Si no tienes tarea, sí.

—Tengo tarea de tramática.

—¿Gramática? —rió.

—Sí, eso. ¿Me ayudarías después?

—Sí, enano. ¿Te parece que después de hacer todo vayamos a jugar un rato?

—¡Sí! —exclamó—. ¿Podríamos ir con papá?

—Seguro, pero creo que tiene una sesión de fotos.

—¡¿Podemos ir?!

—No sé si tu padre te deje.

Kuroo hizo una mueca, bajando a Akinori y abriendo la puerta trasera para que se suba.

Beneficio Mutuo | Kuroken Donde viven las historias. Descúbrelo ahora