Capítulo 24

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—Es muy temprano.

—Lo sé —Kenma rió poniéndole la camiseta—. Lo siento, cielo.

—Todo sea por hacer a papá Kuro feliz...

Murmuró tallando sus ojos. Kenma volvió a reír y lo alzó en brazos, llevándolo con él hacia la cocina. Kuroo estaba terminando de hacer el desayuno.

—¿Emocionado por almorzar con tu familia?

—No —respondió sintiendo los brazos del teñido envolver su cintura—. Solo lo hago por obligación. Espero verlas hoy y si tengo suerte, dentro de seis o nueve meses.

—Solo es un almuerzo —murmuró.

—Gracias a Dios.

Kenma rió y lo soltó, regresando a la sala de estar para mantener despierto a Akinori, quien por poco no está durmiéndose sobre la mesa.

El viaje al restaurante es horriblemente agotador. Kuroo no quiere ir, sabe con antelación de que habrá probablemente alguna pelea entre Kaoru y Oikawa o que Kenma terminará yéndose con Akinori y él. Tiene un mal presentimiento.

—¿Listo para soportar a los monstruos de la familia de Kuroo? —preguntó Tooru en el estacionamiento. Kenma lo miró.

—¿Soy el único positivo?

—Sí —respondieron los tres restantes.

El lugar era más que lujoso. Kenma se sintió mal vestido cuando un mesero los atendió y lo miró más de lo que debería. Por eso se sostuvo de la mano de Kuroo, intimidado por todo a su alrededor.

—Buenos días, familia. Tooru.

—Hola, Amari. Kaoru —El castaño se sentó. Kenma y Kuroo hicieron lo mismo con Akinori en brazos.

—¿Cómo han estado?

Kaoru vestía hermosamente elegante.

—Bien... Bien, ¿Ustedes?

Kenma notó el nerviosismo de Kuroo y quiso reír, pero simplemente siguió acariciando la pierna de Akinori, quien todavía no podía despertarse por completo.

—Hemos estado bien. También hemos estado leyendo rumores —Kuroo quiso suspirar—. ¿Es cierto que se van a casar?

Kenma miró al pelinegro.

—Sí. Bueno, no. Quiero decir, está en los planes pero todavía no le pido matrimonio —El teñido asintió—. No sé cuando nos vamos a casar de todos modos.

—¿Y piensan tener hijos?

—Pensé que era un almuerzo familiar no una entrevista —Oikawa acotó.

—Sí, familiar. ¿Qué haces tú aquí? —Kaoru preguntó. El castaño quiso levantarse de la mesa y tirarle con un vaso.

—Apoyando a Tetsuro, porque soy más familia que tú —dijo cruzándose de brazos.

Amari y Kuroo suspiraron. Kenma se sintió incómodo.

—¿Qué sabrás tú de familia si no tienes?

—Más que tú, sí sé.

—¿Sabes que es lo que no sabes? —Oikawa alzó sus cejas, esperando a la mujer—. Tener novio. No supiste satisfacer lo suficiente a Iwaizumi como para que se fuera con una mujer.

Kuroo quiso detenerlos pero Oikawa sonrió, haciéndole una seña para que se quedara callado. El pelinegro hizo caso, intercambiando miradas con Kenma. Amari, por otro lado, los miró cansada.

—¿Quieres jugar sucio? —preguntó. Kaoru asintió con una sonrisa engreída—. Bien, déjame preguntarte algo; ¿A dónde está el padre de tu hijo?

Beneficio Mutuo | Kuroken Donde viven las historias. Descúbrelo ahora