—Buenos días...
Kuroo saludó entrando a la oficina. Con paso lento y tranquilo, dejó un beso sobre los labios de Kenma y pasó de Oikawa, dirigiéndose directamente a su escritorio.
—Supongo que... sirvo de Cupido —dijo el castaño sorprendido. Kenma se sonrojó.
—No. Todo fue gracias a Kenma, tú te mueres de hambre como casamentero. Sigue dedicándote a la moda, gracias.
—Imbécil.
—Como sea —Kenma carraspeó—. Tenías cosas que decirme.
—Ah sí —Oikawa se levantó de su asiento, sonriendo—. Respecto al desfile y a tu hijo, ¿cuál te importa más?
—Akinori.
Kuroo sonrió, relajándose sobre su silla y observando divertido la situación. Kenma definitivamente mataría a Oikawa con la propuesta.
—Diseñé algo de ropa para él. Pensé que-
—No.
—¡Solo escúchame! —exclamó. Kenma negó—. No hablo de lanzarlo como modelo directamente, pero podría tener algunas fotos contigo.
—No.
—¡Akinori me dijo que quiere ser como tú! Cumple el sueño del niño, maldito...
—No quiero que sufra tanta exposición de pequeño. Es un niño solamente. No debería trabajar. Debería, no lo sé, estudiar y jugar o algo así.
—¡No trabajaría! Puedo jurarte que Akinori aceptaría.
Kenma miró a Kuroo, este borró su sonrisa rápidamente.
—¿Tú sabías de esto?
—Claro que no.
—¡Tetsuro! —Tooru se quejó. Este rió bajito—. Kenma, solo dale una oportunidad. Podríamos intentarlo.
—Eres insoportable —Puso los ojos en blanco—. Y te dije que no, lo siento. ¿Qué es lo otro que me tienes para decir?
Oikawa suspiró. Kuroo articuló un «Te lo dije».
—Tenemos que viajar el viernes —dijo bajando la mirada a su libreta—. Dos semanas de puro trabajo en la hermosa Italia. Podemos hablar con los directivos de Nekoma para llevar a Nori si no quieres dejarlo con una niñera.
—Quiero llevarlo —murmuró.
—Podríamos salir durante esos días.
Kuroo acotó. Kenma se sonrojó y le hizo una seña para que se callara. Oikawa rió y siguió hablando: Resumió todo lo que harían por lo que restaba de la semana y cómo se manejarían en Italia.
Mientras Kuroo y Oikawa supervisaban las clases de modelaje que le daban a Kenma, el castaño aprovechó para ponerse al día con el par.
—¿Qué pasó después de que te fuiste del bar?
Sus ojos iban y venían por el cuerpo de Kenma. Kuroo miró a Oikawa.
—Nos besamos. Le dije que estábamos saliendo ahora —sonrió—. No podría decir con exactitud que me gusta, pero sé que siento algo por él. Me dí cuenta anoche.
—Triunfó el amor después de tanto tiempo.
—Hablando de amor —Kuroo abrazó a Tooru por los hombros, acercándolo a él—. ¿Qué hay de tú e Iwa? Vi en televisión que estaban en la misma cafetería.
—No empieces con tus tonterías —Se alejó de un manotazo—. Era por asuntos de trabajo.
—Yo digo que deberían volver —canturreó.
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Beneficio Mutuo | Kuroken
Fanfic-Tú... eres muy lindo. El desconocido parpadeó. La mirada cansada de un chico de veintitrés años cruzándose con la sorprendida y quizás divertida de un hombre que parece de veinticinco. Traje negro, corbata roja, cabello azabache y otra vez una mira...