Capítulo 22

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—Como odio la primavera.

Kenma se quejó entrando al departamento. Kuroo rió atrás de él, con Akinori durmiendo sobre su hombro.

—¡No te rías! No es gracioso. ¡Estoy enfermo!

—Solo es alergia —Kuroo murmuró suave, dejando a Akinori sobre el sofá. El niño se despertó confundido.

—Voy a morir...

Kenma siguió quejándose, arrastrando sus pies a su cuarto. Kuroo lo siguió mientras Akinori, al verlos irse, se acomodaba otra vez para seguir durmiendo.

La puerta se cerró lentamente y Kenma, al notarlo, se dió vuelta. Tuvo realmente poco tiempo para alejar a Kuroo, poniendo sus manos en su rostro.

—¡Oye!

—¡Aléjate! —exclamó histérico—. ¡No te quiero contagiar!

—¡No me vas a contagiar!

Kenma alejó sus manos, encontrándose con el puchero de Kuroo. Sin pensarlo comenzó a reír y el pelinegro bufó, arreglando su cabello.

—Hoy tengo que ir al médico —Volvió a decir mientras abría su armario. Kuroo se tiró en la cama—. ¿Podrías cuidar a Nori?

—Seguro. Lo llevaré a la empresa para que moleste a Tooru.

—¿Cómo está él por cierto?

—Mal. Ha intentado tener citas pero nada. No consigue olvidarse de Iwa —respondió observando como Kenma sacaba una camiseta—. Ya hace un mes desde que está oficialmente de novio.

—Y todavía no la conocemos —Kenma negó.

—¿Qué haremos para el cumpleaños de Akinori? Acabo de recordar que es dentro de poco.

—Pensaba organizar un pequeño cumpleaños en el parque de enfrente de la escuela.

—Peligroso. Quizás un niño corre a la calle y lo atropellan —Kuroo acotó. Kenma rió, abriendo la puerta. El pelinegro lo siguió—. ¿Por qué no usamos mi casa? Es grande.

—¿Y soportar que quizás llega tu padre a molestar? No, gracias.

Cerró la puerta del baño en su cara.

—¡Oye! —Kuroo se rió.

—No veas mi cuerpo. Me da vergüenza.

El pelinegro negó sonriente y se apoyó contra la pared.

—Hagamos el cumpleaños en mi casa. Invitamos a los chicos y a los compañeros de Nori. Quizás incluso podría venir mi hermana.

—¿Tienes hermana?

Kenma abrió la puerta, sacando su cabeza por esta. Kuroo asintió.

—¿Por qué nunca me dijiste?

—No pensé que sería realmente importante.

—¿Y cómo se llama? —Cerró la puerta otra vez.

—Kaoru. Tiene un hijo y quizás podría llevarse bien con Nori —dijo de brazos cruzados.

Kenma abrió la puerta, saliendo ya cambiado.

—¿Algo más que no sepa de tu familia?

—Si viene Kaoru, mi abuela va a venir. Pero es dulce. Mi familia en sí lo es, excepto por mi padre.

—Sería una buena idea para conocerlas —Kenma comenzó a caminar. Kuroo lo siguió otra vez—. Invitamos a nuestros amigos y... ¿Al curso entero de Nori?

Beneficio Mutuo | Kuroken Donde viven las historias. Descúbrelo ahora