SAKURA HAREM, MULTISAKU

🔹| IndraSaku |🔹

La maldición que me persigue siempre; es tener una sed insaciable, por más sangre que bebo el ardor en mi garganta no se va, es un fuego que quema todo mi ser ¿Hasta cuándo tendré que soportar este infierno? 

—Su majestad, no podemos adelantar el sacrificio, los nobles se quejaran y habrá más conflictos, busquemos una solución más factible —se inclina, su consejero. 

—lo toma del cuello— Soy yo el que desea que este sufrimiento termine, pero la maldición de esa bruja me condenó hasta la muerte, haz lo que te digo —lo suelta. 

—Podemos pedirle ayuda al templo, si mandan a... —la mirada fría lo hace callar y se inclina más— Lo siento su Majestad, haré lo que pide —se retira nuevamente. 

El azabache suspira cansado, su maldición se ha convertido en el peor de sus abismos, la guerra es poco si compara el dolor que sufre todas las noches, no quiere matar a mujeres inocentes, pero esta maldición es más fuerte que él, desea con todo su ser que esto cambie, que alguien le ayude, la oscuridad se ha vuelto insoportable y pronto la poca cordura que le queda se esfumara y entonces quizá él... 

—Su Majestad, el Marqués, desea tener una audiencia con usted. 

—Hazlo pasar. 

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—¡El sacrificio es dentro de dos semanas, no pueden exigir que lo adelantemos! 

—Son órdenes de su Majestad, sus palabras son órdenes absolutas, deben entregarla hoy por la tarde antes que el sol se ponga, sin más que informar nos vemos en pocas horas.

—No puede ser, cada vez pide más Sacrificios ¿Cuándo terminará esta matanza? —se deja caer una de las tantas madres de la nobleza al suelo. 

—Muchos de nosotros adoptamos a niñas de la calle para darlas como sacrificio en vez de a nuestras hijas. Alguien aún debe tener a una —declara otro noble. 

—Es verdad, no tendremos problemas siempre y cuando estén registradas —la sala se llenó de murmullos, todos opinan a quién mandaran. 

—¿Por qué no le damos a Sakura? Es tú hija adoptiva y se que no la quieres demasiado, Vizconde Haruno —todas las miradas se centran en él. 

—Es verdad, entregaré a Sakura, pero debemos buscar a más niñas de la calle o huérfanas que nos sirvan de Sacrificio, nadie de los presentes desea llevar a sus hijas a la muerte ¿O si? —la indiferencia marca todas sus palabras. 

—Por supuesto, deja ese asunto a mi familia, por el momento ve a preparar a tu querida hija, debe ir presentable aun para su muerte —se van retirando todos los nobles. 

—Cariño ¿Enserio entregaras a nuestra hija? —lo mira con pesar. 

—¿Acaso hay otra solución? Entregaras a tu hija de 10 años en su lugar —la mira fríamente. 

—Aunque, Sakura, no es mi hija de sangre la crie desde pequeña, la quiero como a una, no quiero que muera, Kizashi —se arrodilla—, por favor, haz algo, sálvala

—Ya es tarde, no quedaré mal con los nobles, solo porque tengas apego a esa adoptada —se retira. 

—Sakura, hija... Lo siento —llora desconsoladamente. 

Kizashi, llega a su mansión con una caja de tamaño mediano y dentro de ella hay un hermoso vestido blanco, la cual se la da a Sakura. 

—Padre, pero mi cumpleaños es dentro de un mes.