SAKURA HAREM, MULTISAKU

🔹 | ShuSaku |🔹

Sakura tiene la manía de quedarse hasta tarde en la academia y tocar el violín el único recuerdo que le queda de su madre, quien falleció cuando ella tenía apenas ocho años, una noche, Shu, se queda dormido en su aula y cuando despierta lo hace gracias al sonido armonioso de un violín, curioso de saber quien toca tan excelente melodía se aventura hasta la sala de música y ahí la ve, a una chica de larga cabellera rosada sujetada en dos coletas bajas, de tez nívea, sus ojos permanecen cerrados al tocar el violín, estos son adornados por unos lentes discretos, parece notar que alguien la observa y cuando se da cuenta que es descubierta se tropieza por error, como esta en el balcón esta apuntó de caer, pero es salvada por, Shu, quien inmediatamente la hace dormir. 

Al mismo tiempo se abre la puerta de forma estrepitosa y es su amiga quien a entrado, despierta a la chica que milagrosamente está dormida sobre la banca cercana al balcón ella aun confundida pregunta por un chico de ojos azules tan brillantes como el cielo, su amiga se ríe y le dice que seguro estaba soñando.

Pasó una semana donde diario se  quedaba tarde, para volver a ver aquel chico de ojos azules, una noche tardó más de lo usual, cuando salió tres tipos de dudosa procedencia se acercan a ella, le dicen lo hermosa que es y los acompañara para divertirse, Sakura, se niega y ellos molestos toman con brusquedad el violín, acto seguido lo arrojan al suelo rompiéndose, ella se molesta y le da un golpe bajo a su agresor, pero es detenida por uno de ellos, quien aprieta fuerte su muñeca y está dispuesto a llevarla a la fuerza además de reconocer su exquisito olor y virginidad.

Sakura se queda pasmada al notar los colmillos de los sujetos, teme lo peor, pero de pronto ellos se detienen, no sabe del porqué se alejan y uno de ellos menciona algo que la dejó aún más confundida.

—Vaya, ratita, al parecer tienes alguien que te protege —desaparecen

Ella llora pues se ha roto el único recuerdo de su madre. Al día siguiente su amiga se da cuenta que no está bien y le pregunta.

—¿Qué pasó? ¿Has estado todo el día decaída? —dice la rubia.

—El violín de mi madre... —mis ojos se humedecen de nuevo.

—Mi padre puede arreglarlo, ¿lo traes contigo? 

—lo saco— ¿Crees que pueda repararlo? No me importa si no puedo volver a tocar con él, pero no quiero perder algo tan preciado para mí —dije triste.

—Tranquila, déjalo en las manos de mi padre, por cierto deberías dejar de salir tan tarde de la Academia, últimamente hay una banda de delincuentes y no quiero que algo malo te pase, Saku —la mira preocupada, sabe que se queda a tocar el violín por las noches.

—Lo intentaré, amiga —sonríe más tranquila y caminan hacia el comedor.

En la siguiente noche, cuando va a la sala de música se sorprende al ver un violín, es hermoso pero siente que no debe tomarlo, duda en hacerlo pues no sabe si es para ella, recuerda al joven de ojos azules y piensa que quizá él es el responsable, sonríe levemente.

—Tal vez no estés aquí o puede que sí, gracias por el regalo, es hermoso aunque me gustaría volverte a ver, solo espero que lo que vi aquella noche no sea solo una ilusión y si seas real —termina de decir, pero no recibe respuesta, pues el silencio reina en la sala de música.

Sale de la Academia triste, lleva consigo el violín, pero nuevamente es interceptada por los mismos tipos, pero estos venían acompañados de cuatro más un total de 7 personas, ella retrocede por temor, sabe bien que no son humanos y pueden hacerle daño.

—¿Qué es lo que quieren? Yo no tengo dinero si es que...

—No queremos dinero, es algo mucho mejor —observándola con lujuria.